Opinión

Paz interior

No podemos aislarnos del dolor de las matanzas por el mero hecho de que algunos mandatarios quieran aumentarse poder y territorio

O.Próximo.- La jefa de UNICEF en Gaza, sobre la situación de los niños en el enclave: "Son las víctimas de esta guerra"
Imagen de GazaEuropa Press

La agitación constante por llegar a ninguna parte, la presión por cumplir con una lista de tareas interminable y absurda, la esclavitud tecnológica con sus continuos mensajes y requerimientos, son tres de los factores que más intranquilidad nos causan y de los que, si vives en sociedad, es imposible librarse. Los pocos que no usan los dispositivos o son héroes o marginados. Y hay más de los segundos, sin duda.

Aunque siempre se ha puesto el énfasis de que la tranquilidad emocional es cosa de la propia mente y sus circunstancias, ya hasta psicólogos y psiquiatras lo están negando. Porque, ¿cómo vas a estar equilibrado habitando un lugar en el que te despiertas con las peores noticias e imágenes del mundo? Muchos todavía no podemos creernos que la guerra siga existiendo como algo cotidiano sin que una mayoría de gobernantes se unan para pararla en seco.

Todavía muchos no podemos aislarnos del dolor de las matanzas a niños y adultos por el mero hecho de que algunos mandatarios virulentos quieran aumentarse poder y territorio.

¿Para qué sirve el descubrimiento de planetas remotos si en la tierra seguimos matando por la única razón de satisfacer egos anómalos? ¿Qué sosiego podemos respirar viviendo en una sociedad hostil y amenazante en la que no tenemos referentes ni políticos en los que creer? ¿Qué paz interior podemos alimentar en un lugar en el que las calles están llenas de gente deshabitada?

Quizá solo los psicópatas sin entrañas pueden disfrutar de su no sufrir por los demás. Los demás, que somos tú y yo, perdemos la paz.