Salud
Qué es una infección respiratoria y cómo detectar sus síntomas
El Papa Francisco sintió un malestar en el pecho y, tras el diagnóstico, permanecerá ingresado el hospital Gemelli unos días
Todo comenzó cuando el papa Francisco, de 86 años, sintió una molestia en el pecho. Tal y como informa LA RAZÓN, el pontífice latinoamericano compartió de vuelta a casa cómo se encontraba con su asistente sanitario personal, Massimiliano Strappetti, y el enfermero le aconsejó acudir inmediatamente al hospital Policlínico Gemelli de Roma, el centro clínico de referencia de todos los Papas.
"En los últimos días, el papa Francisco se había visto aquejado de algunas dificultades respiratorias y esta tarde acudió al Policlínico A. Gemelli para realizarse unos controles médicos", según comunicó la oficina de prensa del Vaticano.
La misma fuente precisó que se ha excluido una infección por Covid-19. Asimismo, se informó de que ha sido sometido a un TAC en el tórax y a otras pruebas médicas, y su estado de salud no preocupa tras conocerse los resultados, si bien permanecerá ingresado unos días con un pronóstico optimista. El diagnóstico es claro: una infección respiratoria ha afectado a sus vías.
Las infecciones virales suelen afectar las vías respiratorias superiores o inferiores. Estas enfermedades pueden clasificarse en función del virus causante (por ejemplo, el de la gripe). En general se distinguen clínicamente de acuerdo con el síndrome (resfriado, bronquiolitis, neumonía, etcétera). Y es que, cada microorganismo suele producir manifestaciones clínicas características. Así, el rinovirus causa el resfriado común y el virus sincitial provoca la bronquiolitis. Pero la realidad es que cada uno puede provocar muchos síndromes respiratorios.
Si bien la severidad de la enfermedad respiratoria viral es muy variable, las más graves se detectan con más frecuencia en pacientes de edad avanzada. Esto puede deberse a la exacerbación de trastornos cardiopulmonares subyacentes o por una sobreinfección.
¿Qué síntomas presenta la infección respiratoria?
Los síntomas dependen del tipo de infección. En la bronquitis aguda, se produce una infección de las vías respiratorias principales (bronquios). Estas se inflaman y producen irritación y mucosidad en los pulmones. La bronquitis se llama comúnmente resfriado de pecho, ya que tanto el resfriado común como la bronquitis aguda son producto de una infección causada por un virus. Sin embargo, el resfriado es una infección viral de la nariz y la garganta (tracto respiratorio superior) que provoca la inflamación o irritación de estas zonas (goteo nasal, estornudos y tos).
Por su parte, la bronquitis aguda provoca tos con o sin mucosidad, dolor en el pecho, cansancio y dolores de cabeza leve, corporales y de garganta. Lo que generalmente causa la bronquitis aguda es un virus. A veces, también bacterias. La bronquitis aguda a menudo desaparece por sí sola en una semana o 10 días, aproximadamente. Normalmente, no requiere tratamiento farmacológico.
Otra infección respiratoria que causa dolor en el pecho es la neumonía. No obstante, fuentes del Vaticano han descartado que se trate de una infección respiratoria aguda grave debida a una neumonía, y ha señalado que el pontífice no tenía fiebre.
La neumonía es la principal complicación de las Infecciones Respiratorias Agudas y puede variar en gravedad, desde suave a potencialmente mortal. Es más agresiva en bebés y niños pequeños, personas mayores a 65 años, y personas con problemas de salud o sistemas inmunitarios debilitados.
Se trata de una infección que inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones. Esto suele causar tos, fiebre, dificultad para respirar, dolor de cabeza, fatiga, malestar general, o dolor en el pecho al respirar o toser, que son síntomas que comparte con el resfriado y/o la bronquitis, pero además puede producir escalofríos y temblores, sudoración excesiva, y desorientación.
¿En qué consiste el tratamiento de la infección respiratoria?
El tratamiento suele basarse en la proporción de antibióticos y, si la infección es originada por una gripe grave, con antivirales. Si la situación se agrava mucho, también se puede realizar un tratamiento de oxigenoterapia y, si hay complicaciones, se puede necesitar medicación broncodilatadora.
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