
Opinión
El patinazo de Mónica García que incendia a los médicos
Cómo será el borrador que hasta UGT y Amyts están con la mosca detrás de la oreja

La ministra de Sanidad, Mónica García, está de los nervios y su lugarteniente, Javier Padilla, más aún. En menos de 15 días la pareja ha logrado poner en su contra a los médicos de toda España con un borrador de Estatuto Marco que no solo está sesgado ideológicamente sino que, además, aparece repleto de carencias inexplicables. Si a alguien se le ocurriera decir que lo han escrito de puño y letra los integrantes de la ultraizquierdista Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp) a pocos les sorprendería.
El documento de marras desde luego, no tiene desperdicio. Aboga por la exclusividad de los jefes de servicio y de los médicos jóvenes, en una clara alusión a posibles conflictos de interés en el primer caso y en un burdo intento en el segundo de retenerlos en el sistema público. Todo, a cambio de un simple desiderátum de que perciban más dinero por esa exclusividad, a sabiendas de que tendrán que ser las autonomías –la mayoría hoy en manos del PP– las que tendrían que pagar la fiesta. Aquí, las sombras del texto son enormes. El artículo 27 del proyecto apunta que las únicas retribuciones que fija el Estado son las básicas. ¿Va a subirlas? ¿Cuánto? ¿Sólo para los jefes de servicio? ¿Se pasará el crédito correspondiente a las comunidades? Eso y la nueva regulación de las guardias han enervado por igual a colegios y asociaciones profesionales, sociedades científicas, y sindicatos médicos y de clase. Cómo será el borrador que hasta UGT y Amyts están con la mosca detrás de la oreja, recordando con razón que para pedir la exclusividad hay que mejorar antes las condiciones de trabajo, algo que no han hecho ni la ministra ni su número dos en el más de un año que llevan en el cargo. El patinazo de García y Padilla ha sido monumental. De los que no se recordaban.
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