Desaparición
El juez ordena reabrir el caso de Yéremi Vargas
Acepta la petición de la familia para volver investigar al único sospechoso del caso: Antonio Ojeda, “El Rubio”
El Juzgado de Primera Instancia número 2 de San Bartolomé de Tirajana dictó el pasado 2 de septiembre un auto de reapertura del procedimiento por la desaparición del menor Yéremi Vargas. El magistrado titular, Juan Manuel Hermo, ha tenido a bien aceptar las peticiones del abogado de la familia, Marcos García-Montes, para volver a investigar sobre el caso y practicar las diligencias consistentes en la “identificación de los responsables de la, en principio, desaparición de Yéremi Vargas Suárez”, “averiguación de las circunstancias que rodean su comisión” y los “medios de prueba que puedan considerar necesarios. El niño desapareció el 10 de marzo de 2007 en Vecindario (Gran Canaria) cuando solo tenía siete años de edad y tras su archivo, García Montes ha trabajado con un equipo de criminólogos durante dos años para recabar pruebas que ahora sí deberán investigadas de forma oficial por el cuerpo policial competente.
Así lo han explicado hoy en un comunicado de prensa desde el despacho de abogados, desde donde esperan que el informe del fiscal sea favorable y “se proceda de inmediato a practicar las diligencias solicitadas”.
El caso sobre la desaparición de Yéremi coincide con las denuncias por abuso sexual hacia el padre del niño por parte de tres menores, una de ellas su hija.
La Guardia Civil, encargada del caso, seguirá por tanto tratando de recabar pruebas en torno al único sospechoso: Antonio Ojeda, conocido como “El Rubio”, quien al parecer habría comentado con compañeros de celda -se encontraba en prisión por una agresión sexual a otro menor- datos sobre el niño que solo conocía la familia e incluso se sitúa en el escenario de la desaparición.
El propio Ojeda había declarado que vio al niño “azul”, un hecho que nadie conocía a excepción de la familia porque Yéremi nació con un problema respiratorio que en situaciones de estrés le provocaba cianosis; es decir, color azulado. El dato no fue publicado por la Prensa por lo que Ojeda tendría que explicar cómo lo sabía. Además en el módulo de respeto donde estuvo interno, habría contado otra serie de detalles que podrían incriminarle. También habría explicado a estos compañeros que al encontrase así al niño él “tuvo que desaparecerlo”.
Una palmera en un Opel Corsa
También puede ser importante ahora el testimonio de Iván, un joven hoy mayor de edad que en su día tenía 12 años y que dice recordar perfectamente aquel día (de la desaparición de Yéremi) un coche con una palmera, que era propiedad de “El Rubio”. En su día el juez rechazó este testimonio al considerar que podía estar contaminado al haberlo hecho público los medios de comunicación pero desde la acusación particular han demostrado que el menor estaría en el colegio en el momento que se emitió el dato. También se había tirado por tierra este dato crucial porque el entonces menor habría indicado que el modelo del vehículo seria un Opel Corsa blanco y no un Renault 5.
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