Coronavirus
El cambio de diagnóstico de China dispara las cifras de afectados
La jornada más negra: 13.500 infectados más y 254 muertos en un solo día
Con 13.500 casos de infectados más de golpe, casi 10 veces más que en el día anterior, y 254 fallecimientos, el doble que el miércoles, la jornada de ayer se convirtió en la más negra desde que estallara hace dos meses una nueva epidemia de coronavirus que ya ha causado 60.000 contagios en China. Aunque las cifras, que supusieron todo un baño de realidad, respondían a un cambio en el criterio para diagnosticar el ahora denominado COVID-19, elevaron las dudas sobre lo que sucede realmente dentro de la provincia de Hubei, epicentro de la infección y donde un día antes se había informado del primer descenso diario en las cifras de afectados. Eso, sin hablar del incremento de muertos.
Según el nuevo protocolo, a partir de ahora ya no habrá que esperar a dar positivo en la prueba de ácido nucleico, sino que cualquier paciente que presente señales de neumonía cuando se le realice una prueba de tomografía computarizada (un escáner pulmonar) pasará a engrosar la creciente lista de afectados. Esta nueva metodología responde, según la Comisión Nacional de Salud china, a la lentitud en conseguir resultados con los ensayos actuales –se tardaba entre uno y dos días– y la escasez de equipos para llevar a cabo dichos exámenes. Con ello se permitirá aislar con mayor rapidez a los contagiados y «recibir un tratamiento a tiempo», afirmaron.
Ese es el principal objetivo a conseguir. Sobre todo, en la provincia de Hubei donde se originó el brote y que acumula más de 1.300 muertes y casi 50.000 casos del total de infectados en China. Allí, millones de personas permanecen en cuarentena sin poder salir apenas de sus hogares y sometiéndose a controles casa por casa para detectar contagiados. Para muchos, algunas de estas drásticas medidas han supuesto más un parche que una verdadera solución a una situación totalmente desbordada de la que Pekín ha culpado a las autoridades locales. Precisamente, para demostrárselo a sus ciudadanos, el gobierno central –ahora al mando de la gestión de la crisis– se quitó ayer de en medio a dos pesos pesados de la provincia: el secretario general del Partido Comunista (PCCh) en Hubei, Jiang Chaoliang, quien será sustituido por el actual alcalde Shanghái y a Ma Guoqiang, secretario del Partido en Wuhan y que será reemplazado por el jefe del PCCh en Jinan.
En los países de alrededor, los gobiernos continuaban imponiendo medidas de contención para frenar la propagación del patógeno. A las cuarentenas obligatorias para ciudadanos llegados de la China continental en Hong Kong y la de los viajeros del crucero atracado en Japón, se sumó otra en Vietnam. Allí, 10.000 habitantes de una localidad estarán aislados tras haberse detectado ya cinco casos.
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