Maquillaje
No uses estas brochas de maquillaje si tienes la piel sensible
Te mostramos los mejores consejos de los expertos para proteger tu rostro
El maquillaje es, según los expertos, "el noble arte de embellecer a las personas". Hoy en día se ha convertido en uno de los elementos más importantes de la imagen, y es, por tanto, una de las técnicas imprescindibles en el campo de la imagen personal. La regla de oro en el maquillaje es que sus resultados deben comunicar ante todo: salud y armonía. Por ello, a la hora de maquillarnos, es igual de importante utilizar herramientas adecuadas que el maquillaje en sí mismo. Esta filosofía es defendida por numerosas mujeres influyentes como Dua Lipa, Claudia Schiffer o Charlotte Tilbury.
La brocha es la herramienta por excelencia de cualquier rutina de maquillaje. A la hora de elegir la que más se adapte a nosotros, no solo debemos fijarnos en el producto ante el que nos encontramos (colorete, bronceador, base, sombras...), sino que debemos establecer cuál es la más idónea dependiendo de nuestro tipo de piel. Y con más razón aún si tienes la piel sensible y prefieres evitar complicaciones.
Qué brocha de maquillaje debo usar si tengo la piel sensible
Teniendo en cuenta que escoger brochas de buena calidad es imprescindible, no puede pasar desapercibido su mantenimiento y limpieza. Es recomendable lavarlas mínimo una vez por semana y desinfectarlas después de cada uso con productos específicos. "Solo eliminando bacterias conseguimos que nuestra piel no sufra" explica Silvia Quirós, maquilladora profesional.
Si tienes la piel sensible, debes evitar la fricción en cualquier sentido. Las brochas menos tupidas provocan menos fricción y, por tanto, menos irritación. Además, estas recogen menos producto y, por ende, eres plenamente consciente de la cantidad que aplicas. A grandes rasgos, podemos diferenciar las brochas en dos tipos: de pelo natural o sintéticas.
Las brochas de pelonatural suelen ser más suaves y agradables. Su precio es más caro, pero suele garantizar su perdurabilidad en el tiempo. Sus cerdas naturales presentan un corte irregular y se asocian a una mayor calidad. Son las más utilizadas en el mundo del maquillaje profesional, pese a que absorben mucho producto y esto las daña más.
Las brochas de pelosintético son aptas para veganos y alérgicos. Están fabricadas con poliéster o nylon y son más económicas. Este tipo de pelo absorbe menos producto, por lo que permite aplicar capas más finas hasta conseguir el resultado que busques.
Tipos de brocha en función del producto
Las brochas de maquillaje desempeñan roles distintos según su diseño y corte. Para una correcta aplicación, es importante diferenciar cuáles son las características de cada una de ellas.
- Brocha para el contouring. Son brochas cortas con acabados asimétricos que permiten cubrir con precisión cada ángulo de tu rostro.
- Brocha para el colorete. De forma redondeada y tupidas que permiten definir el pómulo.
- Brocha para polvos bronceadores. Brocha gruesa y compacta que permita la aplicación uniforme.
- Brocha para la base de maquillaje. Conocida como "lengua de gato" es una brocha redondeada y ligeramente plana.
- Brocha para polvos iluminadores. Con forma de abanico permite una correcta aplicación y quitar el exceso de producto.
Cómo limpiar correctamente las brochas de maquillaje
Debemos empezar por enjuagar las puntas de las brochas para que los restos que hay en los pelos (también conocidos como cerdas), situados entre la férula y la punta, vayan desapareciendo. La mejor forma de hacerlo es juntar las puntas del dedo índice y del pulgar, apretar los pelos y hacer un movimiento de abajo a arriba.
Lo siguiente será llenar "un recipiente con agua tibia (templada)" y añadirle un jabón que sea "pH neutro, un limpiador facial habitual o un champú suave". Además, lo correcto es hacer espuma en ese recipiente para que el producto haga todavía más efecto. El siguiente paso es limpiar la punta realizando movimientos circulares.
El cuarto paso es hacer los mismos movimientos de antes pero "sobre la palma de la mano". Se echa otra gota del jabón que se había incluido en el recipiente con agua sobre la mano y se mueve la brocha en forma de circunferencia para continuar con el lavado exhaustivo. Posteriormente, se debe enjuagar el utensilio con agua templada y volver a llenar el recipiente con los mismos elementos que antes y con el mismo procedimiento; movimientos en forma de círculo. Hay que repetir el proceso una y otra vez hasta que el agua salga totalmente limpia.
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