Sociedad

La salvaje agresión de una menor a otra mientras sus amigas se ríen y comen pipas

La madre de la víctima presentó una denuncia por Bullying el pasado 15 de septiembre después de que se viralizara el vídeo

Momento en el que la agresora patea a su víctima
Momento en el que la agresora patea a su víctimaYoutubeLa Razón

Cuatro amigas de 15 años comen pipas, se ríen, graban y comentan entre ellas lo que les parece algo muy divertido pero que en realidad es una brutalidad. Para ellas es una escena cotidiana. “Mira, ya empezados como ayer”, comenta una de ellas. Otra bromea al escuchar la sirena de una ambulancia. A escasos metros, “Ainhoa” está abusando de otra adolescente, que no hace nada. Primero verbalmente. Ante la falta de respuesta, recurre a la violencia. La víctima parece que lo veía venir, está acostumbrada. No es la primera vez y su única respuesta es dejarse llevar, como su fuera un saco de boxeo en el que su “amiga” pueda descargar toda su frustración e ira. Tienen que pasar varios segundos, varios puñetazos y salvajes tirones de pelo para que hable, para que pide que pare.

Las amigas siguen comiendo pipas, como si estuvieran viendo una película. Se ríen. Su amiga está intentando quitarse de en medio a la agresora, pero ninguna hace nada. De hecho, la escena les divierte: “¡Qué cariñosas son las amigas!”, dice una de ellas entre risas. Una es la que agrede, pero las demás son cómplices. De hecho, la ayudan para que pueda seguir con la agresión sin que nadie la vea, sin que nadie la interrumpa.

 

“Ahí hay un coche, ponte en este lado mejor”, le dicen para que su amiga siga dando rienda suelta a su violencia. Y sigue. con más fuerza. Vuelva a lanzar a la amiga al suelo, le da puñetazos y patadas. Aparece la sangre. En un codo, en la cara. La víctima ya se cansa de recibir golpes y protesta porque le ha dado en la nariz y se le han roto los pantalones. Está más preocupada de que alguien sepa lo que ha ocurrido, de que le queden marcas o pruebas de la agresión, que de su integridad física.

No es la primera vez que le pasa y ha decidido dejarse llevar, quedarse inerte. Hasta que su amiga se canse. Pero esta vez el vídeo sí ha corrido como la espuma por las redes sociales y los grupos de WhatsApp y ha provocado la apertura de una investigación de la Policía. Las cómplices estaban ayudando a su amiga sin saberlo, al grabarlo y compartirlo.

Otro video que también fue ampliamente compartido en redes sociales y grupos de mensajería instantánea muestra a las mismas protagonistas caminando por el polígono, mientras la víctima no para de llorar y su cuerpo está lleno de heridas. A pesar de ello, la agresora no se detiene y continúa con el abuso físico y verbal.

Los hechos ocurrieron el pasado 15 de septiembre en Jaén, calle Ronda del Valle, en el polígono del Valle, frente al colegio Santo Domingo. Ese mismo día, la madre de la víctima denunció los hechos en comisaría. La Policía Nacional investiga ya los hechos.