Sucesos
Rosario Porto, madre de Asunta, enterrada más de un mes después de suicidarse en la cárcel
Al cementerio de Santiago de Compostela han acudido media docena de personas
Rosario Porto, condenada a 18 años de cárcel por el asesinato de hija Asunta Basterra en 2013, ha sido enterrada este sábado en el cementerio de Boisaca, en Santiago de Compostela, en el panteón de su familia.
Los restos mortales de Porto fueron trasladados desde Ávila, donde permanecían desde que se suicidó en la cárcel de Brieva, el pasado 18 de noviembre.
El entierro tuvo lugar a las 13:30 de la tarde y contó con la asistencia de media docena de personas, entre las que se encontraba su abogado José Luis Gutiérrez Aranguren.
Porto fue condenada junto a su marido, Alfonso Basterra, a 18 años de cárcel por el asesinato de su hija adoptiva, cuyo cadáver fue hallado el 22 de septiembre de 2013 en una cuneta del municipio coruñés de Teo, próximo a Santiago de Compostela
Fueron los funcionarios de la prisión de Brieva (Ávila) los que encontraron a Porto muerta en su celda, colgada de un cinturón de tela atado a la ventana, en la mañana del 18 de noviembre.
Tenía toda la celda recogida, incluidas pertenencias, lo que hace pensar que tenía meditada su decisión.
La abogada compostelana cumplía la pena por el asesinato de su hija adoptiva y había pasado 7 años en tres prisiones -A Lama (Pontevedra), Teixeiro (A Coruña) y Brieva (Ávila)-.
Ya había intentado quitarse la vida en otras ocasiones, la última el 12 de noviembre de 2018, y el 24 de febrero de 2017 fue ingresada en el hospital tras ingerir un medicamento que tomaba habitualmente por prescripción médica.
La muerte de Porto se produjo sin que ella nunca admitiese su participación ni la de Alfonso Basterra en el asesinato de la menor que fue encontrada sin vida en una pista forestal próxima a una casa propiedad de la mujer y que, precisamente, el pasado mes de octubre se incendió causando importantes daños.
Durante la vista oral del caso en los juzgados compostelanos, que se celebró bajo un importante foco mediático a finales del año 2015, la versión de los padres siempre fue la misma. Ambos se declararon culpables e insistieron en que Asunta era lo que más querían en el mundo.
Sin embargo, las declaraciones de los condenados no convencieron ni al juez ni al jurado popular que, por unanimidad, los declaró culpables de la muerte violenta de la pequeña después de que los análisis toxicológicos permitieran determinar que Asunta había sido sedada con benzodiacepinas varios meses antes a su muerte.
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