El paciente "milagro"

Paulo Peregrino, el hombre con el cuerpo lleno de cáncer que se curó por completo en tan solo un mes

Tenía 61 años y padecía leucemia. La quimioterapia y el trasplante de médula habían fracasado; le iban a derivar a paliativos. Pero le aguardaba "un milagro" o, más bien, la confirmación de la terapia CAR-T es una revolución médica

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Paulo Peregrino, el hombre con el cuerpo lleno de cáncer que se curó en 30 días gracias a una revolucionaria terapiaIsaac FontanaAgencia EFE

De tener tumores por todo el cuerpo a no tener ni uno. En un mes. El caso de Paulo Peregrino, un brasileño de 61 años que llevaba 13 conviviendo con su cáncer, se ha convertido en la confirmación de cómo las inmunoterapias de células CAR-T están revolucionando el abordaje de las enfermedades oncológicas. La fotografía principal de esta noticia recoge las imágenes de dos TAC a los que fue sometido el paciente. El primero, plagado de las manchas oscuras propias de un linfoma en estado avanzado, es el 23 de marzo de 2023. El segundo, en el que casi no hay ni rastro de células cancerosas, es del 26 de abril. Hoy está completamente curado.

Ahora hace planes de cara a su próximo cumpleaños, que será en noviembre, para celebrar que en los últimos meses ha "renacido" de nuevo dos veces. Una por superar el linfoma y otra por una septicemia que padeció después de la terapia celular. "Es como un milagro", asegura el brasileño en una entrevista concedida a CNN. Podría serlo. Realmente, las terapias con células CAR-T parecen milagrosas. Pero antes de explicarlas, merece la pena conocer más detalles sobre la vida Paulo Peregrino, el caso más reciente de remisión completa en un periodo de tiempo tan corto.

Su historia se remonta a 2018, cuando le diagnostican un linfoma y la odisea comienza. Se sometió a 45 sesiones de quimioterapia que no funcionaron. Tampoco el trasplante de médula que recibió en plena pandemia, en 2020. Aunque aislado en una habitación de hospital, decidió no quedarse solo. Pidió a la enfermera los contactos de los pacientes de las habitaciones vecinas y creó un grupo de WhatsApp que bautizó como "TMO Juntos", un juego de palabras entre "trasplante de médula ósea" y "tamos juntos"). El grupo estaba formado por él, un anciano con su mujer y un adolescente de 17 años, que se motivaban mutuamente.

Finalmente, se contagió de Covid en 2022, durante una hospitalización. La fuerte tos que produce la enfermedad le provocó hemorragias internas en ambos ojos y una ceguera temporal de tres meses. "Fue la peor sensación de mi vida. Fui a tres médicos y sólo el tercero me dijo: vamos a operarte y a quitarte esa hemorragia del ojo", recuerda. En total, "fueron 1.800 días, decenas de sesiones de quimioterapia y pruebas de imagen, hospitalizaciones, trasplantes de médula ósea, biopsias, Covid, sangrados, ingresos en la UCI...". Nada había tenido efecto y Paulo estaba a punto de ser derivado a una unidad de cuidados paliativos.

Pero su familia encontró una alternativa por internet, donde empezaron a leer cosas sobre el doctor Vanderson Rocha y las terapias CAR-T. "Empecé a seguirle cuando ya había terminado gran parte del tratamiento", interviene el doctor en una entrevista para un medio brasileño. "Su última opción era CAR-T Cell", añade el especialista, que solicitó autorización para meter a Paulo en el ensayo clínico que él mismo lideraba. Y así fue, aunque subraya que "muchos pacientes no tienen esta oportunidad".

Paulo Peregrino muestra dos resonancias magnéticas de su torso durante una entrevista con EFE, el 5 de junio de 2023. Los estudios experimentales con CAR-T se realizan con fondos públicos a través de la fundación Hemocentro de la Universidad de Sao Paulo
Paulo Peregrino muestra dos resonancias magnéticas de su torso durante una entrevista con EFE, el 5 de junio de 2023. Los estudios experimentales con CAR-T se realizan con fondos públicos a través de la fundación Hemocentro de la Universidad de Sao Paulo Isaac FontanaAgencia EFE

En la actualidad, en este país, el tratamiento sólo existe en la red privada y cuesta un menos 2 millones de reales brasileños por persona (377.000 euros). Pero un protocolo adoptado por la Universidad de São Paulo, en asociación con el Instituto Butantan y el Centro de Sangre de Ribeirão Preto, está llevando al sistema público de salud este caro tratamiento experimental, disponible todavía en pocos países. En Latinoamérica, solo Brasil utiliza esta técnica. Gracias a este proyecto, Paulo vivirá.

Hasta el momento, 14 pacientes han sido tratados con células CAR-T con fondos de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de São Paulo y el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico. Todos alcanzaron una remisión de por lo menos 60% de los tumores. En el segundo semestre del ensayo, 75 personas habrán sido tratadas con esta técnica sufragada a través de fondos públicos.

"El tratamiento es muy pesado porque el sistema inmunológico y todo el cuerpo del paciente se han enfrentado a una gran guerra contra el cáncer. Y cada batalla puede causar bajas. Paulo peleó sus batallas y hoy está agradecido y encantado con el innovador tratamiento que ha recibido", publica el doctor Rocha en su Instagram, donde ha mostrado su "felicidad" por la "curación de Paulo".

¿Cómo funcionan las terapias CAR-T?

Este método se dirige a tres tipos de cáncer: la leucemia linfoblástica B, el linfoma no Hodgkin de células B y el mieloma múltiple, que afecta a la médula ósea. Aunque el tratamiento contra el mieloma múltiple aún no está disponible en el país. La terapia de CAR-T a la que se sometió Paulo consiste en sacar la sangre del paciente, alterar sus linfocitos T y añadirles un gen con un receptor que hace que las esas "células defensivas de élite" que tiene el sistema inmune del cuerpo reconozcan y ataquen directamente a las células cancerígenas.

Se trata de medicamentos personalizados, para los cuales se requiere extraer sangre del paciente con parte de sus células para crear el tratamiento. Los linfocitos T son un tipo de células especialmente preparadas para matar cuerpos extraños, pero el cáncer suele ser esquivo o incluso se "enmascara" y en ocasiones estas células disparan sin tener el objetivo fijado. Para "ajustar" los linfocitos, se extraen del cuerpo del paciente, se modifican para que estén preparados específicamente para eliminar el cáncer de esa persona y se vuelven a inocular en la sangre.

Las terapias CAR-T sólo han probado su eficacia en ciertos tipos de cánceres y se administran en hospitales muy concretos. En España, es posible aplicar esta técnica en varios de ellos, siempre y cuando han fracasado las terapias tradicionales (cirugía, quimioterapia, radioterapia) y en los casos anteriormente citados. No obstante, se están preparando ensayos con terapias CAR-T para linfoma de Hodgkin, linfomas no Hodgkin de tipo T y leucemia mieloide aguda.

Estas terapias son muy nuevas, y pueden ser muy puede ser muy eficaz, pero en ocasiones pueden generar efectos secundarios graves e incluso mortales. Sin embargo, la comunidad científica parece estar de acuerdo en que la inmunoterapia CAR-T es el futuro de la curación de muchos cánceres de la sangre y se espera refinar este método, así como aplicarlo a nuevos cánceres; no solo de la sangre.