Alerta

Los perros y gatos contagian 'superbacterias' resistentes a los antibióticos a sus dueños

Los microorganismos inmunes a los antibacterianos provocan más muertes que el sida y la malaria. Nuestras mascotas pueden ejercer un papel crucial en este aumento

Los perros pueden oler signos de enfermedades como la diabetes, la epilepsia o el cáncer
La alerta médica sobre las bacterias que nos contagian nuestras mascotas: son resistentesFreepik

A menudo dejamos que nuestra mascota nos chupe la cara o nos dé «besitos», pensando que se trata de una práctica inofensiva. No es así. Además de las enfermedades que nos pueden trasmitir, un nuevo estudio alerta de que los perros y los gatos desempeñan un papel importante en la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos. Así lo sostiene la investigación liderada por un equipo de científicos portugueses y británicos que se presentará en el Congreso Global ESCMID en Barcelona, del 27 al 30 de abril.

El estudio ha hallado indicios de transmisión de bacterias multirresistentes entre perros y gatos enfermos y sus dueños sanos en Portugal y el Reino Unido, lo que hace temer que las mascotas puedan actuar como reservorios de resistencia y contribuir así a la propagación de la resistencia a medicamentos vitales.

La resistencia a los antibióticos está alcanzando niveles peligrosamente altos en todo el mundo. Las infecciones resistentes a los medicamentos matan a más de 1,2 millones de personas al año en todo el mundo. Pero eso no es todo: según las previsiones, la cifra aumentará a 10 millones en 2050 si no se toman medidas. Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad.

«Investigaciones recientes indican que la transmisión de bacterias resistentes a los antimicrobianos (RAM) entre humanos y animales, incluidos los animales de compañía, es crucial para mantener los niveles de resistencia, lo que desafía la creencia tradicional de que los humanos son los principales portadores de bacterias RAM en la comunidad», asegura la investigadora principal Juliana Menezes.

La científica, que trabaja en el Laboratorio de Resistencia a los Antibióticos del Centro de Investigación Interdisciplinar en Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Lisboa, explica que «comprender y abordar la transmisión de bacterias AMR de mascotas a humanos es esencial para combatir eficazmente la resistencia a los antimicrobianos tanto en poblaciones humanas como animales».

Menezes y sus colegas analizaron muestras fecales y de orina e hisopos de piel de perros y gatos y de sus dueños. ¿El objetivo? Detectar Enterobacterales, una gran familia de bacterias que incluye resistentes a antibióticos comunes a la famosa Escherichia coli (E. coli) y a la Klebsiella pneumoniae. Ambas superbacterias también protagonizaron un estudio reciente que alertaba de su presencia en la carne de supermercados en España.

Se centraron en las bacterias resistentes a las cefalosporinas de tercera generación (utilizadas para tratar una amplia gama de afecciones, como meningitis, neumonía y sepsis, están clasificadas entre los antibióticos más importantes para la medicina humana por la OMS) y los carbapenems (parte de la última línea de defensa cuando han fallado otros antibióticos).

En el estudio longitudinal prospectivo participaron cinco gatos, 38 perros y 78 humanos de 43 hogares de Portugal y 22 perros y 56 humanos de 22 hogares del Reino Unido. Todos los humanos estaban sanos. Todas las mascotas tenían infecciones de piel y tejidos blandos (SSTI) o infecciones del tracto urinario (UTI).

En Portugal, un perro (1/43 mascotas, 2,3%) estaba colonizado por una cepa de E. coli multirresistente productora de OXA-181. La OXA-181 es una enzima que confiere resistencia a los carbapenems. Además, 3 gatos y 21 perros (el 55,8% de las mascotas) y 28 propietarios (el 35,9% de los dueños) albergaban Enterobacterias productoras de ESBL/Amp-C. Estas son resistentes a cefalosporinas de tercera generación.

En cinco hogares, uno con un gato y cuatro con perros, tanto la mascota como el dueño eran portadores de bacterias productoras de ESBL/AmpC. Los análisis genéticos mostraron que las cepas eran las mismas, lo que indica que las bacterias se transmitían entre la mascota y el propietario. En uno de estos cinco hogares, un perro y su dueño también tenían la misma cepa de Klebsiella pneumoniae resistente a los antibióticos.

En el Reino Unido, un perro (el 14,3%) estaba colonizado por dos cepas de E. coli multirresistente que producía NDM-5 betalactamasa. Estas E. coli eran resistentes a las cefalosporinas de tercera generación, a los carbapenems y a varias otras familias de antibióticos. Los Enterobacterales productores de ESBL/AmpC se aislaron de ocho perros (36,4%) y tres propietarios (12,5%). En dos hogares, tanto el perro como el propietario eran portadores de la misma bacteria productora de ESBL/AmpC.

Cómo se transmiten bacterias de mascotas a humanos

Aunque no fue posible demostrar la dirección de la transmisión; en tres de los hogares de Portugal, el momento en que se produjeron los resultados positivos de las bacterias productoras de ESBL/AmpC sugiere claramente que, al menos en estos casos, la bacteria se transmitía de la mascota (dos perros y un gato) al ser humano.

Menezes afirma: «Nuestros hallazgos subrayan la importancia de incluir a los hogares con mascotas en los programas nacionales que vigilan los niveles de resistencia a los antibióticos». Y añade: «Saber más sobre la resistencia en los animales de compañía ayudaría a desarrollar intervenciones informadas y específicas para salvaguardar tanto la salud animal como la humana».

Las bacterias pueden transmitirse entre animales de compañía y humanos al acariciarlos, tocarlos o besarlos y a través de la manipulación de las heces. Para prevenir la transmisión, los investigadores recomiendan a los propietarios que practiquen una buena higiene, como lavarse las manos después de acariciar a su perro o gato y después de manipular sus excrementos.

«Cuando su mascota se encuentre mal, considere la posibilidad de aislarla en una habitación para evitar la propagación de bacterias por toda la casa y limpie a fondo las demás habitaciones», añade Menezes. Durante el estudio, todos los perros y gatos fueron tratados con éxito de sus infecciones. Los dueños no tenían infecciones, por lo que no necesitaron tratamiento.