Sociedad

Torra desafía al TSJC y los bares seguirán cerrando a las 12

Pocas horas antes de la desobediencia de la Generalitat, el alto tribunal catalán rechaza la apertura de las discotecas. Mientras, los preocupantes contagios en la comarca de Lérida se contienen

El sector del ocio nocturno y de la restauración en general se está mostrando muy crítico con las decisiones de la Generalitat
El sector del ocio nocturno y de la restauración en general se está mostrando muy crítico con las decisiones de la GeneralitatNACHO DOCEREUTERS

La Generalitat volvió ayer a decretar el cierre de bares y restaurantes a partir de la medianoche en las ciudades catalanas afectadas por brotes de coronavirus, pese a la suspensión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de dicha norma, que se dio a conocer en el mismo día.

El ejecutivo catalán publicó en el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (Dogc) la nueva resolución, que entrará en vigor el domingo a las 21.00 horas.

La suspensión del TSJC levantaba la obligación a bares, restaurantes, chiringuitos y casinos de cerrar como máximo a medianoche. Sin embargo, rechaza la reapertura de discotecas, lo que supone otro fuerte golpe al sector del ocio nocturno, que ya está muy perjudicado por la pandemia. Llevan tiempo quejándose de las decisiones de la Generalitat.

Se estimaba en parte el recurso de la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm) contra la resolución que publicó la Generalitat.

La suspensión del tribunal afecta a la parte del texto que limitaba el horario de bares, restaurantes, chiringuitos y bares musicales de Barcelona y municipios de su área metropolitana, además de a Figueras y Vilafant (Gerona) y más de 40 municipios de la provincia de Lérida.

Las restricciones que se desplegaron en Lérida, Barcelona y trece municipios del área metropolitana se están mostrando efectivas. Se cumple el plazo de las primeras medidas de contención desplegadas en Barcelona y sus alrededores, que junto a Lérida era y es el territorio que más preocupa a las autoridades sanitarias.

Pero tras quince días en activo, la curva epidemiológica en Cataluña muestra signos de doblegarse. El riesgo de rebrote sigue siendo alto, se sitúa en 163,05, por encima de cien, el número que marca la línea roja entre un riesgo alto y moderado. Aunque la famosa «R», la medida que evalúa la velocidad de propagación de la epidemia, que calcula cuántas personas puede contagiar cada infectado se ha reducido de 1,5 a 1,14. Para tener al virus controlado, debería estar por debajo de 1. Lérida lo ha conseguido. Y Barcelona, que hace dos semanas tenía una R de 2,5, ahora está en 1,1. En cambio, en el municipio playero de Castelldefels esta cifra se ha doblado de 2 a 4.

Hasta esta semana, que se han estrenado multas, en estos municipios costeros en el que se mezclan veraneantes y vecinos eran habituales los «botellones».

Coincidiendo con la operación salida de agosto, la Generalitat hizo una llamada a la prudencia de los ciudadanos que tiene previsto desplazarse a las localidades de veraneo. El presidente, Quim Torra, lanzó este aviso: «Los próximos diez días serán críticos». Alertó de que Cataluña se juega otro confinamiento.

El número de contagios es parejo a los últimos días de febrero. Pero la diferencia respecto a entonces, para evitar el marzo «horribilis», es que ahora, «conocemos mejor el virus», subraya el nuevo secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon. Hoy por hoy, la vacuna contra el virus es distancia social, higiene y mascarilla. Argimón pide prudencia que no es sinónimo de suspender fiestas mayores. No dice que estas celebraciones se suspendan, pero sí que los ciudadanos cumplan con la seguridad.