Alerta

Relacionan este edulcorante con un mayor riesgo de infarto, trombos e ictus

Un estudio publicado en la revista europea del corazón alerta sobre los posibles efectos para la salud del xilitol, un sustituto del azúcar común en muchos productos

Pasta de dientes
El xilitol es un edulcorante muy popular, usado por ejemplo en pastas de dientesFreepik

El xilitol, un edulcorante muy utilizado en la industria para sustituir el azúcar de los productos, se relaciona con un mayor riesgo de infartos, trombosis y accidentes cerebrovasculares (ictus) en cantidades elevadas. Así lo advierte un equipo científico del centro médico académico Clínica Cleveland, después de examinar datos de más de 3.000 pacientes de Estados Unidos y Europa.

Los edulcorantes pertenecen a familias químicas diferentes que se pueden dividir en dos grupos: los polialcoholes son sustancias químicas permitidas en Europa como edulcorantes para endulzar multitud de productos. También llamados polioles, entre ellos se encuentran el xilitol, el sorbitol, el maltitol y el eritritol. Por otro lado están los edulcorantes artificiales, como la sacarina, el aspartamo, la estevia, etcétera.

«Este estudio recalca de nuevo la necesidad urgente de investigar los edulcorantes artificiales y los azúcares del alcohol en particular, ya que se siguen recomendando para combatir patologías como la obesidad o la diabetes», señala Stanley Hazen, quien dirigió el estudio publicado en la revista European Heart Journal, que edita Oxford University Press en nombre de la Sociedad Europea de Cardiología.

Los azúcares del alcohol o sustitutos del azúcar a menudo se denominan «naturales» e implícitamente se consideran inocuos porque las empresas los obtienen de distintas formas, como por extracción o síntesis a partir del almidón de trigo, de bayas, avena, abedul, bagazo de caña de azúcar o cáscara de maíz. El dulzor del xilitol en concreto es similar al de la sacarosa, pero las calorías por gramo son menores (2,4 kcal/g o frente a las 4 kcal/g de los azúcares típicos).

Este es uno de los motivos por los que el consumo de polioles ha crecido de forma significativa en los alimentos procesados y otros productos de consumo, como «alternativas saludables» al azúcar. De hecho, el mercado del xilitol está creciendo rápidamente y alcanzó los 701,3 millones de dólares en 2023. Además, se espera que siga subiendo un 4% anual.

Qué es el xilitol y en dónde se encuentra

El xilitol está aprobado por la Unión Europea como aditivo alimentario y la FDA lo reconoce como «seguro». Se le atribuye beneficios para la protección de los dientes, un efecto positivo en el microbioma oral e intestinal, una menor producción de insulina en comparación con la sacarosa y otras ventajas por las que se defiende su uso.

Los productos y alimentos que utilizan xilitol en su composición son los chicles sin azúcar, los productos para la protección de los dientes sin azúcar como la pasta de dientes, los dulces, los productos horneados y productos de la industria cosmética, en especial los que aumentan la producción de colágeno.

El estudio, en el que también participó el especialista alemán Marco Witkowsky, aclara que esto no significa que haya que «tirar la pasta de dientes si contiene xilitol, pero debemos tomar consciencia de que el consumo de un producto que contenga niveles altos podría aumentar el riesgo de eventos relacionados con trombos sanguíneos». Los trombos son coágulos de sangre que se forman en las venas o arterias y es potencialmente mortal.

El editorial de la revista que acompaña al estudio señala que el trabajo «muestra con elegancia complicaciones cardiovasculares relevantes y alarmantes asociadas al xilitol endógeno y exógeno [...] demostrados por primera vez en dos cohortes de pacientes cuidadosamente estudiadas, grandes e independientes». También indica que los resultados fueron «estadísticamente significativos y clínicamente relevantes».

A grandes rasgos, los investigadores identificaron que los niveles altos de xilitol circulante se asociaron con un riesgo elevado de eventos cardiovasculares a tres años. Asimismo, un tercio de los pacientes con la mayor cantidad de xilitol en plasma tenían más probabilidad de experimentar un evento cardiovascular. Para confirmar los hallazgos, el equipo de investigación realizó pruebas preclínicas y descubrió que el xilitol provocaba la coagulación de las plaquetas y aumentaba el riesgo de trombosis.

También se examinó la actividad plaquetaria de personas que ingirieron una bebida endulzada con xilitol en comparación con una endulzada con glucosa y encontraron que cada medida de la capacidad de coagulación aumentó significativamente inmediatamente después de la ingestión de xilitol, pero no de glucosa.

El futuro del xilitol: exigen más control

Los autores señalan que sus datos justifican que se conduzcan más estudios para evaluar el efecto del xilitol en la salud cardiovascular a largo plazo y en dosis elevadas. Para más inri, este mismo equipo de investigación encontró el año pasado un vínculo similar entre el eritritol y el riesgo cardiovascular.

Aunque la investigación tuvo varias limitaciones, como que los estudios de observación clínica demuestran asociación y no causa-efecto, el editorial con el que se analiza el artículo señala la necesidad de estudiar más a fondo los polialcoholes de azúcar, del mismo modo en que se ha puesto el foco en los edulcorantes artificiales.

«Una reciente declaración de la OMS publicada en mayo de 2023 desaconseja el uso de edulcorantes no azucarados para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos. Sin embargo, la recomendación no se aplica a los azúcares bajos en calorías y a los alcoholes de azúcar (polioles)», remarca.

Y termina diciendo que «en conjunto, los datos envían una señal de advertencia de que el xilitol puede tener efectos protrombóticos [...]. Desgraciadamente, estos azúcares se utilizan con frecuencia en el grupo de pacientes de riesgo con obesidad y diabetes». Por eso, estos datos datos «exigen colectivamente que tanto las autoridades como los investigadores examinen más de cerca los edulcorantes del alcohol y el azúcar como peligro cardiovascular».