Mónica y Paco a su "llegada a meta"

Una media maratón para llegar al hospital

Una pareja de enfermeros caminó 22 kilómetros en medio de la ventisca para llegar a su turno en la UCI del 12 de Octubre

«Todo es distópico, loco». Así comienza la conversación con este periódico Mónica García de la Felguera, enfermera de UCI del 12 de Octubre que se ha hecho célebre estos días por haber recorrido caminando junto a su pareja, Paco Blázquez, los 22 kilómetros que los separaban de su turno en el hospital. Entre risas, dice que hasta el diario británico «The Guardian» se ha hecho eco de su historia. Y es que no hay duda de que se trata de una hazaña que merece ser contada.

Esta pareja de Majadahonda entendió pronto que «si queríamos llegar al hospital el sábado solo podría ser andando». Así que se despertaron de madrugada y a las cuatro y media se pusieron en camino «después de haber desayunado un café y unos suspiros del Nalón, unas pastas típicas de Asturias», la patria chica de Mónica. Con una temperatura helada enfilaron la carretera que normalmente seguían con el coche y en apenas cuatro horas y media eran recibidos como unos héroes por los compañeros a los que dieron el relevo.

«La sensación térmica a ratos era de unos cinco o seis grados bajo cero. Paco se congeló un poco las manos, se le pusieron medio azules, moraditas, pero tengo que reconocer que, pese a todo, la gozamos», reconoce Mónica. Hay que aclarar que esta pareja que lleva junta desde 1991, cuando se conocieron en la UCI Polivalente del mismo centro médico en el que siguen trabajando tres décadas después, es extremadamente deportista, practica el ayuno intermitente y han participado en todas las pruebas míticas que se celebran en España. Solo Paco, carabanchelero de 50 años, tiene 16 maratones a sus espaldas. Su excelente forma física les permitió llegar en perfecto estado al hospital después de una caminata en la que «no tuvimos que comer nada, aunque llevábamos café y unos frutos secos».

De hecho, «esta aventura que al final tuvo su gracia» casi le parece a Mónica el perfecto colofón a unos tiempos extraños en los que nos hemos instalado desde hace casi uno año. La Policía con la que se cruzaron en la ruta ni siquiera les saludó ni se acercó a preguntarles nada «pese a que estábamos fuera de la hora del toque de queda». Con bastones, sin necesidad de crampones y a buen ritmo, recorrieron metro a metro la distancia equivalente a una media maratón entre una nieve recién caída que en las cunetas les llegaba por la cadera.

Esta animosa enfermera de 52 años asegura que le ha sorprendido tanto interés de parte de los medios de comunicación. Considera que «lo único que hicimos fue andar, tenemos piernas para eso. Fue una inversión de tiempo, que por otro lado es los más valioso que tenemos. Otros compañeros hicieron lo mismo doblando turno». Además, reivindica que toda la profesión sanitaria «no queremos aplausos ni premios, solo que se nos tome en serio. Y que nos podamos jubilar a una edad que nos permita disfrutar de la vida».

La motivación de esta pareja, además de la evidente de no dejar colgados a sus compañeros «porque encima somos dos personas», también tuvo algo de «tratar de empoderar a todo el equipo». De servir de inspiración para sanitarios y no sanitarios sobre la importancia de practicar deporte, de estar activos. Los días que siguieron a los 22 kilómetros que ya son míticos, Paco y Mónica recorrieron en un par de ocasiones 15 kilómetros a pie para seguir cumpliendo con su trabajo. Y seguirán haciéndolo hasta que Filomena les dé una tregua.