Sin plan

Sanidad deja en vilo a los 2 millones que recibieron la primera dosis de AstraZeneca

Mientras, Francia o Alemania usan ya Pfizer o Moderna como opción

Dos millones de personas vacunadas con la primera dosis de AstraZeneca continuarán en vilo por la falta de decisión del Ministerio de Sanidad. Hace ya dos semanas que el departamento capitaneado por Carolina Darias decidió suspender el uso de esta vacuna en menores de 60 por sus posibles vínculos con los casos de trombosis y todavía no ha decidido qué hacer con la segunda dosis. Así, mientras países europeos como Francia, Alemania y Finlandia han solucionado el reto, completando la pauta de vacunación a menores de 60 años con Pfizer o Moderna, España prefiere esconderse y esperar. Una vez más, el Gobierno de Sánchez decidirá a rebufo de Europa, como ya sucedió cuando se notificaron los primeros casos de trombosis vinculados al fármaco desarrollado por de Oxford, a principios de marzo. Hasta que nueve estados no frenaron cautelarmente su administración, Darias no movió ficha. Con este nuevo problema con las segundas dosis, seguirá la misma política. «Estamos trabajando de manera intensa con el Instituto Carlos III y otras comunidades científicas para generar más evidencia científica y poder ofrecer una respuesta», afirmó ayer Carolina Darias tras el Consejo Interterritorial.

Las opciones que se barajan son tres: dejar sin segunda dosis a las personas menores de 60 años que recibieron la primera al considerar que con una sola inyección se adquiere suficiente protección (en torno a un 70%); completar la pauta con la vacuna de otro laboratorio, preferiblemente con las que estén basadas en ARN; o escuchar las recomendaciones de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y terminar de inmunizar con AstraZeneca a los que jóvenes que recibieron la primera dosis.

De hecho, la Comunidad de Madrid ha solicitado al ministerio que elimine el límite de edady permita que los menores de 60 ya vacunados se pongan la segunda dosis de de AstraZeneca de forma voluntaria. «El Consejero de Sanidad de Madrid lo ha planteado y me ha remitido una carta que así lo recoge. Lo que les hemos dicho es que esta propuesta irá a la ponencia de vacunas para que, con criterio científico, podamos adoptar la mejor decisión», contestó ayer la ministra Darias.

Así, debido a la inacción de Sanidad, son las comunidades las que se afanan en buscar soluciones. Ante el avance de la cuarta ola (la incidencia sube hasta los 200 tras la Semana Santa), la irrupción de nuevas cepas y los fiascos con algunos laboratorios, Madrid y Andalucía pidieron aplazar las segundas dosis. El objetivo es ofrecer protección, aunque sea parcial, al máximo número de ciudadanos hasta que se alcance una cobertura de inmunización suficiente. Pero Darias tampoco lo ve claro. «Es un tema a considerar», apuntó, y ofreció una retahíla de datos para convencer de que ni será necesario ni tampoco eficaz. La ministra sacó a colación que con la primera dosis de Pfizer la inmunidad adquirida apenas sobrepasa el 50%, y que el incremento de la cantidad de vacunas en este segundo trimestre dará un enorme empujón al ritmo de inmunización. En ese sentido, recordó el acuerdo firmado ayer por la Comisión Europea y Pfizer para que la farmacéutica avance para este segundo trimestre los 50 millones de dosis comprometidos para el cuarto. De ellos, a España le tocarían «unos cuatro o cinco millones», según la ministra. Con este refuerzo adicional, nuestro país contará con más de 41 millones de dosis hasta julio.

La apuesta de la Comisión Europea por esta vacuna no es casual. Para el año que viene, Europa apostará tan solo por las de ARN mensajero, ya que se ha demostrado que son más seguras y que confieren más protección contra las nuevas cepas. Sobre este asunto, Darias explicó que la comisión ya está trabajando a un año vista para hacer una compra centralizada de vacunas de ARN: «Estamos hablando de refuerzos vacunales porque para el año que viene toda la población, con toda la prudencia, ya estaría inmunizada», puntualizó la titular de Sanidad. «Para ese ’'booster’' la de RNA se adaptan mejor».

Europa no está dispuesta a dar un nuevo paso en falso en su lucha contra la Covid. Por eso el año que viene no renovará los contratos ni con AstraZeneca ni con Johnsson&Johnsson. El último palo en la rueda ha sido la paralización del envío de la vacuna de Janssen por parte del fabricante, después de sus posibles vínculos con eventos trombóticos.

En España la primera remesa de 146.000 dosis está almacenada a la espera de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) dictamine una pauta de actuación. El Ministerio de Sanidad esperará a que la EMA se pronuncia la próxima semana para repartir los sueros monodosis de Janssen entre las comunidades. Según explicó la ministra, esta vacuna se reservará, en un principio para los mayores de entre 70 y 79 años y la de AstraZeneca para los de 60 a 69. «La estrategia establece que el colectivo desde los 80 años hacia abajo se vacune con Moderna, Pfizer y con Janssen; esta última una vez la EMA dé su visto bueno. El objetivo prioritario ahora es concluir la vacunación de los mayores de 80 años y continuar con el trabajo que están haciendo las comunidades autónomas con los grupos de 60 hacia arriba». En relación con Janssen, desde que el comité de farmacovigilancia emita una valoración favorable, España procederá a distribuir la vacuna sin convocar al Consejo Interterritorial. «En principio, si la EMA se pronuncia en los mismos términos que hizo con AstraZeneca, comenzaríamos su distribución de manera inmediata», subrayó la ministra. En abril, se espera que llegue una partida de 300.000 dosis, en mayo 1,3 millones y en junio 3.9 millones. España ha adquirido 17,5 millones.