Salud

¿Sirve de algo dejar de fumar cuando ya te han diagnosticado cáncer de laringe?

Publican el primer estudio que demuestra el impacto de abandonar el tabaco en el pronóstico de los pacientes recién diagnosticados con tumor laríngeo

La mayoría de las comunidades estudia prohibir fumar en la calle y terrazas
Se prohíbe fumar en la calle si no se garantiza la distancia de seguridadMariscalAgencia EFE

A pesar de llevar mucho tiempo con esta adicción, dejar de fumar tiene beneficios. Se sabe que abandonar el hábito reduce el riesgo de cáncer, pero muchos ex fumadores desean saber cuándo empezarán a notar efectos positivos en su salud. Lo cierto es que algunos de ellos comienzan incluso en el mismo momento en el que se suelta el último cigarrillo.

Por ejemplo, el ritmo de los latidos del corazón se estabiliza a a las horas de abandonar esta práctica nociva. Pasados unos días, los niveles de monóxido de carbono en la sangre (que envenenan literalmente el plasma) empiezan a reducirse. La función pulmonar aumenta y la circulación de la sangre mejora a los meses de dejarlo. Entre el primer mes y el noveno, disminuyen la tos, la dificultad para respirar y el riesgo de infección.

A partir de ahí, los tiempos son más difusos. Un estudio recuente publicado en la revista científica JAMA Network Open, apunta que el riesgo de cáncer sigue siendo ligeramente elevado durante los 10 años siguientes a dejar de fumar, frente al tabaquismo continuado. Hasta los 15 años, esta probabilidad no se reduce a la mitad, según el mismo trabajo. Aun así, se trata de una aproximación y se necesita más investigación.

En esta línea, aparece un nuevo estudio que da respuesta a otra de las mayores preguntas sobre el consumo de tabaco y el cáncer: ¿sirve de algo dejarlo cuando ya nos han diagnosticado cáncer? Dejar de fumar no es sencillo y se puede llegar a pensar algo similar a «total para qué, si el daño ya está hecho». Sin embargo, esto no es cierto.

Qué pasa si dejas de fumar cuando tienes cáncer de laringe

Estamos ante una buena noticia: dejar de fumar antes del tratamiento del cáncer de laringe mejora la supervivencia y la conservación de la laringe. Así lo arroja el último y prometedor análisis de la Universidad de Oklahoma (OU), en Estados Unidos.

El trabajo se llevó a cabo en pacientes que fumaban cuando se les diagnosticó cáncer de laringe. Los que dejaron de fumar antes de iniciar la quimioterapia o la radioterapia respondieron mejor al tratamiento, tuvieron menos probabilidades de que se les extirpara quirúrgicamente la laringe y vivieron significativamente más que los que siguieron fumando.

«Hasta donde sabemos, éste es el primer estudio que sugiere que, en los pacientes con cáncer de laringe recién diagnosticados que son fumadores en el momento del diagnóstico, los que dejan de fumar antes de que comience el tratamiento tendrán un pronóstico mucho mejor que los que siguen fumando», destaca la Dra. Lurdes Queimado, profesora de otorrinolaringología, cirugía de cabeza y cuello en la Facultad de Medicina de la OU.

«Estamos entusiasmados con estos hallazgos porque dan algo de esperanza a nuestros pacientes. Si la quimioterapia y la radioterapia no funcionan, puede ser necesario extirparles la laringe, lo que a menudo conlleva estigmatización y depresión. Su calidad de vida disminuye considerablemente porque tienen muchas dificultades para tragar y tienen que hablar a través de un tubo», señala la médica.

La investigación se publica en la revista Otolaryngology-Head and Neck Surgery. En ella se subraya que los resultados apoyan la importancia de integrar programas de deshabituación tabáquica en los planes de tratamiento del cáncer de laringe, una zona de la garganta que interviene en la respiración, la deglución y el habla.

Abundan los estudios que demuestran que los fumadores sufren peor el cáncer de laringe que los que nunca han fumado o que lo han dejado antes de recibir el diagnóstico. Pero Queimado redujo su análisis para comprender qué ocurría con las personas que dejaban de fumar entre el momento del diagnóstico y el inicio del tratamiento, normalmente un periodo de sólo unas semanas.

Dejar de fumar aumenta cuatro veces la probabilidad de responder a la quimio

El equipo de investigación analizó los datos de los pacientes con cáncer de laringe que fueron tratados en el Centro Oncológico Stephenson de OU Health, el único de Oklahoma designado por el Instituto Nacional del Cáncer. Los que dejaron de fumar antes de iniciar el tratamiento tenían casi cuatro veces más probabilidades que los fumadores de presentar una respuesta completa a la quimioterapia y la radioterapia, lo que significa que los médicos no pudieron encontrar indicios de cáncer.

A continuación, el equipo de investigación estudió los datos de los pacientes durante siete años después del tratamiento. Los que dejaron de fumar antes del tratamiento tenían la mitad de probabilidades que los fumadores de necesitar una intervención quirúrgica para extirpar la laringe y erradicar el cáncer.

Además, los que dejaron de fumar antes del tratamiento vivieron más que los que siguieron fumando. A los tres años del tratamiento, el 83% de los que habían dejado de fumar seguían vivos, frente al 66% de los que seguían fumando. A los cinco años, las estadísticas eran del 79% frente al 60%, y a los siete años, del 75% frente al 56%.

«Tener una calidad de vida tan mejorada durante siete años es significativo. En la mayoría de los pacientes, tratamos primero con quimioterapia y radioterapia para intentar preservar la laringe, que es vital para hablar y tragar. Debido a esos problemas de calidad de vida, el impacto de este estudio va más allá de lo que medimos», afirma Queimado.

Queimado ha puesto en marcha ahora un estudio prospectivo, en el que se seguirán los resultados de los pacientes actuales que dejaron de fumar en el momento del diagnóstico y de los que siguen fumando. También está trabajando con sus colegas clínicos para colocar sus hallazgos en tarjetas informativas en las áreas de atención al paciente. Sin embargo, su objetivo a largo plazo es hacer que la ayuda para dejar de fumar sea mucho más accesible para los pacientes.

«Un diagnóstico de cáncer es abrumador y la vida de las personas da un vuelco, por lo que, a menos que se les lleven los servicios, es menos probable que los busquen por su cuenta. Es muy difícil dejar de fumar, pero creo que marcará la diferencia si podemos rodear al paciente del apoyo y las herramientas que necesita para dejarlo. Si lo dejan durante el tratamiento, quizá nunca vuelvan a hacerlo», concluye.