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¿Por qué nos damos atracones de comida?

Distintos factores influyen a la hora de no poder contener este impulso común que pueden provocar efectos psicológicos negativos

Un buffet libre, en una imagen de archivo
Un buffet libre, en una imagen de archivolarazon

Abrir la nevera y comer sin parar o ir a una comida familiar y arrasar con todo lo que se sirve y más son dos de los ejemplos más comunes de los llamados atracones. Estos, en ocasiones, provocan posteriormente una sensación de remordimiento y culpa por parte de los individuos que los han realizado debido a la falta de control mostrada que puede conllevar a trastornos.

Estos famosos atracones, además de generar efectos negativos psicológicos en los sujetos también pueden lastrar épocas de perdida de peso o de entrenamiento especifico que se deben controlar para evitar problemas. Pero no existe una sola razón por la que estos se producen y el nutricionista Sergio Espinar ha realizado en su cuenta en la red social Instagram las posibles causas por las que se producen.

Causas múltiples

El especialista destaca tres tipos de estímulos por los que nos abalanzamos encima de la comida y nos damos un atracón. El primero es el estímulo positivo, donde nos atrae algo bueno como podría ser un dulce y queremos comerlo sin condiciones. Esto nos invita a querer comer para satisfacernos con ese tipo de comida que normalmente no solemos comer pero nos provoca satisfacción.

El segundo tipo sería el de los estímulos neutros. En este caso, Espinar, pone de ejemplo pasar por delante de una pastelería y decidir si entrar y comprar algo o no. Para esto dependerán otros factores que influirán en la decisión del individuo.

El tercer tipo de estímulo es el negativo. Estos se producen cuando un factor externo influye negativamente en nosotros. Un buen ejemplo sería el de una situación de estrés provocada por el día a día o una discusión que nos llevaría a intentar suplir esta negatividad con comida.

Bajo estas premisas el especialista nos destaca que estos tres estímulos provocaran una serie de antojos que pueden tener repercusiones positivas o negativas según como lo afrontemos. Aún así, Espinar recuerda que ya sea mediante un estímulo positivo o negativo, se puede provocar un atracón y dependerá los momentos posteriores a como estos nos afectarán.

Además, el especialista destaca que en ambos casos se entrará en un círculo vicioso “ya que si al pasar por delante de una dulcería compras algo y lo comes, tendrás un recuerdo de ese sabor”. Esto puede provocar que en el futuro quieras repetir y no te lo pienses al pasar por delante.

En el caso de los negativos, se tendrán sentimientos de culpa y eso puede “incrementar aun más tu estrés dando un paso más al abismo”. Por esta serie de inconvenientes el especialista invita a reflexionar si es necesaria una actitud positiva cuando nos proponemos una restricción calórica. Cuando esto ocurre se producen una serie de riesgos en los que es más posible caer en la tentación de darse un atracón.

Flexibilizar la dieta como solución

Espinar propone esta solución para evitar que los atracones aparezcan y así no tener remordimientos. Es especialista recuerda que no en todos los sujetos esta opción puede ser efectiva pero si es una herramienta muy interesante.

Esta flexibilización trata de no restringir de forma excesiva las calorías y poder permitirse ciertos alimentos que no están considerados como tan sanos. En otras palabras, poder comerse un dulce junto a una alimentación equilibrada y saludable. Además, Espinar, destaca que esta puede ser una buena estrategia si se busca perder grasa a la larga considerando la adherencia a la alimentación adecuada como primordial.