"El riesgo de la alimentación del futuro es que nos inclinemos más por los ultraprocesados que por los alimentos funcionales”

1. ¿Qué son los alimentos funcionales?

Son alimentos que además de su capacidad nutricionales, son capaces de aportar al organismo beneficios suplementarios de salud

2. ¿Qué requisitos deben cumplir?

Primero, y perdón por la ironía, deben de ser reales, es decir, debe aportar algún beneficio real de mejora de la salud. Estos beneficios deben de apoyarse en evidencias científicas y no en meras declaraciones e informar de forma adecuada a los consumidores.

3. ¿Cuáles son sus beneficios?

Sin duda todo lo que contribuye a una mejor salud, una vida más larga y a alejar la enfermedad es bueno en sí mismo. Reducir la ingesta de sal o de grasas de mala calidad, siempre va a ser un beneficio para la salud.

4. ¿Qué alimentos funcionales podemos encontrar en el mercado?

Disponemos de productos ricos en fibra, con azúcares reducidos, con aporte de vitaminas, con OMEGA 3, con suplemento de calcio (como las leches), enriquecidos con fitoesteroles, etc.,; aunque hay muchos que se pueden considerar naturalmente funcionales. Como no modificados encontramos el aceite de oliva, la soja, el yogur, los frutos secos, los cereales integrales, el pescado o las frutas y verduras.

5. En la universidad Loyola se está participando en un estudio para el desarrollo de alimentos funcionales formulados con algas, ¿por qué con algas?

Hace tiempo que se dice que el mar contiene buena parte de las respuestas que necesita la medicina y la salud humana y en especial en las algas. Las algas son fáciles de criar y contienen sustancias de interés humano. En este caso se trata de una sustancia que puede actuar como espesante natural (ya obtenemos de ellas el agar) pero que además es antioxidante.

6. ¿Cómo será la alimentación del futuro?

El agotamiento de los recursos de la tierra, la necesidad de un mundo sostenible y la orientación, por un lado a una alimentación más saludable en el caso de mundo desarrollado, y a la necesidad de obtener grandes cantidades a costes bajos, hacen que tengamos que mirar a la biotecnología, tanto el diseño de esos alimentos, como en la búsqueda de fuentes asequibles para su producción. El riesgo puede estar si en ese camino nos inclinamos más que por los alimentos funcionales, por los ultra procesados, sobre todo por la presión de los costes.