Covid-19

La enfermería arremete contra la farmacia por querer vacunar y hacer test: “Es una privatización encubierta de la Sanidad”

Los representantes de la profesión lanzan un duro manifiesto y denuncian que las boticas no priman el bien común o la salud pública con esas iniciativas

Entrega de mascarillas quirúrgicas a la entrada de una farmacia de Toledo
Entrega de mascarillas quirúrgicas a la entrada de una farmacia de ToledoÁngeles VisdomineAgencia EFE

Los representantes de la profesión enfermera han cargado con dureza por segunda vez contra las farmacias, por su proyecto de participar en vacunación y en la práctica de pruebas diagnósticas de la Covid-19.

En un manifiesto confundo firmado por las sociedades científicas de enfermería, los colegios, los directivos de enfermería y el sindicato Satse, remarcan que las farmacias son “oficinas privadas” y las acusan de buscar “los intereses económicos y sus esperados beneficios” con su iniciativa, en lugar de “el bien común o la salud pública”. “Pese al maquillaje y la cosmética que adornan muchas farmacias y los bondadosos argumentos para administrar vacunas, se encuentra un negocio privado que ya cobra su porcentaje en la venta de una vacuna y que proponen ahora incluso administrarla y, claro está, cobrar por ello”. Según señalan los representantes de la enfermería, “la necesaria autorización de una instalación sanitaria y la compleja formación para la administración de cualquier medicamento, incluidas las vacunas, hacen inviables a las farmacias para este cometido. La falta de garantías de asepsia de las farmacias para este fin hace impracticable cualquier planteamiento asistencial en su interior. Pero sin duda, lo que resultaría injustificable sería que el personal de la farmacia procediera a administrar las vacunas de forma autónoma o por función delegada, ya que en ningún caso administrar vacunas es una competencia farmacéutica y sí enfermera, que también tiene la competencia de su indicación y la capacidad de realizar una observación posterior asociada de los posibles efectos secundarios (incluso de extrema gravedad, requiriendo reanimación inmediata”. A juicio de la enfermería, ésta y otras iniciativas como la atención en los domicilios son “un paso más para una privatización encubierta de la sanidad pública con profesionales no cualificados para estas funciones”. Añaden que la realización de pruebas diagnósticas de Covid representaría un riesgo extremo para la salud de los ciudadanos porque la recogida de esas muestras requiere de una cualificación elevada".