Salud
¿Puedo seguir con mi vida normal tras un stent en el corazón?
Un stent es un dispositivo que se emplea para desobstruir las arterias coronarias. Conoce cuándo y cómo se implanta y consejos para los pacientes
La arteria coronaria es como una tubería que lleva la sangre con el oxígeno y los nutrientes a las células cardíacas. Cuando en la pared de esta tubería se van depositando productos de suciedad (en el caso de las arterias, sobre todo células grasas e inflamatorias), su diámetro se va estrechando hasta causar una falta de riego que no permite una llegada suficiente de sangre al músculo cardíaco, con la consecuente angina de pecho o infarto de miocardio.
“Es entonces cuando, sin necesidad de operar, se realiza un cateterismo a través de un pinchazo en el vaso, y se progresa en la tubería obstruida, colocando un stent, que al hincharlo a nivel de la zona de mayor estrechamiento permite aplastar la malla metálica del stent a la pared de la tubería, que vuelve por tanto a tener su diámetro normal”, explica el doctor Doctor Daniele Gemma, especialista en Cardiología, y miembro del departamento de Hemodinámica del Hospital Universitario La Luz de Madrid.
Este experto de Quirónsalud celebra además que en la actualidad casi la práctica totalidad de los cateterismos (alrededor del 80-90%) y de las angioplastias coronarias (implante de stent) se realizan a través de la arteria radial de la muñeca, permitiendo tanto una reducción del riesgo de complicaciones importantes relacionadas con el procedimiento, como una más rápida y casi inmediata recuperación del paciente.
“El stent ha permitido mejorar la calidad de vida de los pacientes con cardiopatía isquémica, pero ya sabemos que el proceso no finaliza ahí. Es imprescindible en todos los pacientes un seguimiento cardiológico continuo posterior, cambios en el estilo de vida, y mantener la medicación pautada”, afirma el cardiólogo.
Por otro lado, explica que los stents no tienen fecha de caducidad, por lo que no hay que recambiarlos: “La idea es que cuando se implanta un stent sea de por vida; aunque existe siempre un riesgo de que el stent se vaya ocluyendo. Los de última generación y los fármacos que se utilizan hoy en día han permitido disminuir la tasa de nueva obstrucción del stent”.
Aún así, según precisa, en el caso de que esto ocurriese tampoco se retiraría el stent obstruido, sino que se volvería a realizar un nuevo cateterismo para dilatar dicho stent, o si fuese necesario se podría implantar otro stent dentro del previo.
Con ello, recuerda que los pilares del tratamiento de la cardiopatía isquémica tras el implante del stent son los antiagregantes y las estatinas, indicando que las demás medicaciones dependerán de otros factores como la tensión arterial, la diabetes, la función ventricular o la presencia de arritmias, y se irán añadiendo al tratamiento según las necesidades de cada paciente.
Reincorporación al trabajo
Además, el doctor Daniele Gemma resalta que la tasa de reincorporación al trabajo ha mejorado “claramente” en la última década, y en parte esto se debe al implante precoz de los stents en situaciones agudas como los infartos de miocardio, permitiendo una reducción del daño cardiaco y, por tanto, de las posibles complicaciones a largo plazo (como arritmias e insuficiencia cardíaca).
“El implante de un stent por sí solo no es el determinante para estimar una baja laboral y son muy pocos los tipos de trabajos que llegan a estar contraindicados tras su colocación. Hay que tener en consideraciones otros parámetros, como la fuerza del corazón o el tipo de trabajo. La llegada de los stents ha contribuido a una mayor tasa de reincorporación laboral en pacientes con cardiopatía isquémica”, subraya.
En concreto, explica que tras un procedimiento realizado por la muñeca, se coloca un vendaje compresivo durante unas 3-4 horas en la zona de punción. “El paciente puede incorporarse casi de inmediato, y si no hay complicaciones, puede realizar una vida prácticamente normal tras la retirada del mismo. Se aconseja únicamente durante los siguientes 3-4 días tras el alta, evitar coger pesos superiores a unos 4-5 kilos, o trabajos que precisen de un movimiento de muñeca continuo, con el brazo por lo que se ha realizado la intervención”, agrega.
En cambio, el doctor Gema subraya que, si por lo contrario el acceso se ha realizado a través de la ingle, hay que tomar más precauciones, y habitualmente el paciente debe permanecer tumbado al menos 6-8 horas para permitir el correcto cierre de la vía de acceso.
“Tras un periodo variable de vigilancia, si no se han producido complicaciones, se procede al alta. El paciente podrá entonces realizar paseos de corta distancia y en superficies llanas sin problemas, aunque tendrá que limitar los primeros 2-3 días las subidas y las bajadas por las escaleras, los trabajos pesados, la jardinería o ponerse de cuclillas”, resalta el especialista en Cardiología.
¿Puedo hacer deporte tras un stent? ¿Y conducir?
Otra de las principales dudas que surge entre quienes han sido sometidos a la colocación de un stent es si pueden hacer deporte, puesto que parte de las medidas tras en el implante de un stent incluyen un cambio del estilo de vida y un control adecuado de los factores de riesgo cardiovasculares como el tabaco, la hipertensión arterial, la dislipemia, la diabetes o el sedentarismo.
Por ello, el experto sostiene que es aconsejable realizar una actividad física moderada y predominantemente aeróbica en estos casos: “Establecer el momento ideal para volver a hacer ejercicio o el nivel de intensidad aconsejable debe ser una decisión en conjunto tomada con su cardiólogo tomando en cuenta muchas variables clínicas”.
Asimismo, el miembro del departamento de Hemodinámica del Hospital Universitario La Luz de Madrid entre los pacientes surge la duda de si la cardiopatía isquémica puede aumentar el riesgo relativo de accidente.
“Igual que cuando hablamos de la reincorporación al trabajo o de la actividad física, los posibles riesgos en la conducción tras el implante de un stent dependen más del contexto clínico en el que se ha implantado y de las posibles arritmias, que del stent en sí mismo. La decisión debe ser tomada en conjunto por su cardiólogo y teniendo en cuenta, además, el motivo del implante del stent, y el tipo de vehículo a conducir”, concluye el doctor Gema.
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