
Ensayo pionero
El tratamiento que logra reducir la miopía en niños
Un ensayo del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, muestra una disminución de la velocidad de progresión de esta patología en niños y adolescentes

La miopía es un defecto refractivo que provoca visión borrosa de lejos, que se asocia habitualmente con una elongación o alargamiento axial del ojo. En su desarrollo influyen aspectos genéticos, como tener padres miopes y, de manera importante, factores medioambientales relacionados con el estilo de vida. Para controlar su progresión, los especialistas en Oftalmología recomiendan intentar pasar más tiempo al aire libre con luz natural, mantener una distancia de trabajo apropiada (leer a más de 40 cm de distancia), disminuir en la medida de lo posible el abuso de pantallas, especialmente con poca luz, y acudir a revisiones médicas periódicas.
El aumento exponencial de la miopía ha sido considerado como un problema de salud pública global por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que entre un 40% y un 52% de la población mundial será miope en 2050. Adicionalmente, la miopía, muchas veces banalizada o infravalorada por considerarse un simple defecto refractivo que se corrige con gafas, ha sido clasificada recientemente como una enfermedad por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina Americanas.
Hasta el punto es relevante el incremento de casos que, como asegura la oftalmóloga Noemí Güemes, del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, “cada vez hay más miopía en edades más tempranas. Estamos viendo en las consultas del hospital que la miopía se está desarrollando y creciendo a una velocidad mayor de la esperada”, señala.
Aunque se puede corregir con la utilización de gafas o lentes de contacto y con cirugía refractiva, estas opciones no tratan ni modifican la longitud axial del ojo, que es el parámetro relacionado con el desarrollo de enfermedades oculares asociados a la miopía. Por eso, “cuanto antes se trate antes se podrá frenar su progresión y evitar patologías asociadas a la miopía alta o magna, que es aquella que se tiene a partir de 6 dioptrías y/o una longitud axial de 26 milímetros”, añaden las oftalmólogas.
Y precisamente en esto está investigando el Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, que lidera un ensayo clínico pionero basado en un tratamiento combinado que ha mostrado una disminución de la velocidad de progresión de esta patología en niños y adolescentes, según los resultados preliminares obtenidos por los especialistas de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Motilidad Ocular de este centro madrileño.Se trata del primer ensayo clínico aleatorizado que evalúa y compara la eficacia del tratamiento de atropina diluida al 0,025% y la utilización de gafas con lentes oftálmicas de tecnología DIMS -que permite mantener una visión nítida en el centro de la lente y un desenfoque periférico que controla la progresión de la miopía, evitando el alargamiento axial del ojo-, frente al tratamiento con colirio de atropina al 0,025% y lentes convencionales.
Este estudio, avalado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, cuenta con la participación de niños de entre 4 y 16 años de edad, con miopía entre 1 y 6 dioptrías y hasta 2 de astigmatismo. El objetivo de este estudio es frenar la progresión de la miopía, “y lo que es más importante, disminuir la velocidad de crecimiento del ojo (longitud axial), ya que el aumento del crecimiento ocular o elongación axial, se asocia con un aumento del riesgo de desarrollar enfermedades oculares asociadas a la miopía, y que pueden causar un déficit visual irreversible en la vida adulta, como desprendimiento de retina, cataratas o maculopatía”, explica la oftalmóloga del Hospital Clínico San Carlos, Noemí Güemes.
Los hallazgos de este trabajo han mostrado que el tratamiento combinado disminuye de manera significativa el aumento miópico de la longitud axial y, además, se ha visto que aproximadamente casi 4 de cada 10 pacientes han conseguido detener la progresión axial miópica con el tratamiento combinado”, añade Rosario Gómez de Liaño, responsable de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Motilidad Ocular del hospital madrileño. Los resultados preliminares de este novedoso estudio ya han sido presentados en congresos nacionales e internaciones.
Esto es además importante porque “cada dioptría evitada reduce el riesgo en un 40% de padecer patologías asociadas en la edad adulta como desprendimiento de retina, catarata precoz, glaucoma o maculopatía miópica. Por el contrario, el aumento de una dioptría incrementa el riesgo de maculopatía miópica en un 67% de por vida”, concluye Gómez de Liaño.
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