Alimentación

La forma más saludable de comer huevo

La asimilación de nutrientes de este versátil alimento dependerá de la manera en la que lo elaboremos.

Imagen de la cáscara de un huevo rompiéndose
Imagen de la cáscara de un huevo rompiéndoseLa Razón

Sin duda alguna, el huevo es una de las comidas más versátiles de la gastronomía. Este alimento ha sido consumido desde la antigüedad por ser una gran fuente de proteínas y nutrientes esenciales. Aunque también contienen altas cantidades de colesterol, este no parece elevar los niveles de colesterol como lo hacen otros alimentos, como pueden ser las grasas trans y las saturadas. El huevo es un ingrediente básico, por lo que las formas de comerlo son muy variadas: cocido, frito, horneado... Además, este puede combinarse con infinidad de ingredientes como verduras, embutidos, carnes o pastas, entre otros. Coincidiendo con el Día Mundial del Huevo, celebrado cada segundo viernes del mes de octubre, que promueve sus infinitas cualidades y beneficios, y con la finalidad de aprovechar al máximo sus cualidades, explicaremos cuál, de entre todas las opciones posibles, es la forma más sana de consumirlo.

Aunque muchos puedan opinar que la mejor forma de comerlo es crudo, existen numerosos estudios que prueban que al cocinarlo, algunos nutrientes son más digeribles por el cuerpo humano, además de evitar enfermedades como la Salmonella. Al cocerlo, se evita que el huevo tenga contacto con el aire y reduce la oxidación de la yema, maximizando la cantidad de nutrientes con que cuenta. Asimismo, los expertos sostienen que el cuerpo humano puede asimilar hasta un 91% de la proteína si los huevos están cocidos, pero solo 51% si están crudos. Cocerlo también es mejor para la asimilación del micronutriente biotina, una vitamina del grupo B que ayuda a convertir los carbohidratos, las grasas y las proteínas que se consumen, en energía. Esta forma de cocinarlo es la más saludable, pues al no agregarle aceites o mantecas, no se agregan calorías extra.

Freír los huevos requiere, evidentemente, de algún tipo grasa animal o vegetal para su elaboración, sin embargo, es mucho más recomendable la utilización de aceites, como puede ser el aceite de oliva, que algún tipo de manteca, ya que estas elevan la cantidad de colesterol malo (LDL) ayudando a la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Una cuestión de tiempo

Cierto es, que cocinar los alimentos reduce la cantidad de nutrientes. Pero, se ha demostrado que en los tiempos de cocción cortos, incluso a altas temperaturas, se retienen más nutrientes comparado con unos tiempos más largos. Por ejemplo, hornear un huevo durante 40 minutos, pueden hacer que pierda hasta un 61% de su vitamina D. En cambio, cuando se fríen o se hierven durante un periodo corto, solo se reduce la cantidad de esta vitamina en un 18%. Un factor a tener en cuenta al freír un huevo es que la alta temperatura del aceite puede dañar la estructura de la proteína de la clara, ya que cuando se quema produce una toxina y ácidos trans con efectivos cardiovasculares negativos. Por tanto, debemos usar siempre un aceite que sea estable a altas temperaturas. Los mejores aceites para cocinar a fuego alto son aquellos que no se oxidan fácilmente, evitando la creación de radicales libres dañinos.