Educación
Institutos Diocesanos: Más de medio siglo de educación de calidad en Canarias
En la década de los 60 del pasado siglo, en un momento de transformación radical de Las Palmas de Gran Canaria, del éxodo rural a la concentración urbana, Cáritas asumió la demanda social que solicitaban las familias trabajadoras para dar una respuesta educativa a sus hijos e hijas ante la inexistencia de una red escolar pública suficiente y un deficiente transporte urbano que articulara los nuevos asentamientos con la parte baja de la ciudad (zona de costa), donde se encontraban los dos únicos centros educativos de enseñanzas media de la ciudad. Así nacieron en 1962 los institutos Santa Isabel de Hungría y Santa Catalina, y ocho años más tarde, el Ntra. Señora del Pilar. Hablamos con sus responsables
¿Qué balance hacen de estos años de trabajo?
Con más de medio siglo de historia, el devenir de los Institutos es positivo. Siguen funcionando adaptándose a los retos de cada momento y siendo fieles al espíritu con el que se crearon. Los barrios en los cuales están ubicados los centros han ido aumentando sus recursos, dotaciones y mejoras, pero el reto sigue siendo el mismo: educar a adolescentes y jóvenes capacitándoles para acceder a los estudios universitarios, a la formación profesional o a la vida laboral desde el perfil de salida diseñado para ellos y ellas.
¿Qué cursos se imparten en ellos?
Ofrecemos ESO y Bachillerato, ambos en régimen de concierto con la administración. Aunque nuestros centros no destacan por sus infraestructuras, sí lo hacen por sus valores y vivencias. Con casi mil alumnos entre secundaria y bachillerato distribuidos en los tres institutos, contamos con un claustro de 61 profesores convencidos de que el alumnado es el protagonista de su aprendizaje. El equipo docente está siempre dispuesto a ayudarles para que cada estudiante llegue a alcanzar el éxito académico y personal desde sus capacidades, esfuerzo y compromiso.
¿Qué diferencia a los centros que forman la red de los Institutos Diocesanos de otros institutos?
En primer lugar, es preciso profundizar en nuestra propia Identidad y estructurar lo que somos y lo que hacemos a partir de nuestro ideario. Somos centros diocesanos que pertenecemos a la gran y diversa familia de Escuelas Católicas, a nivel nacional e internacional. A partir de ahí, apostamos por trabajar en red un único proyecto educativo que se despliega en tres sedes y mantiene el espíritu fundacional.
Hay otros elementos que nos diferencian, como el uso de la plataforma educativa educ@mos, que permite a las familias hacer un seguimiento diario del trabajo diario y del rendimiento académico de su hijo o hija y que, además, jugó un papel fundamental para que el proceso educativo no se viera afectado durante el periodo de confinamiento.
También apostamos por la mejora continua, por la innovación metodológica y tecnológica, por la formación desde las Comunidades de Aprendizaje Profesional por la implementación de Progrentis (Evaluación competencial) o por favorecer la participación y el protagonismo del alumnado generando experiencias vitales profundas a través de la organización de la “Gala Solidaria Anual”, los campos de trabajos al finalizar el curso escolar o la realización del Camino de Santiago, entre otras acciones.
En este sentido, contamos con un amplio plan de actividades complementarias que ayudan a profundizar en el currículum de cada materia, realizamos una atención muy personalizada al alumno y establecemos alianzas con terceros. También se apoyan las iniciativas innovadoras del profesorado, como los proyectos “Atis Tirma” (Por ti, tierra) –que enlaza todas las materias para abordar los contenidos canarios del currículum desde un eje temático diferente en cada curso–, ACHIMAGEC, “hijos del sol” o el “Proyecto de radio”, que persigue favorecer la expresión oral y escrita mediante un programa de radio en una emisora local que el alumnado dinamiza.
¿Cómo definiría su filosofía de trabajo?
En los distintos ámbitos en los que se desglosa la acción educativa hay cinco verbos que sintetizarían nuestra filosofía: participar, buscar, experimentar, evaluar e implementar. Esos verbos crean una dinámica de trabajo y unas sinergias enriquecedoras para toda la comunidad educativa siempre y cuando se sea coherente con la Identidad de los Centros. Somos Centros Católicos que la Iglesia Diocesana ofrece a la sociedad canaria para promover el pleno desarrollo de la persona y la formación integral de su alumnado desde una visión cristiana de la vida, ayudando así a la construcción de una sociedad más justa, más solidaria, más tolerante y democrática. Nuestra filosofía se sustenta, por lo tanto, en el Ideario o carácter propio de los centros y en la implantación del perfil de salida del alumnado.
¿En qué se traduce esa forma de entender la educación en el día a día de los colegios?
En primer lugar, en la búsqueda de la trazabilidad y de la coherencia entre lo que pregonamos y lo que hacemos. A partir de ahí, esa forma de entender el proyecto se plasma en la implementación de pautas de trabajo y metodologías a partir de la investigación; en dar a la comunidad educativa la posibilidad de participar en la gestión del centro; en adoptar una visión amplia de la convivencia en el aula y en el instituto (Trato con trato); en acompañar los procesos educativos desde una evaluación formativa constante que le sirva al alumnado para mejorar y superarse; en poner al estudiante como centro del proceso de enseñanza-aprendizaje y, finamente, en favorecer una cultura del esfuerzo, del trabajo, de la constancia, de la fraternidad, del compromiso y de la solidaridad activa.
¿Qué papel juegan las familias en el éxito de los Institutos Diocesanos?
Los Institutos Diocesanos quieren dinamizar a las familias utilizando varias estrategias, como asambleas trimestrales, encuentros de familias los viernes noche con cena incluida, jornadas de Cine Espiritual, la creación de los consejos de familia por grupo-aula. La idea es conocer siempre de primera mano el sentir de las familias.
¿Se puede innovar en una materia como la educación?
La innovación es parte esencial de la educación. Nuestros centros avanzan en la línea de la innovación pedagógica y tecnológica en su día a día, algo que se puso de manifiesto durante el confinamiento, donde nuestra capacidad de respuesta ante la situación fue inmediata, hasta el punto que el proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos no sufrió parón alguno.
¿Cuáles son los retos de futuro de los colegios?
Por un lado, seguir cuidando y acompañando a todos los miembros de la comunidad educativa de los tres centros; por otro, acometer el cambio generacional del personal docente que ya ha comenzado en los institutos. Además, queremos consolidar la innovación pedagógica y tecnológica de los centros sin caer en dogmatismos tecnológicos, desarrollar la ciudadanía digital responsable entre toda la Comunidad Educativa y potenciar el protagonismo del alumnado. En este sentido, el trabajo realizado a lo largo de casi 60 años nos lleva a extender nuestra mirada más allá: seguir aprendiendo para poder seguir enseñando a nuevas generaciones dándoles una educación integral y competencial.
Personas que han intervenido en la elaboración de la entrevista:
Carolina Navarro, María Estévez y Antonio Falcón por el CPES Santa Isabel de Hungría.
Enélida Hernández, José Luis Martín y Auxiliadora Déniz por el CPES Ntra. Sra. del Pilar.
Luisa Rodríguez, Carlos Hernández y Marta D. del Rosario por el CPES Santa Catalina.
José Antonio Sánchez e Hipólito Cabrera por la titularidad.
www.idcanarias.es
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