Caza

La Covid-19 provoca un gran descenso en la economía cinegética

Se han expedido entre un 20% y un 40% menos de permisos de caza arrastrando a todo negocio relacionado con la caza.

Ha habido un descenso de más del 90 % en las jornadas de caza menor colectivas a causa de la Covid-19
Ha habido un descenso de más del 90 % en las jornadas de caza menor colectivas a causa de la Covid-19Sergio Gómez

La situación de crisis económica que estamos viviendo a causa de la Covid-19 afecta también y en gran medida al sector cinegético. El mundo de la caza, si bien se desarrolla en el campo, sostiene de por sí una infinidad de negocios relacionados con su actividad: licencias, armas, cartuchería, ropa, complementos, óptica, viajes, hostelería, etc. Las restricciones a la movilidad adoptadas por los distintos gobiernos autonómicos han provocado que la actividad cinegética haya sufrido una fuerte caída este año.

La Covid-19 ha provocado un descenso de entre el 20 % y el 40 % de los permisos de caza expedidos en 2020, según los datos preliminares del estudio que está realizando Fundación Artemisan para analizar la influencia de la Covid-19 en la caza, con la participación de administraciones, federaciones, organizadores profesionales, cárnicas, taxidermistas, distribuidores y otras muchas empresas del sector.

Así, las primeras conclusiones desvelan una disminución del 20 % en los permisos expedidos por las administraciones para la caza en terrenos gestionados por la propia administración, como reservas de caza, afectando principalmente a los permisos de recechos, especialmente de corzo y cabra montés. Por su parte, la tramitación de permisos de caza en terrenos privados ha sufrido un descenso aún más acusado, cercano al 36 %, destacando los recechos con una disminución del 44 %, las monterías con un 38 % y los permisos de daños, con una bajada del 31 %.

El estudio se divide en dos fases coincidentes con la propia evolución del coronavirus, una primera oleada, de marzo a octubre, con el confinamiento, la limitación de la actividad y el posterior desconfinamiento; y una segunda fase, que se está desarrollando desde principios de noviembre, coincidiendo con la limitación de movimiento y la restricción en la caza por Comunidades.

Otra actividad que se está viendo muy afectada a nivel nacional es la de los organizadores profesionales de caza, con un descenso de más del 90 % en las jornadas de caza menor colectivas, disminuyendo además en un 25 % el número medio de cazadores por día y en un 75 % el número de personas empleadas por los organizadores.

Cabe destacar el gran impacto que ha tenido el Coronavirus en la caza internacional, tanto de españoles en el extranjero como de extranjeros que vienen a cazar a España, con undescenso superior al 90 % del volumen de la actividad.

Otra de las consecuencias del Coronavirus ha sido el descenso de entre el 10 % y el 20 % en la expedición de licencias de caza a nivel nacional, con Andalucía encabezando la bajada – 9.503 licencias menos-; seguida por Castilla-La Mancha -8.071. licencias menos- y Castilla y León, con un descenso de 4.953.

A nivel federativo, se ha producido una disminución en el número de tarjetas del 11%, aunque el mayor impacto se ha producido en el número de competiciones celebradas, con la cancelación de más del 75 %, llegando incluso casi al 100 % en algunos territorios.

En cuanto al sector cárnico, el número de canales de caza mayor que ha entrado en la cadena de comercialización ha descendido un 9 %, con una caída drástica de corzo, muflón, ciervo y gamo, con descensos comprendidos entre el 30 % y el 45 %, que se han compensado en parte con un aumento de las canales de jabalí del 50 %. En la misma línea, la venta de carne de caza ha sufrido una bajada del 36 %, lo que supone que se han dejado de vender algo más de 1.000 toneladas de carne de caza durante la primera oleada. Idéntico camino han seguido las empresas de taxidermia, que registran pérdidas de entre el 15 % y el 35 %.

Las empresas dedicadas a la venta de armas, óptica, munición y otros componentes han sufrido igualmente caídas acusadas en las ventas, elevándose a un 75 % en rifles y escopetas, un 67 % en materiales de óptica y un 15 % en munición metálica.