Medio Ambiente
Científicos no hallan pruebas de que el clima influya en el virus
Hay algunos datos preliminares de que la mala calidad del aire aumenta las tasas de mortalidad por covid-19
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), en un estudio elaborado por un grupo de expertos entre los que se encuentra un español, indica que no ha encontrado pruebas sólidas del impacto meteorológico o de la calidad del aire en la transmisión del SARS-CoV-2, aunque apunta que podría suceder que el coronavirus pueda volverse estacional. Por ello, la OMM advierte que el aumento de las temperaturas por la llegada de la primavera en el hemisferio norte no debería implicar un relajamiento de medidas.
La Organización Meteorológica Mundial ha emitido su primer informe sobre el impacto de los factores meteorológicos y la calidad del aire en la pandemia de la covid, un documento elaborado por un grupo formado por 16 personas expertas en ciencias de la tierra, ciencias médicas y salud pública, entre ellas Xavier Rodó, jefe del programa de Clima y Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación La Caixa.
El informe de la OMM, entidad de las Naciones Unidas dedicada a la meteorología, el clima y el agua, advierte que las condiciones climáticas, incluido el aumento de las temperaturas por la llegada de la primavera en el hemisferio norte, no deberían implicar una relajación de las medidas para detener la propagación del virus. “Los estudios epidemiológicos de la covid-19 llevados a cabo hasta la fecha han ofrecido resultados diferentes sobre la sensibilidad meteorológica del virus y la enfermedad”, ha explicado Rodó.
La dinámica de la transmisión de la covid-19 durante 2020 y principios del 2021 parece haber estado influenciada sobre todo por las intervenciones gubernamentales, como la obligatoriedad de llevar mascarilla o las restricciones de movilidad más que por factores meteorológicos, según el informe de la OMM.
Otros factores relevantes incluyen cambios en el comportamiento humano y la demografía de las poblaciones afectadas y, más recientemente, las mutaciones del virus. “Por el momento, la evidencia no respalda que los factores meteorológicos y de calidad del aire sirvan de base para que los gobiernos relajen sus intervenciones destinadas a reducir la transmisión”, según el copresidente del equipo de trabajo, Ben Zaitchik, del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Universidad Johns Hopkins (EEUU).
El informe del equipo de trabajo resume los hallazgos clave publicados hasta la primera semana de enero del 2021 y analiza el papel potencial de la estacionalidad. “Las infecciones virales respiratorias suelen mostrar algún tipo de estacionalidad, como el pico del otoño-invierno para la gripe y los coronavirus que causan el resfriado en climas templados, lo que ha alimentado las expectativas de que, si persiste durante muchos años, la covid-19 se convertiría en una enfermedad fuertemente estacional”, según Rodó.
El experto reconoce, sin embargo, que “los estudios de laboratorio del SARS-CoV-2, el virus que causa la covid-19, han brindado alguna evidencia de que el virus sobrevive más tiempo en condiciones frías, secas y de baja radiación ultravioleta. Sin embargo, estos estudios aún no han indicado si las condiciones meteorológicas directas sobre el virus ejercen una influencia significativa en las tasas de transmisión en condiciones reales”.
Por otra parte, explica que la evidencia sobre la influencia de los factores de la calidad del aire aún no es concluyente, aunque hay alguna prueba preliminar de que la mala calidad del aire aumenta las tasas de mortalidad por covid-19, pero no de que la contaminación afecte directamente a la transmisión aérea del SARS-CoV-2.
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