
Salud
Los químicos presentes en objetos cotidianos pueden impedirte adelgazar incluso después de operarte del estómago
Un nuevo estudio científico descubre que tener niveles altos de PFAS en sangre dificulta mantener la pérdida de peso tras cirugía bariátrica en adolescentes

A veces, la dificultad para perder peso no está solo en la fuerza de voluntad, el ejercicio o la dieta. Hay factores invisibles que pueden estar actuando desde dentro, alterando procesos metabólicos sin que lo sepamos. Los PFAS son elementos que se acumulan en el organismo durante años, presentes en objetos cotidianos y envases, que pueden contaminar el agua potable o la comida que consumimos a diario. Su nombre apenas suena fuera de los círculos científicos o de las autoridades sanitarias, pero la ciencia está empezando a demostrar que, además de vincularse con la aparición de cáncer y enfermedades metabólicas, también podrían estar interfiriendo en cómo nuestro cuerpo responde a los tratamientos para adelgazar.
Un nuevo estudio publicado en la revista médicaObesity sugiere que estos compuestos, presentes en la sangre de la mayoría de las personas, podrían estar relacionados con algo que preocupa especialmente a los médicos: la recuperación de peso, incluso después de someterse a una cirugía bariátrica. Y lo más inquietante es que esta relación se ha encontrado en pacientes muy jóvenes, con toda una vida por delante.
Qué son los PFAS y por qué preocupan
Las sustancias perfluoroalquílicas y polifluoroalquílicas (PFAS) son compuestos químicos artificiales usados en infinidad de productos de consumo. En inglés se les conoce como "forever quemicals", traducido, "químicos eternos", porque acumulan en el organismo con el tiempo y están cada vez más vinculadas a problemas de salud como daños hepáticos, enfermedad renal e incluso ciertos tipos de cáncer.
El nuevo trabajo, realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC), aporta un dato más: los adolescentes con niveles más altos de PFAS en sangre antes de someterse a una cirugía bariátrica tienen más probabilidades de recuperar peso y aumentar su perímetro de cintura hasta cinco años después de la intervención.
"Con el uso cada vez mayor de intervenciones para perder peso en todo el mundo, es fundamental que comprendamos la asociación entre los PFAS y el éxito en el control del peso", explica Brittney Baumert, doctora en Filosofía, máster en Salud Pública y becaria posdoctoral en Ciencias de la Población y la Salud Pública en la USC.
Un estudio de 5 años
El equipo de investigación, con financiación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), realizó el primer estudio a largo plazo que relaciona la exposición a los PFAS con los resultados de la cirugía bariátrica en adolescentes. Se siguió a 186 jóvenes que se sometieron a la operación entre 2007 y 2012. Evaluaron su peso, índice de masa corporal y circunferencia de cintura antes de la cirugía y en cuatro momentos posteriores: seis meses, un año, tres años y cinco años.
Antes de la operación, se analizaron muestras de sangre para medir los niveles de siete tipos de PFAS. Los investigadores clasificaron a los participantes en tres grupos —exposición baja, media y alta— y compararon la evolución de su peso a lo largo del tiempo.
Los resultados fueron claros: los adolescentes con niveles más altos de tres tipos de PFAS, especialmente PFOS, PFHxS y PFHpS (todos ellos ácidos sulfónicos), recuperaron más peso y tuvieron mayores aumentos en la circunferencia de la cintura que quienes tenían niveles más bajos.
Los PFOS o ácidos sulfónicos se utilizan comúnmente como detergentes, surfactantes, catalizadores y componentes en tintes y fármacos. También se encuentran en algunos productos de limpieza y en la síntesis de otros compuestos químicos.
Los jóvenes con más PFAS ganaron más kilos de peso
En el caso del PFOS, por ejemplo, los adolescentes con un peso inicial de cerca de 149 kg en el grupo de menor exposición recuperaron una media de 16,2 kg a los cinco años. En cambio, quienes tenían la mayor exposición recuperaron una media de 21,2 kg.
Para el PFHpS, el grupo con mayor exposición recuperó peso a un ritmo medio del 4,3 % de su peso inicial cada año, frente al 2,7 % anual del grupo con menor exposición.

Implicaciones para la salud de los PFAS
La cirugía bariátrica es una de las intervenciones más efectivas contra la obesidad grave y ayuda a reducir riesgos de enfermedades como la diabetes tipo 2 y patologías cardiovasculares. Sin embargo, la recuperación de peso con el tiempo puede disminuir esos beneficios.
Los resultados de este estudio abren la puerta a adaptar los planes de tratamiento teniendo en cuenta los niveles de PFAS en sangre antes de la cirugía. También respaldan la necesidad de políticas más estrictas para limitar la exposición a estos compuestos. "Los PFAS son un riesgo modificable, por lo que las políticas de protección son tan importantes para reducir la exposición y salvaguardar la salud pública, especialmente para las poblaciones vulnerables", afirma Baumert.
"También nos interesa explorar si la exposición a las PFAS es relevante para otras intervenciones de pérdida de peso, incluidos los medicamentos GLP-1 como Ozempic", dijo el investigador.
En qué objetos se encuentran los PFAS
Los autores subrayan que la principal fuente de exposición a PFAS es el agua potable. Por ello, reclaman medidas más severas en los suministros públicos y un control más estricto en envases de alimentos y otras fuentes. Además, se encuentran en otros productos debido a sus propiedades repelentes al agua, grasa y manchas. Algunos ejemplos son:
- Utensilios de cocina antiadherentes como sartenes y ollas con revestimiento de teflón.
- Envases de alimentos como bolsas de palomitas para microondas, envoltorios de comida rápida y cajas de pizza.
- Ropa y textiles, como ropa impermeable, prendas resistentes a las manchas y alfombras tratadas con repelentes.
- Productos de limpieza y cosméticos, como algunos champús, hilos dentales y maquillajes.
- Espumas contra incendios, utilizadas en aeropuertos y bases militares, que pueden contaminar el agua subterránea.
En definitiva, comprender el papel de estos químicos en el sistema metabólico y la obesidad podría ser clave para mejorar el seguimiento y la atención tras una cirugía bariátrica, pero también para desarrollar estrategias preventivas que protejan a la población más joven de sus efectos a largo plazo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar