Modorra

¿Por qué entra sueño después de comer?

Una nutricionista explica las claves por las que se produce así como los consejos para tratar de evitar la somnolencia típica tras la comida

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¿Ha sentido alguna vez ganas de dormir o cansancio tras alguna comida copiosa? Esta sensación de modorra se conoce como somnolencia postprandial y es una disminución de los niveles de energía de nuestro cuerpo después de haber realizado una comida, sobre todo cuando es abundante y rica en hidratos de carbono y grasas.

La nutricionista Itxaso Erasun Gorostidi, de la mano de la solución digital que analiza cómo la glucosa afecta a la salud metabólica, Glucovibes, desarrolla 10 claves para entender esta somnolencia y tratar de evitarla:

1. La somnolencia es una experiencia subjetiva que aumenta tras la ingestión de alimentos.

Pero no con todos los alimentos nuestro cuerpo actúa igual. Son con las comidas altas en hidratos de carbono y grasas como paellas, risottos, lasañas, pastas… cuando nuestro organismo se siente más decaído y entra en un estado de modorra. Sin embargo, las comidas equilibradas en macronutrientes o ricas en proteínas como pescados o carnes al horno o a la plancha con vegetales y tubérculos por ejemplo disminuyen la sensación de modorra.

2. Tras una comida la sangre se dirige al tracto gastrointestinal.

Para facilitar la digestión y el transporte de nutrientes absorbidos a las células y tejidos, la sangre se dirige al tracto gastrointestinal tras terminar de comer. Esto hace que nuestro cerebro reciba menor cantidad de sangre y ese desvío hace que se produzca la somnolencia.

3. Tras una comida copiosa se puede producir una hipoglucemia reactiva.

La hipoglucemia reactiva es un evento de hipoglucemia (glucemia por debajo de los 70 mg/dl) que se genera normalmente tras una hiperglucemia, provocada por ingerir un alto aporte de hidratos de carbono y/o ausencia de fibra. Esta situación se asocia a una necesidad elevada de insulina que puede producir una caída del nivel de glucemia por debajo del nivel previo a la ingesta, generando somnolencia, hastío o incluso antojos y ansia de comer al poco tiempo de terminar la ingesta anterior.

4. No todos los hidratos de carbono aportan lo mismo.

Aunque los hidratos de carbono suelen ser más complejos de digerir para nuestro organismo, estos son necesarios para mantener una nutrición saludable. Para evitar el estado de modorra será suficiente con ajustar la ingesta de hidratos de carbono y proteínas para mantener los niveles de glucosa en sangre estables. Para ello, prioriza hidratos de carbono complejos como los tubérculos, frutas, granos enteros, legumbres…

5. Ordena los alimentos antes de ingerirlos.

El orden de los alimentos es fundamental para que nuestro organismo entienda cómo debe actuar ante la ingesta de cada uno de ellos. Empieza por los vegetales y proteínas y acompáñalos de hidratos de carbono complejos. Reduce todo lo posible la ingesta de alcohol en las comidas.

6. Sistema nervioso parasimpático

La llegada de comida al estómago y al intestino delgado activa al sistema nervioso parasimpático e inhibe al sistema nervioso simpático. El balance entre ambos se inclina hacia un tono parasimpático predominante y genera un estado subjetivo de estado de baja energía y deseo de relajarse y descansar, opuesto al estado de “lucha o huye” que induce un alto tono simpático.

7. La modorra llega una hora después de comer.

Después de realizar la comida copiosa, los alimentos llegan al estómago y al intestino donde empieza la digestión y una serie de liberación de hormonas gastrointestinales que regulan el vaciamiento gástrico y provocan un aumento del triptófano en sangre, lo que hace que el cerebro disponga más serotonina y melatonina, neurotransmisores que dan lugar a la somnolencia.

8. La modorra no afecta a la edad.

El estado de somnolencia no interfiere de la edad o el sexo. Afecta de la misma manera a los niños, adultos o ancianos. Como ya hemos comentado anteriormente, el desequilibrio de los macronutrientes será el desencadenante de la modorra, por tanto, ni el sexo ni la edad serán factores importantes en esta sensación.

9. El café inhibe el estado de modorra.

La cafeína es un potente estimulante, que se encuentra en el café, té y en el chocolate, y que actúa en el sistema nervioso central. Por tanto, su consumo va a activar de nuevo el sistema nervioso, evitando de alguna manera ese estado de baja energía o modorra.

10. Dormir una pequeña siesta nos aporta energía

La modorra o la somnolencia, hace que tengamos muchas ganas de dormir. Por tanto, realizar una siesta de no más de 30 minutos puede ayudar a descansar al cuerpo y despertarse con más energía de la que teníamos después de la comida.