Decisión sorpresa

Renuncia el cardenal «profeta» de Alemania

El renovador Reinhard Marx se va en pleno órdago reformista por la «catástrofe» de los abusos

Reinhard Marx, durante la conferencia de prensa desde su residencia de Munich
Reinhard Marx, durante la conferencia de prensa desde su residencia de MunichPeter KneffelAP

Hace un par de semanas, el Papa movió ficha. Ordenó la creación de una comisión apostólica para estudiar los abusos sexuales cometidos en la Iglesia alemana y envió a dos de sus hombres de confianza: el arzobispo de Estocolmo, Anders Arborelius, y el obispo de Rotterdam y presidente de la conferencia episcopal holandesa, Johannes von den Hend. Un reciente informe de 800 páginas localizó a más de 300 víctimas, que entre 1975 y 2018 había sufrido abusos por parte de más de 200 sacerdotes en la ciudad de Colonia.

El escándalo fue mayúsculo, y no es la primera vez que afecta a este país. De ahí que ayer el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y Freising, y hasta hace un año presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, anunciara su dimisión.

La decisión tiene una gran importancia por dos motivos, al margen del terremoto que suponen siempre los casos de pederastia. Por un lado, Marx es uno de los colaboradores más cercanos del Papa; y, por otro, la Iglesia alemana tiene una gran influencia para la institución, debido a una gran escuela teológica y a que los impuestos que recauda la convierten en una de las más ricas del mundo. A sus 67 años, aún joven para hacer carrera en la Iglesia, Marx todavía tenía mucho recorrido. El cardenal se ofrece a seguir colaborando con Francisco, aunque cesa de sus funciones en su país, lo que puede restar su credibilidad en la toma de decisiones en el Vaticano. Las palabras elegidas para justificar su elección han sido muy duras. El cardenal, que no está implicado en ningún caso de abusos directa o indirectamente, considera que «la Iglesia ha llegado a un punto muerto».

Cree que como máximo responsable de los obispos en su país, tiene una «corresponsabilidad» en lo que denominó una «catástrofe». «Quiero dejar claro que estoy dispuesto a asumir responsabilidades personales, no solo por errores propios, sino por los de la Institución de la Iglesia a la que he contribuido y conformado durante décadas», añadió en una carta al Papa el 21 de mayo, pero que se hizo pública ayer.

El Pontífice todavía no ha respondido a la misiva, ni ha aceptado la dimisión, tal y como explicó Marx en una rueda de prensa posterior. Marx es también el principal responsable del llamado Camino Sinodal seguido por la Iglesia alemana, que, desobedeciendo las instrucciones del Vaticano, plantea una apertura hacia los homosexuales, un debate sobre el celibato o a la ordenación sacerdotal de mujeres.

En su carta, además, parece lanzar una crítica a la estrategia seguida por el Vaticano en los últimos tiempos. Habla de un «golpe institucional y sistémico» en la Iglesia. «No es suficiente, creo, limitarse a centrar la responsabilidad en los errores del Derecho canónico o las carencias de control de estos hechos. Me preocupa el hecho de que en los últimos meses se haya manifestado una tendencia a excluir las causas, los peligros sistémicos o las cuestiones teológicas, reduciendo estos problemas con el pasado a una mejora de los procesos administrativos», escribe.

Esta semana, Francisco publicó una reforma del Código de Derecho Canónico que introduce el delito de pederastia en las leyes vaticanas y endurece las penas por abusos. El alemán es considerado un liberal dentro de la Iglesia. En ocasiones, un verso suelto, pero nunca un rebelde. Integra el consejo de cardenales nombrado por Francisco para asesorarle en la gestión de los asuntos más importantes.