Hablemos de futuro

Mujeres y tecnología, una asignatura pendiente

Aunque se han hecho grandes progresos en las últimas décadas, la presencia de mujeres profesionales en el campo de la tecnología sigue siendo minoritaria, cuando no residual. Esta situación de desigualdad hace que sea necesario contemplarla en las principales agendas sociales que marcarán las pautas para lograr, el día de mañana, un mundo más justo

Mujeres en el sector tecnológico, ¿una asignatura pendiente?
Mujeres en el sector tecnológico, ¿una asignatura pendiente?larazon

Un ejemplo muy ilustrativo de la baja representación de las mujeres en la ciencia es el siguiente dato: de los 7 organismos públicos para la investigación que tenemos en España, solo uno está dirigido por una mujer.

Se trata del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), presidido por Rosa Menéndez, científica e investigadora. Además, es la primera mujer en estar al frente de esta agencia desde su creación en 1939.

A nivel formativo, los datos también muestran una realidad desigual. Según el informe “Descifrar las claves: la educación de las mujeres y niñas en materia de STEM”, elaborado por Unesco, existen varios indicadores de infrarrepresentación de las mujeres en las disciplinas tecnológicas.

Las mujeres en el campo educativo y profesional de las STEM: principales indicadores

A día de hoy, tan solo el 35 % de las personas que se matriculan en carreras relacionadas con la tecnología son chicas. A medida que avanzan por el sistema educativo, la brecha de género suele aumentar para las jóvenes, sobre todo en los niveles de máster y doctorado.

Esto se traduce, a su vez, en una infrarrepresentación en el campo profesional: la presencia de mujeres en empleos relacionados con las TIC es muy inferior a la de sus colegas varones.

Además, se acusa más a medida que se asciende en la organización. Como muestra el caso de Rosa Menéndez, las mujeres en los consejos y órganos de dirección de empresas tecnológicas son casos excepcionales.

Por último, incluso, se aprecian también abandonos de las disciplinas STEM en el ámbito profesional, ya que los datos muestran que muchas no acaban trabajando en su campo de estudio. Junto al resto de cifras que nos arroja el sector, se pone de manifiesto que, si bien, vamos en el camino correcto para lograr una igualdad real, aún queda mucho por recorrer.

Factores de diversa índole

La socialización de las niñas es, en grandísima parte, el origen de este tipo de situaciones de desequilibrio.

El interés que sienten las alumnas por las disciplinas STEM está directamente relacionado con la percepción que tienen de sí mismas y de su rendimiento y eficacia en este campo. También es importante la influencia que ejerce sobre ellas el contexto social en el que crecen.

Precisamente, este contexto será muchas veces responsable de la configuración del mundo por las niñas y jóvenes. La actuación del profesorado, el desempeño de sus pares femeninos en el sistema educativo y el entorno familiar también muestran una incidencia directa en la relación de las niñas y jóvenes con las disciplinas STEM.

También, los estereotipos, los sesgos de género y los prejuicios juegan un papel fundamental, al ser interiorizados por los propios niños y niñas y al moldear la forma que tiene cada persona de verse a sí misma.

En este sentido, el denominado sesgo de auto-selección y la invisibilización de referentesfemeninos hacen que muchas veces se descarten a sí mismas para este tipo de estudios al percibirlos como dominantemente masculinos.

En lo transversal está la solución

El informe ofrece algunas líneas en las que se deben encaminar los esfuerzos de los agentes sociales para evitar que las niñas, y luego las jóvenes, se desvíen de la educación STEM.

A nivel microsocial, es importante luchar por contrarrestar las ideas preconcebidas que puedan existir sobre estos ámbitos. También es útil promover entornos de aprendizaje inclusivos y facilitar el acceso a la orientación profesional desde una perspectiva de género que alimente el interés de las niñas para escoger carreras STEM.

A un nivel superior, las medidas orientadas a fomentar la igualdad de género y las políticas transversales son algunas soluciones. Su objetivo es normalizar, fomentar e incentivar la presencia femenina, algo en lo que ya se está trabajando. Sin duda, el éxito dependerá tanto de los agentes públicos como de las empresas que contratan hoy y conforman la fuerza productiva de un país.

Prueba de ese trabajo es el creciente acceso a becas de escolaridad e investigación que se ofrecen para mujeres en el campo STEM y que esperan multiplicar para visibilizar las oportunidades disponibles.

Becas STEM Talento Mujer para impulsar el cambio

Algunos organismos, tanto públicos como privados, ya se han puesto en marcha con programas para contribuir a una sociedad más justa e igualitaria.

En este sentido, Banco Santander mantiene un firme compromiso con la reducción de la brecha de género y el incentivo de la presencia de mujeres en el ámbito STEM.

La entidad ha lanzado una nueva edición de su programa de Becas STEM Talento Mujer, que busca fomentar el estudio de estas disciplinas por parte de las jóvenes. Se trata de un programa que es válido para estudios de másteres o posgrados.

Las becas consisten en una dotación económica de ayuda al estudio y en la realización de prácticas formativas en distintas áreas del banco. Esta iniciativa pone de manifiesto su firme apuesta por la igualdad de oportunidades, el talento y la inclusión como líder en banca responsable.

Conscientes de que incluir a la mujer en el campo STEM solo puede sumar a la investigación y la ciencia, las Becas Talento Mujer se unen así a otras acciones de la entidad como Girls4Tech, un programa desarrollado en colaboración con Mastercard que pretende incentivar a las niñas para que miren hacia los sectores más innovadores y técnicos y que sean ellas también las protagonistas de la revolución tecnológica del futuro, u otros a favor de la igualdad de género, como es Generación 81 o el respaldo del programa Santander WomenNOW Summit, entre otras.