Obituario

Una vida dedicada a la política y al mundo empresarial

Jordi Cornet, histórico dirigente del PP catalán, falleció el viernes a los 55 años

Jordi Cornet
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El ex secretario general del Partido Popular de Cataluña (PPC) y ex delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, Jordi Cornet, falleció el viernes a los 55 años. A Cornet, que fue presidente de Barcelona Meeting Point y una de las figuras relevantes del PP en Cataluña en las dos últimas décadas, le fue diagnosticado un cáncer hace unos años.

Cornet fue uno de los dirigentes del PPC en Barcelona, posteriormente fue diputado en el Parlament y ocupó la secretaría primera de la Mesa de la cámara catalana entre 2010 y 2012.

Nacido en Barcelona el 29 de diciembre de 1965, era diplomado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Barcelona, máster en Informática en el Instituto de Estudios de Microprocesadores y máster en Dirección de Empresas en la escuela de negocios IESE. Antes de dedicarse a la política trabajó en el ámbito de la administración y la contabilidad de diversas compañías en los años ochenta.

Tras afiliarse al partido en 1986, su carrera política empezó con el cargo de gerente del Partido Popular de Barcelona (1991-1995) y también gerente del PP de Cataluña (1993-1996).

A partir de 2003 cobró especial relevancia al ser nombrado secretario general del PP de Barcelona, hasta que en 2008 se convirtió en el secretario general del PP de Cataluña.

Fue concejal de Barcelona (1995-2010) y, entre 2003 y 2007, portavoz del grupo municipal liderado por Alberto Fernández Díaz, además de ser diputado provincial en la Diputación de Barcelona (2003-2010).

También fue coordinador general de la campaña electoral del PPC en las elecciones autonómicas de 1995, en las generales de 1996 y en las municipales de 1999, así como director de la campaña de las elecciones catalanas de 2010, en las que la candidatura liderada por Alicia Sánchez-Camacho consiguió un total de 18 escaños.

En esos comicios fue cuando Cornet consiguió acta de diputado en el Parlament, si bien dejó el escaño en enero del año 2012 al ser nombrado delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona –cargo en que estuvo hasta 2018– en sustitución del socialista Manuel Royes. Ese 2012 fue nombrado presidente de la asociación Barcelona-Cataluña Centro Logístico (BCL) en sustitución de Sixte Cambra.

En el año 2017, el entonces coordinador general del PPC, Xavier García Albiol, renovó la dirección del partido y Jordi Cornet dejó la secretaría general para pasar a presidir el Comité de Derechos y Garantías.

OPINIÓN

El político «mimado del Señor», por Jorge Fernández Díaz

San José, Patrono de la buena muerte, vino en el día de su fiesta a recoger en abrazo entrañable a su fiel discípulo Jordi Cornet Serra.

Los que tuvimos el privilegio de conocerle y tratarle durante largo tiempo, o en sus últimos años de camino hacia el Calvario final, damos fe de su generosidad, afabilidad y bonhomía. En el sentido machadiano del término, Jordi era, ante todo y sobre todo, un «hombre bueno».

Combinó sus estudios de Economía con su vinculación a las Nuevas Generaciones de la entonces AP. Tras asumir la gerencia del partido, dio el salto a la política activa como concejal de la «Casa Gran» y miembro de la Diputación barcelonesa durante varias legislaturas, para desarrollar después su vocación de servicio político como Secretario General del PPC y diputado y secretario de la Mesa del Parlament. Culminó su vocación en un destino que sintetizó sus dos ilusiones, como Delegado del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, con una brillante gestión.

Un cruel cáncer le ha tenido clavado al madero de la Cruz durante cinco largos años, vividos con una alegría sobrenatural que le hacía considerarse un «mimado del Señor» por permitirle participar de su sacrificio redentor. Persona de fe robusta y formada, mostraba la mejor de sus sonrisas a cuantos le visitábamos, incluso tras sufrir la amputación total de una pierna para intentar su curación. Su solícita e inseparable esposa Carmen me dijo que rezaban la devoción de los treinta días a san José en este su mes. El santo Patriarca, fiel a su compromiso, le ha custodiado hasta el día 19, fecha en la que le ha llevado ante Jesús y María, sus dos grandes amores en la tierra.

D.E.P. nuestro querido Jordi, ahora sin duda un solícito valedor en el Cielo.

OPINIÓN

Conocerlo era quererlo, por Alicia Sánchez-Camacho

Se produjo la transición querido amigo, como tú dijiste, te fuiste en silencio. Pero ahora más que nunca, todos los que te queremos están imbuidos de tus recuerdos, de tu sonrisa, de tu mirada, de tu arrolladora y vitalista personalidad.

Conocer a Jordi Cornet era quererlo. Era imposible no quererlo y respetarlo desde cualquier posición personal e ideológica, él se hacía respetar, se hacía querer. Como digo, era imposible no quererlo.

Estos días le he recordado como político atípico, bondadoso, muy trabajador, capaz de generar los mejores equipos, de crear los mejores ambientes de trabajo –cómo nos hacías trabajar y reír– compaginándolo con un alto nivel de exigencia, dedicación y profesionalidad. Así era nuestro Jordi Cornet, el artífice de los mejores resultados de la historia del PP de Cataluña, de su contribución a la modernización e impulso tecnológico del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona.

Pero en este último tributo que le rindo, quiero recordar especialmente su mejor lección de vida. La de estos últimos cinco años, en su lucha contra su enfermedad y en la que jamás perdió su coraje, su valentía y su fuerza para enfrentarse a ella. Le acompañaron, su profunda y sólida fe católica, y su extraordinario sentido del humor, que no perdió ni en los peores momentos. Pero en esta lección de humanidad, Jordi ha demostrado tener un baluarte excelente: su familia. Toda su familia, pero especialmente su mujer y sus cuatro hijos. El Jordi que yo conocí, no sería el mismo sin Carmen, sin Jorge, sin Javier, sin Teresa y sin Carmen. Eran parte de él, y solo alguien como él podía construir una familia tan extraordinaria como la suya.

Antes de partir, en esta nueva singladura, mi querido amigo, tus últimas palabras conmigo hace un mes fueron: Gracias súper Jefa (que era como tú me llamabas siempre) y debo contestarte mirando al cielo y sonriendo gracias a ti mi súper secre (que era como yo le llamaba), infinita y eternamente. Gracias a ti siempre.