Tiempo libre

Los gurús del tiempo: de las nubes de velcro a la realidad aumentada

La información meteorológica se ha convertido en uno de los espacios más populares en los medios de comunicación. Analizamos de la mano de sus principales protagonistas la transformación de esta profesión, qué hay entre bambalinas y cómo han llegado a convertirse en los chicos y las chicas del tiempo

José Antonio Maldonado, Martín Barreiro, Mercedes Martín y Laura Madrueño, las caras más conocidas de la información del tiempo
José Antonio Maldonado, Martín Barreiro, Mercedes Martín y Laura Madrueño, las caras más conocidas de la información del tiempoRoldan, PerezLa Razón

José Antonio Maldonado fue quien desató el fenómeno de la información meteorológica que hoy copa gran parte de los contenidos en los medios de comunicación. Nadie se resiste a consultar los datos del tiempo, aunque vaya a quedarse en casa. Y así lo demuestran sus buenas audiencias. Tras Maldonado llegaron nuevos rostros, formatos rompedores que han convertido estos espacios en un espectáculo para los sentidos. Lejos quedan las nubes y los soles que se pegaban con velcro en mapas de cartón o los dibujos que se hacían a mano sobre las cartulinas para explicar la previsión diaria. Maldonado tuvo como mentor al mítico Mariano Medina, responsable de la apuesta por este formato que arrancó en 1988. Pero, ¿cómo se ha producido esta evolución? ¿Quiénes son los hombres y mujeres del tiempo que hoy se cuelan en nuestras casas a través del televisor para avisarnos de la lluvia o el calor extremo?

Hablamos con los físicos, oceanógrafos, periodistas y meteorólogos para desvelar los secretos de una profesión cada vez más demandada y admirada. “Desde que el hombre es nómada ha estado interesado por el tiempo porque de ello dependía la recogida de los vegetales o el establecimiento de sus guardias”, puntualiza Maldonado al inicio de nuestra conversación. Es de los pocos, como él dice, “auténticos meteorólogos”, es decir, los que se han sometido a la oposición estatal que otorga tal título. Él la aprobó el 26 de junio de 1970 “después de un año entero encerrado en un apartamento de Argüelles sin parar de estudiar. La plantilla era y es de 196 personas, solo que ahora hay como unas 60 vacantes porque no salen las plazas a concurso y cada vez se van jubilando más personas”.

El meteorólogo José Antonio Maldonado, director de Meteored
El meteorólogo José Antonio Maldonado, director de MeteoredAlberto R. RoldánLa Razón

Sus comienzos fueron apasionantes y relata con emoción cómo dio el salto del Instituto Nacional de Meteorología a la televisión. Hasta entonces, la información del tiempo en televisión se realizaba a través de la voz en off de un locutor que leía lo que enviaban los expertos desde el Instituto, “pero cuando nació el programa de TVE ’'Buenos días’', el primer matinal de la televisión, se convirtió en un espacio presentado por una persona experta”. Y fue el propio Maldonado quien pidió una excedencia (porque no le permitieron simultanear ambos trabajos) en la que hoy conocemos como Agencia Estatal de Meteorología. Desde ese momento se convirtió en el hombre del tiempo más famoso del país.

“Recuerdo que, cuando estaba Mariano, era el que hacía los mapas y él mismo dibujaba los soles y las nubes. Yo ya entré con el chroma, esa pantalla verde donde luego se superponen los mapas, era algo muy novedoso. Tuve que ensayar para que saliera todo bien, pero en aquel momento pocos sabían utilizarlo”, rememora. Maldonado, físico de carrera y ahora director de Meteored, asegura que los sueldos de meteorólogo no son estratosféricos: “Hay quien cobra bien por estar en altos cargos, pero el trabajador raso muy normalito. En la actualidad estará en los 2.200 euros brutos”.

Sin embargo, cuando él recibió su primer sueldo sí recuerda la cantidad exacta que cobró: “La paga eran 30.000 pesetas y, oye, sin hijos ni obligaciones en ese momento, la verdad es que era muy buen sueldo. Pude disfrutarlo bien con mi mujer en el primer destino que tuvimos, Canarias. Ella también ejercía en el Instituto”. Es más, como entonces el Instituto de Meteorología dependía del Ministerio del Aire, ya extinto, los funcionarios tenían categoría de capitán: “Yo me casé vestido con el uniforme. Luego ya desmilitarizaron el tiempo, como digo yo, y hemos ido pasando por diferentes ministerios. Ahora nos han puesto en el de Transición Ecológica y Reto Demográfico”, sentencia.

Cambios que él ha venido experimentando durante los cincuenta años de profesión que, en la actualidad, los chicos y chicas del tiempo que cada día vemos en tele escuchan con admiración. En el plató que en su momento ocupó Maldonado se encuentra Martín Barreiro, un físico entusiasta que presenta el tiempo del fin de semana en TVE. Él forma parte de las nuevas generaciones de meteorólogos. Barreiro vive su profesión con pasión, pero confiesa que nunca se imaginó llegar hasta donde se encuentra ahora: “Soy hijo de profesores, mi padre era matemático y a mí de niño me gustaba todo lo relacionado con la ciencia. Siempre me vi con bata en un laboratorio, no tenía vocación de meteorólogo. Pero estudié física, una carrera dura y compleja -todavía recuerdo cómo mi padre me ayudaba con las diferenciales- y me fui decantando por la aerodinámica, la física de fluidos y así poco a poco me fui acercando a lo que hago actualmente”.

Martín Barreiro, meteorólogo de TVE
Martín Barreiro, meteorólogo de TVEAlberto R. RoldánLa Razón

En la facultad de Física de Santiago de Compostela se estaba produciendo entonces el germen de lo que sería el Centro Meteorológico Autonómico y él metió la cabeza. Le entusiasmaba lo que tenía entre manos. Luego vino la llamada de Televisión Galicia, donde permaneció 10 años y de ahí su salto a TVE. “No tenía ni idea de hablar en público, realice una formación aceleradísima. Al principio yo estaba detrás de las cámaras y controlaba los modelos para hacer pronósticos”, relata. Barreiro afirma haber vivido la transición en primera persona, “salvo las cartulinas de mapa, que a eso no llegué”.

Ahora, el espacio del tiempo viene acompañado de la más alta tecnología donde, incluso, la realidad aumentada ocupa un lugar profesional. “La clave es hacerlo lo más divulgativo posible, atractivo y que la gente se entere con precisión de lo que estamos contando”, dice el meteorólogo. Una precisión de datos que también busca la excelencia, aunque “es complicado llegar al 100%. Trabajamos en torno al 80% en la previsión al corto plazo, que es lo que más interesa al espectador. Estamos llegando a un techo en el que cualquier mejora, por pequeña que sea, conlleva una maquinaria cada vez más potente, por eso, nos basamos en la previsión probabilística, no ser gurús sino poder afirmar que el fenómeno meteorológico se producirá con una previsión, por ejemplo, al 90%”, explica el gallego.

Mercedes Martín, presentadora del tiempo en Antena 3.
Mercedes Martín, presentadora del tiempo en Antena 3.©Gonzalo Pérez MataLa Razón

Un dato con el que coincide su “competencia”, Mercedes Martín, la presentadora matinal del tiempo en Antena 3. “Trabajamos con un margen de error en torno al 15 y el 20%, pero la probabilidad de acierto va en función del horizonte predictivo y el evento en sí. Por ejemplo, en el caso del temporal Filomena, el miércoles, a tres días de la nevada histórica, la previsión de nieve en Madrid era del 65%. Por eso, a mayor horizonte también lo es la incertidumbre, el sesgo de error y menor la predicción”, puntualiza. Ella es oceanógrafa, licenciada en Medio Ambiente y cursó el máster de Meteorología y Geofísica.

Su día a día está envuelto en las consultas de las diferentes fuentes meteorológicas. En primer lugar, como todos sus compañeros, la AEMET y después otras bases de datos tanto europeas como estadounidenses. Con ellos, se elabora el producto que presentan al espectador. “Cada maestrillo tiene su librillo, y cada uno de nosotros elabora sus informaciones seleccionando los datos que nos resultan más fiables y útiles”, puntualiza. Ella tiene asumido que “para bien o para mal soy la chica del tiempo y así me catalogarán”, al menos, puede utilizar sus conocimientos para disfrutar de sus escapadas de buceo y Kitesurf en los mejores momentos del año. Además, en sus redes sociales se ha convertido en el despertador meteorológico de gran parte de la juventud: “Como me levanto a las tres de la mañana subo a Instagram las previsiones y recomendaciones del día. La divulgación es fundamental”, asevera.

Una labor en la que cada día se esfuerza también Laura Madrueño, la responsable del tiempo en Telecinco. “Yo no soy meteoróloga, quiero aclararlo para que no haya malos entendidos. Soy periodista, pero cuando me seleccionaron para presentar este espacio me formé en ello y cada día sigo aprendiendo”. Humilde y risueña, Madrueño confiesa que ellos son los únicos de las televisiones nacionales que siguen utilizando el chroma, el resto ya se han sumado a la moda de las pantallas.

Laura Madrueño, presentadora del tiempo en Telecinco
Laura Madrueño, presentadora del tiempo en TelecincoAlberto R. RoldánLa Razón

La interrumpimos mientras prepara la información que en unos momentos mandará al equipo de gráficos. Ella se encarga de seleccionarlos y sus compañero le dan forma: “No creo que los avances tecnológicos que ha habido en la información del tiempo sean un espectáculo, creo que suponen una necesidad para hacer más fácil de entender lo que estamos contando. Explicar los fenómenos de manera más cercana y que genere interés. Esto es lo que conforma el cambio radical, la precisión de los datos y de la transmisión de los mismos. No es lo mismo explicar la temperatura o fenómenos que van a ocurrir con un sol o nube de velcro que vas colocando en una zona determinada como se hacía antes, que hacerlo a través de varios mapas muy completos o realidad aumentada. Ver cómo se mueven las masas de aire frío, por ejemplo, a tiempo casi real es una maravilla”, sentencia.

Todos ellos aseguran estar casi 24 horas al día conectados a los cambios meteorológicos, y asumen que su profesión va más allá de las ocho horas laborales. “Los pronósticos de la familia son los más exigentes, los más frecuentes y los que menos admiten error”, dice con humor Barreiro quien además puede presumir de haber predicho la hora en la que llovería en la boda de un amigo. “Les dije que a las tres de la tarde comenzaría a llover y así fue. También es verdad que jugaba con ventaja, la boda era en Galicia y conozco bien cómo funcionan allí las borrascas y sabemos afinar la hora”, sentencia.