Relajación medidas

A las mascarillas les quedan “no muchos días” en exteriores

España se unirá a países como Reino Unido o Suecia, los más permisivos.

Una vez liberados de toques de queda y restricciones en la movilidad entre comunidades, la pregunta que más se repite en la calle es cuándo podremos quitarnos la mascarilla. Hasta ayer mismo, las fechas que se barajaban eran “entre julio y agosto”, peroFernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ha ido más allá, afirmando ayer que resulta “muy probable” que este cambio se produzca “en no muchos días”, en vista de la buena marcha de la campaña de vacunación y la situación epidemiológica. “Es cierto que, en exteriores, las medidas como el uso de mascarillas se puedan reducir, pero tenemos que garantizar que los riegos van bajando”, ha adelantado el epidemiólogo del Ministerio de Sanidad en rueda de prensa.

Aunque ha evitado dar fechas concretas, Simón ha señalado que la bajada de la curva de contagios anticipa que la relajación de medidas podría no estar muy lejana. “No es bueno dar fechas, es bueno dar situaciones epidemiológicas. Podemos prever, con los datos que tenemos, cuándo es posible que esa situación se dé. Estamos evolucionando muy bien, con coberturas de vacunación muy buenas. En un mes estaremos en cifras de inmunización que nos ponen en una situación muy favorable para reducir medidas, siempre y cuando se mantengan otras. Lo que tenemos que ser es conscientes de que hay que ir paso a paso”, ha detallado.

Más presión hospitalaria

Sin embargo, puntualiza que todavía no es el momento: “Todavía no tenemos ni una incidencia, ni una cobertura de vacunación, ni una inmunidad comunitaria suficientemente alta como para relajar las medidas de protección personal”.

En su opinión, el momento en el que todas las comunidades autónomas estén por debajo de 150 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días podría ser adecuado para plantear esta relajación. “Habrá que modificar el documento de actuaciones, porque no incluyen la rápida inmunización por la vacunación. Tenemos que ser conscientes de que vamos a estar ahí pronto, pero que hay que ir paso a paso”, ha insistido. En este sentido, ha vaticinado que “es posible” que “alguna de las medidas se puedan aplicar al total del territorio”, como la relajación de mascarillas en exteriores. “Sí que es verdad que, a medida que vamos aumentando la inmunización, se va homogeneizando la situación de todo el país, pero todavía hay diferencias importantes a la hora de tomar decisiones”, ha precisado.

Sin duda, será todo todo un alivio para la población de países como el nuestro que, junto con Italia o Francia, mantienen la obligatoriedad de su uso en la mayoría de las situaciones desde hace más de un año. En el polo opuesto estarían naciones como Suecia, Finlandia o Países Bajos, donde la mascarilla nunca ha sido obligatoria en exteriores, aunque si recomendada en interiores. Reino Unido, líder de Europa en porcentaje de vacunación –más de la mitad de la población tiene puesta al menos una dosis– mantuvo su obligatoriedad en casi todas las situaciones en el primer trimestre de 2021 (cuando alcanzó una altísima incidencia por el avance de la variante B.1.1.7) pero ahora ha relajado su uso y solo se pide en establecimientos y en el transporte público. En Alemania se exige el uso concreto de FFP2 o quirúrgicas en transporte público, comercios o en cualquier edificio de la administración pública, quedando excluidas las de tela. Con los exteriores son más permisivos, ya que solo se pide en zonas céntricas y muy concurridas.

En el resto del mundo, después del extremo caso de Israel, donde este complemento ya es historia (igual que la covid), Estados Unidos, con más de un tercio de su población completamente inmunizada, puede considerarse el referente más accesible del mundo “postpandemia”. Los vacunados, por ejemplo, pueden reunirse con otros vacunados en interiores sin mascarilla, como anunció el propio Joe Biden.

De veraneo a cara descubierta

Como playa “oficial” de Europa, nuestro país se prepara para recibir este verano a los esperados turistas de Reino Unido, Francia, Italia o Alemania, y quiere resultar igual de apetecible que antes de la pandemia. Por eso, cualquier flexibilización de las medidas, más aun si se produce de modo homogéneo en todo el territorio, será bienvenida por los visitantes. Especialmente los que vengan de destinos en los que el uso de mascarilla no sea obligatorio en exteriores, que son la mayoría. La expectación es visible en los medios de los países emisores de turistas, que se hacen eco casi a diario de los cambios que pueda haber con la esperanza de disfrutar de la misma libertad que en sus lugares de origen.