Pandemia
Illa se inhibe pese a los 25.438 contagios y 408 muertos en un día
El ministro augura un «enero complicado», pero delega en las autonomías las medidas de control en el arranque de la tercera ola
Desde el pasado mes de junio, España no registraba tantos nuevos casos de Covid-19 en un fin de semana como los que reportó el lunes el Ministerio de Sanidad. Este disparatado crecimiento de los contagios, que tuvo continuidad ayer, al contabilizarse 25.438 más y 408 nuevos fallecidos, puede ser sólo el amargo aperitivo de lo que está por venir.
El efecto reconocido de los contactos sociales durante las fiestas navideñas y el no admitido aún de la nueva cepa inglesa, que causa estragos en Irlanda y el resto de Gran Bretaña, va a dejarse notar en nuestro país a lo largo de los próximos días. Empiezan a dar muestra de ello los datos de incidencia acumulada de contagios diagnosticados durante los últimos siete días, que ayer eran de 253 por cada 100.000 habitantes, y tendrán traslación pronto en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), que alcanzan ya una ocupación por enfermos críticos de coronavirus del 26,97% en todo el país, la segunda mayor cifra desde el pico alcanzado en la primera quincena de noviembre, en plena segunda ola.
El aún ministro de Sanidad, Salvador Illa, es consciente de la situación. Ayer aprovechó su comparecencia pública al término de la reunión del Consejo de Ministros para avisar de que enero será un «mes complicado», y reconocer que la evolución de la pandemia de Covid-19 en España es «muy preocupante».
Pese a ello, volvió a insistir en que el Gobierno no aprobará un confinamiento domiciliario como empiezan a demandarle numerosos especialistas en epidemiología, Salud Pública o medicina de familia, y algunas comunidades. Así se lo trasladará hoy a las autonomías que se lo pidan en el Pleno del Consejo Interterritorial de Salud, el máximo órgano de coordinación sanitaria del conjunto del Estado. Según apuntó Illa, el Gobierno ya sabe lo que tiene que hacer, en alusión a la estrategia de actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de Covid-19, un conjunto de criterios que actúan a modo de semáforo que fueron pactados con las regiones y que, según el ministro, dieron su fruto durante la segunda ola, al permitir controlar el crecimiento de los casos de contagio.
«El conjunto de medidas que están recogidas en la estrategia que acordamos con las comunidades son las que hay que aplicar y por eso de momento pensamos que no hay que dar ningún paso más, y descartamos el confinamiento domiciliario», aseguró subrayando que estas medidas «son muy similares» a las que se están aplicando en otros países europeos.
El crecimiento de contagios ha hecho que gran parte de España se encuentre en situación de riesgo alto o extremo por la Covid-19. Una de las comunidades más golpeadas en esta tercera ola, Castilla y León, con una tasa de 469 contagios por cada 100.000 habitantes el pasado lunes, pidió ayer a su población, por boca de su consejera de Salud, Verónica Casado, que se autoconfine para evitar la transmisión del virus. Este territorio ha decretado ya el cierre del interior de bares, gimnasios y centros comerciales. Según la consejera, la velocidad de contagio del virus en esta tercera ola es «muy superior» a la de a segunda ola, aunque no atribuye este hecho a la nueva cepa británica del virus, que ya circula por España.
En Cantabria, el Gobierno regional va a prorrogar el confinamiento perimetral, mientras que el País Vasco mantendrá los cierres de provincias y municipios con una incidencia a 14 días superior a los 500 casos. Por su parte, Navarra reducirá los grupos sociales a seis personas, salvo que se trate de una unidad de convivencia, y Andalucía restringirá al máximo la entrada y salida de internos y familiares de las residencias de mayores, en donde aún habrá que esperar para que el efecto de la vacuna mitigue la elevada letalidad que arroja el virus. En La Rioja, los grupos sociales se reducen a cuatro personas.
La incidencia de las nuevas infecciones en el conjunto de los territorios es uno de los indicadores de que la pandemia puede volver a causar estragos en España. En Extremadura, se contabilizan 1.076 casos diagnosticados en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes, y ya hay regiones como Madrid o Baleares que superan los 600, y otras regiones se acercan a esta barrera. Su impacto en hospitalizaciones e ingresos en las unidades de críticos tarda unos días en notarse.
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