Opinión

Ceuta, Melilla y la desesperación

Decenas de migrantes en la nave de el polígono industrial cercano a la playa de El Tarajal (Ceuta)
Decenas de migrantes en la nave de el polígono industrial cercano a la playa de El Tarajal (Ceuta)Brais LorenzoAgencia EFE

La vida depende de a qué lado de la valla hayas nacido. Si estás en el de Ceuta o Melilla tienes unas posibilidades, si estás en el de Marruecos… Lo más terrible de esta tragedia es pensar que Ceuta y Melilla, tan españolas como el resto del territorio español, tan europeas, por tanto, como cualquier otra provincia de España, están fuera de la defensa de la OTAN. ¿Por qué? Pregúntenle a nuestros políticos. Por suerte, en este post-encierro de pandemia, en un mundo asustado por una crisis sin precedentes, Europa ha resuelto apoyar a España aunque sea en un conflicto que le llega de detrás de las vallas de esas provincias, que no tiene previsto defender. Inteligente medida, porque la inmigración es de todos. O lo que es lo mismo: los inmigrantes que llegan a nuestro país pueden recorrerlo, cruzar nuestras fronteras con el resto de Europa e ir a otros territorios. Dicho todo esto, afortunados los europeos que pueden quejarse de «invasiones» de inmigrantes. Ellos, sin embargo, que atraviesan vallas y mares y se juegan la vida, no lo hacen porque los líderes polisarios anden en nuestros hospitales, ni porque éste o aquel mandatario haya visitado su país antes o después. A duras penas saben en qué consisten las relaciones entre sus líderes y los españoles y solo les interesa sobrevivir. Por eso, si de pronto su Gobierno, con infinita crueldad, los empuja al otro lado para castigar al Gobierno Español, pues allá van ellos. Los que pagan por los males de la tierra aunque se los generen sus mandatarios. Y van, porque en su país la crisis azota más fuerte que en el vecino. Y porque no hay trabajo, ni comida ni solidaridad y están desesperados.