
Salud
¿Por qué las personas más inteligentes viven más? La ciencia tiene la respuesta
El estudio, publicado en la revista Genomic Psychiatry, fue coordinado por el investigador David Hill

Una investigación de la Universidad de Edimburgo ha encontrado una conexión significativa entre la inteligencia y la longevidad, sugiriendo que las personas con una mayor capacidad cognitiva desde la infancia tienden a vivir más años. Según los autores, existe una correlación genética sustancial entre la función cognitiva en la niñez y la duración de la vida.
El estudio, publicado en la revista Genomic Psychiatry, fue coordinado por el investigador David Hill, quien destacó que se trata de la primera evidencia genética molecular que demuestra que la inteligencia temprana y la longevidad comparten una base genética común.
Una relación genética entre mente y vida
Para llevar a cabo la investigación, el equipo analizó datos genéticos de 12.441 personas respecto a su función cognitiva infantil, y de 389.166 individuos en relación con la longevidad de sus padres.
Hill, junto con el profesor Ian Deary, encontró una correlación genética de 0,35 entre ambas variables, lo que sugiere una fuerte etiología genética compartida. Este resultado es especialmente relevante, ya que descarta la causalidad inversa: al centrarse en la inteligencia infantil, se evita que la mala salud en la adultez afecte tanto al rendimiento cognitivo como a la esperanza de vida.
Estudios previos ya habían mostrado que los niños con mayores puntuaciones en pruebas de inteligencia tienden a vivir más tiempo. En una muestra de más de un millón de personas, se observó que por cada incremento en las pruebas cognitivas infantiles, el riesgo de muerte se reducía un 24%, independientemente del país o del nivel socioeconómico.
Genes que influyen en el cerebro y en la salud
Los científicos señalan que algunos genes podrían influir tanto en la capacidad intelectual como en la longevidad, ya sea porque promueven una mejor salud general o porque una mayor inteligencia conduce a decisiones más saludables y hábitos de vida más sostenibles.
Además, los hallazgos abren nuevas preguntas sobre por qué la evolución ha favorecido variantes genéticas que potencian tanto la inteligencia como la duración de la vida. Comprender esta relación podría arrojar luz sobre los procesos del desarrollo humano y el envejecimiento.
Implicaciones en la salud pública
Los investigadores subrayan que estos resultados tienen gran relevancia para la medicina personalizada y la salud pública, ya que entender los factores genéticos comunes entre la inteligencia y la longevidad podría ayudar a diseñar estrategias que promuevan un envejecimiento saludable y una mejor preservación cognitiva.
Aunque los genes no pueden modificarse directamente, identificar tempranamente a personas con mayor riesgo permitiría desarrollar intervenciones específicas que mejoren su bienestar a largo plazo.
Por último, el estudio resalta la importancia de fomentar el desarrollo cognitivo desde la infancia, no solo por su impacto en el rendimiento académico, sino también por sus efectos duraderos en la salud y la esperanza de vida. En este sentido, las políticas educativas y las iniciativas de estimulación temprana podrían tener beneficios para la salud pública mucho más amplios de lo que se pensaba hasta ahora.
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