Sociedad

El Gobierno estudia un permiso retribuido o baja para padres con hijos en cuarentena

La ministra de Educación anuncia que generalizará el uso de mascarillas a partir de los seis años

La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, aseguró este miércoles que el Gobierno está trabajando en asegurar algún tipo de ayuda a los padres que tengan que dejar de trabajar para cuidar a algún menor en caso de que se suspendan las clases por un caso o sospecha de Covid-19 en su colegio.

En una entrevista a la Cadena Ser recogida por Servimedia, Celaá concretó que se está trabajando en un permiso retribuido como el que “ya se utilizó al principio de la pandemia” y que otro “puede ser una baja por tener que cuidar a un niño cuarentenado”. “Esto está aún por cerrar” con los ministerios de Sanidad y Trabajo, apuntó.

Estas ayudas se aplicarían, dijo, para trabajadores con “niños menores de 12 o 13 años” y aunque el curso arranque en unos días, en su opinión, “no hay poco tiempo para desarrollar las medidas”. “Son fórmulas que ya conocemos”, aseveró.

La ministra también se refirió a la incertidumbre social que muestran familias, estudiantes y profesionales de la educación ante la inminente ‘vuelta al cole’. “Esta especie de apuro que está entrando en España no se justifica con los hechos de la realidad. Todas las comunidades autónomas están trabajando, las direcciones de los casi 30.000 centros escolares, están haciendo un esfuerzo para adaptar sus centros desde junio. No estamos en la primera vista”, indicó.

EXCESO DE ALARMA SOCIAL

Celaá aseguró que “cree claramente” que hay un exceso de alarma social ante el inicio de curso en plena pandemia, y que estaría “suscitado, a veces con intención, por mucho movimiento político, mediático”. “En todos los países estamos con la misma incertidumbre proporcionada por la evolución de la pandemia”, dijo. Para ello, puso de ejemplo las diferencias de curso que están teniendo los landers en Alemania, donde, resaltó, se aprecia una “lealtad institucional” hacia Angela Merkel.

También serenó a la comunidad educativa sobre el anuncio que hizo la Comunidad de Madrid de contratar 11.000 profesores para el nuevo curso. Según la ministra, “las medidas que anunció están en los planes” propuestos en junio y “todas las comunidades tienen listas para sustituciones”. “Están a tiempo”, sentenció.

Por otra parte, Celaá recordó que “hay causas justificadas” por las que algunos alumnos con más riesgo para su salud no tendrían que acudir a clase, pero insistió a las familias que “la educación es insustituible” y “beneficiosa”, no sólo “por los conocimientos y emociones”. “No puede ser reducida al ámbito domiciliario”, concluyó.

Uso generalizado de la mascarilla a partir de seis años

La ministra de Educación anunció que va a presentar a las comunidades autónomas “algún ajuste en términos de revisión a la realidad” en las recomendaciones para la vuelta al colegio que planteó en junio, por “la evolución de la pandemia no positiva” durante este mes agosto. Entre ellas, generalizará el uso de mascarillas a partir de los seis años.

Hace semanas la propia Celaá se refirió a que la mascarilla sería para los alumnos de más de diez años, porque los de etapas inferiores estarían en grupos estables de convivencia, denominados ‘grupos burbuja’.

Este anuncio para rebajar su uso a los seis años coincide con la decisión que ayer dio a conocer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al presentar el plan de medidas de su gobierno regional para el nuevo curso escolar, y que precisamente establece la mascarilla como obligatoria a partir de Primaria.

Según adelantó Celaá en la entrevista, en la reunión que mantendrá mañana jueves con representantes de los gobiernos autonómicos y en la que estarán otros ministros, se presentarán dos documentos, uno de ellos para garantizar el entorno escolar seguro y otro sobre la gestión de los posibles casos.

También se estudiará cómo se realizará la toma de temperaturas, pues “puede generar algunas colas” si se hace cuando se llega al colegio. “Se puede pedir a los padres que no envíen a ningún niño con ninguna afección”, avanzó, o proponer “un modelo combinado” en el que se pueda detectar también fiebre “en el aula”. Asimismo, apuntó a la posible declaración responsable por parte de los padres.

La ministra subrayó otras medidas que ya planteó el Gobierno en sus recomendaciones en junio, como “geles hidroalcohólicos en las aulas para que los alumnos se laven las manos permanentemente”, la ventilación y otras formas de protección personal, como “las burbujas que nos permiten convivir como familia”, y que desde su perspectiva no sólo son para los 27.000 colegios de España, sino que “son en todas partes”.

“Tenemos que convivir con lo que nos toca”, zanjó, por lo que llamó a “no cargar a las familias con más preocupación”. “Es injusto”, aseguró. “Estamos trabajando denodadamente todo el Gobierno por procurar un entorno seguro”, dijo.