Quinta ola
3.000 muertes y un millón de contagios durante este verano
Los datos de Sanidad reflejan 2.430 fallecidos y 884.000 infectados más que en el mismo periodo del pasado año pese a la vacunación
A pesar del avance generalizado de la vacunación, la quinta ola de la pandemia está dejando un balance desolador en términos de muertes e infecciones en España. En concreto, nuestro país ha superado de forma holgada el millón de contagios –1,05 millones– y la cifra de 3.000 muertes desde que el pasado 21 de junio arrancara el verano, números que desbordan los registrados durante el mismo periodo estival de 2020, cuando el mundo se adentraba en la segunda ola tras el virulento estallido que protagonizó el virus SARS-CoV-2 en marzo.
Las estadísticas oficiales del propio Ministerio de Sanidad dan cuenta del impacto que está provocando la variante Delta en comparación con el patógeno que circulaba por España hace justamente un año. En los primeros 65 días de este verano, nuestro país ha pasado de contabilizar 3,7 millones de infectados totales –el 21 de junio– a registrar 4,8 millones el pasado miércoles. En lo que se refiere a fallecimientos totales por Covid-19, ha pasado en el mismo periodo de 80.689 a 83.690.
El impacto del virus en los 65 primeros días del pasado verano fue mucho más amortiguado pese a que todavía no se habían desarrollado ni siquiera las vacunas contra esta enfermedad. En ese periodo de tiempo se contabilizaron 166.281 contagios –alrededor de 884.000 menos que este año– y 571 muertes –2.430 menos–. Se trata de cifras demoledoras producidas tras un goteo de ingresos en centros sanitarios que, a diferencia de lo ocurrido en otras olas anteriores, no ha provocado colapsos ni en plantas de hospitalización ni en unidades de cuidados intensivos (UCIS) u otros servicios análogos a los que se recurrió en varias olas.
Goteo de ingresos
El pasado 21 de junio, España contabilizaba 2.832 enfermos de Covid-19 ingresados en camas de agudos –un 2,30% del total de ingresados por todo tipo de patologías– y 770 en las camas de críticos –un 8,23% del total–. El miércoles, la cifra de ingresados era de 7.657 –un 6,53% del total– y la de atendidos en UCI ascendía a 1.760, un 19,22% del total.
Las estadísticas muestran otro dato escalofriante que refleja la elevada capacidad de transmisión de la variante Delta o india, dominante en nuestro país y que se encuentra ya detrás de más del 90% de los nuevos casos en el conjunto del país –en cuatro autonomías supera el 97%–.
En lo que va de verano se han contabilizado más de un quinto de los contagios registrados durante la totalidad de la pandemia. Desde marzo de 2020 hasta el miércoles el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad ha confirmado más de 4,8 millones de infecciones en España. Alrededor de 1,05 millones de ellos se han registrado en los últimos 65 días.
Estas cifras desmontan además las previsiones efectuadas por el director del CCAES y portavoz científico del Gobierno durante la pandemia, Fernando Simón, quien primero auguró que la variante Delta sería minoritaria en España para intentar restar peso después a su posible impacto epidemiológico en nuestro país a pesar del avance que estaba experimentando en la mayor parte de los países.
Como informó este periódico, las características de esta quinta ola son totalmente distintas a las que presentaron las cuatro anteriores. De hecho, esta última es la ola de los jóvenes. Según los informes que elabora el Instituto de Salud Carlos III de forma periódica, el grupo de edad más afectado este verano por el virus es el grupo de entre 20 y 29 años. Entre el 23 de junio y el 18 de agosto se infectaron 260.588 personas adscritas a esta franja de edad. Le siguen los jóvenes de entre 10 y 19 años con 208.423 positivos, y los de entre 30 y 39, con 155.624 casos.
Pese a que los más afectados de esta quinta oleada son los jóvenes (los menores de 40 suponen 7 de cada 10 contagios), son los mayores los que han sufrido las consecuencias más graves.Los mayores de 60 años, que sufrieron las peores consecuencias del coronavirus en la primera y las siguientes olas de la pandemia, especialmente en las residencias, ahora acumulan 96.872 casos de Covid-19 en ocho semanas veraniegas. Juntos apenas representan el 9,99% de todos los casos detectados a lo largo del periodo estival.
Un mal balance
Sin embargo, como informó LA RAZÓN, muchos de ellos y pese a la indudable efectividad de las vacunas, han perdido su vida por culpa de la Covid. Los datos del Instituto de Salud Carlos III reflejan al mismo tiempo que la inmensa mayoría de los fallecidos han sido personas mayores.
El balance según la edad indica que 1.906 tenían más de 60 años, lo que representa el 89,56%. Las personas de 80-89 años son las que más fallecieron, con 779 muertes que suponen el 36,6% del total en el periodo analizado.
Entre los mayores de 90 años hubo 481 pérdidas humanas (22,6%) y entre los de 70-79 años se contabilizaron 387 óbitos (18,18%). Por lo tanto, estos tres grupos de edad suman 1.647 de los 2.128 muertos del verano. Son el 77,39% de los fallecidos. Es decir, casi ocho de cada diez tenían 70 años o más. A pesar de la generalización de las vacunas las infecciones en las residencias ha experimentado un goteo en España. Algunos países ya contemplan empezar por ellas la administración de un tercer suero de refuerzo para reducir el impacto que alcanza la variante Delta.
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