Polémica

El Comité de Bioética apoya la objeción institucional respecto a la eutanasia

Preocupación entre médicos y hospitales por su aplicación

Vista de la protesta organizada por la plataforma Derecho a vivir, bajo el lema "#StopEutanasia".
Vista de la protesta organizada por la plataforma Derecho a vivir, bajo el lema "#StopEutanasia".Luca PiergiovanniAgencia EFE

El Comité de Bioética de España se ha manifestado, por práctica unanimidad, a favor de la objeción institucional de los profesionales sanitarios respecto a la Ley de Eutanasia aprobada el pasado 18 de marzo por el Congreso de los Diputados.

Este Comité, constituido el 22 de octubre de 2008 y adscrito al Ministerio de Sanidad, fue creado como un «órgano colegiado, independiente y de carácter consultivo, que desarrollará sus funciones, con plena transparencia, sobre materias relacionadas con las implicaciones éticas y sociales de la Biomedicina y Ciencias de la Salud».

Sus miembros muestran una gran preocupación por las consecuencias de esta ley entre el personal médico y los centros sanitarios que se encuentran en una situación comprometida. Y es que la norma aprobada –tras una tramitación exprés– recoge que el paciente podrá recibir la eutanasia cinco semanas después de solicitarla, tras ser informado de las distintas alternativas y de los cuidados paliativos disponibles y después de confirmar su voluntad de morir al menos en cuatro ocasiones a lo largo de todo el proceso.

El texto siempre ha contado con el rechazo desde las filas de PP y Vox, que pedían que se sustituyera por una ley de cuidados paliativos y que se tuviera en cuenta la opinión de expertos en la materia como el Comité de Bioética y de los profesionales del sistema español de salud.

El Comité de Bioética ha mostrado de forma reiterada su rechazo a la Ley de la Eutanasia. En numerosos informes y en declaraciones de sus integrantes consideran esta ley errónea porque opta por la alternativa jurídica cuando hay una médica. Consideran que hubiera sido más aceptable una ley sobre el abordaje del final de la vida donde se planteara no solo la terminalidad sino el sufrimiento asistencial de un paciente crónico o un terminal, así como el manejo de los paliativos y la eutanasia activa indirecta.

Ya antes de la aprobación de la norma, el Comité realizó un informe sobre los problemas éticos, legales y médicos que conllevaba la ley y que fue obviada por el Departamento que entonces dirigía Salvador Illa. Le recordaban que todos los países europeos que han debatido sobre la eutanasia habían pedido un informe al Comité de Bioética y lo habían tenido en cuenta.

Las sociedades médicas ya manifestaron también su opisición a la aprobación de esa norma. Hicieron pública su consideración de que la demanda de eutanasia es mínima o nula cuando el paciente es atendido por un equipo de profesionales expertos, y que en vez de potenciar unos cuidados paliativos, la única alternativa que propone esta ley a pacientes con enfermedades avanzadas es acabar con su vida, considerando muy grave el engaño que nace con la ley de considerar la muerte provocada por eutanasia como muerte natural.