Aislada

La ceniza cerró el aeropuerto

Sólo cuando los vientos cambiaron de dirección al mediodía se pudieron reanudar los vuelos, por lo que crece el temor de que la isla quede aislada por aire de forma frecuente

Un vuelo de la aerolínea Binter en el aeropuerto de Mazo
Un vuelo de la aerolínea Binter en el aeropuerto de MazoBINTERBINTER

A las 10 de la mañana los pasajeros que esperaban para embarcar en su vuelo en el aeropuerto de La Palma comenzaron a ver en los paneles informativos que se cancelaban uno tras otro. Y las personas que esperaban la llegada de familiares, amigos, periodistas o expertos en volcanes también se quedaban preocupadas porque no se informaba de cuándo llegarían.

Lo que había ocurrido es que la ceniza del volcán ya había empezado a llegar por la zona del aeropuerto de Mazo. El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus de la Unión Europea que monitoriza la evolución del volcán informaba de que el penacho de humo, gases y ceniza alcanzaba una altura de 5 kilómetros, y parte comenzaba a sobrevolar la zona.

Hasta el mediodía no se restablecieron los vuelos, lo que significó que acumularon varias horas de retraso las 48 operaciones previstas. En el sector aéreo se teme que el suceso se reproduzca cada vez con mayor asiduidad y la isla quede aislada por aire.

Por la tarde, el gestor de navegación aérea en España (Enaire), comunicaba que el espacio aéreo en las proximidades del nuevo volcán en «ningún caso» se iba a restringir por la dirección de la nube de gases, sino que se trataba de una medida para evitar que sobrevuelen por la misma drones particulares o de medios de comunicación. Enaire se refería a una medida que había tomado también ayer por la mañana: restringir el tráfico aéreo en las proximidades del volcán para facilitar la operatividad de los servicios de emergencia, sin que la medida afecte a los vuelos comerciales, que no sobrevuelan ese ámbito.

Esta medida, solicitada por la Delegación del Gobierno en Canarias, establece dos zonas restringidas, una que va desde el volcán y cubre el recorrido de la lava hasta la costa, y otra que coincide que el ámbito acotado para la navegación decretada el pasado lunes por la Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife.

En estas dos zonas solo podrán operar, además de los servicios de emergencia, los cuerpos y fuerzas de seguridad, aeronaves del Estado, entre las que se incluyen las de organismos científicos, y las «debidamente autorizadas». A las 20 horas de ayer el Instituto Geográfico Nacional elevó a nivel rojo el código de color de la aviación en Canarias por la evolución de la columna eruptiva de gases.

La incógnitas del desplazamiento de los gases y las cenizas, que puede aislar por aire La Palma, será una de las principales misiones de un equipo de refuerzo que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) envió a la isla ayer con más geólogos y medios materiales para acompañar a los que ya trabajan sobre el terreno desde hace días monitorizando el volcán de La Palma.

Cinco investigadores del Instituto Geológico y Minero de España, pertenecientes a la Unidad de Respuesta Geológica para Emergencias, se trasladaron a La Palma para relevar a los tres científicos que se habían desplegado en la zona antes de que se produjera la erupción.

Entre los objetivos del equipo se encuentran intensificar la investigación de la erupción que ya se está haciendo con drones y continuar con el estudio de la evolución de las coladas. Reforzarán además las investigaciones sobre la posibilidad de desprendimientos, realizarán medidas de elementos tóxicos en las cenizas, continuarán el análisis de la lava y elaborarán mapas de cenizas para su uso por las autoridades aeronáuticas.

El grupo de científicos ha viajado además con un equipo portátil de rayos X para analizar en detalle la composición de la ceniza, la lava y el lapilli. También llevan drones de repuesto para sustituir a los que se han deteriorado cuando las cenizas han entrado en sus motores.

Con este despliegue, el equipo del CSIC va a obtener datos científicos que permitan realizar modelos y previsiones acerca de cómo puede ser la evolución de la erupción y de sus emanaciones, que amenazan con lluvia ácido sobre las islas y, desde ayer, incluso sobre la península.