Salud sexual
Por qué los expertos recomiendan practicar sexo de madrugada
Una investigación del British Medical Journal determina que es a las 5:48 horas cuando los niveles de hormonas sexuales alcanzan sus picos más altos
Los efectos positivos en la salud de una vida sexual activa y plena son bien conocidos. Y estudiados, ya que la evidencia alrededor de sus beneficios en la mejora de la calidad de vida y los parámetros biológicos es amplia y extensa. Los más conocidos y destacados son que fortalece el corazón- el cuerpo se activa como si estuviera haciendo cualquier ejercicio aeróbico-, reduce el estrés y el dolor, el riesgo de padecer un cáncer- por ejemplo, el de próstata- aumenta las defensas, ayuda tener una espalda más fuerte y libre de lesiones y mejora la calidad del sueño.
Aunque sus ventajas aplican a cualquier edad y cualquier momento para practicarlo parece bueno, los expertos ofrecen una serie de recomendaciones y matices que, como en el caso de la práctica de cualqiuer otro ejercicio, pueden maximizar sus efectos. El fin de las jornadas laborales y quehaceres cotidianos provoca que las últimas horas del día sean el momento del que muchas parejas disponen para coincidir en sus hogares y, por ende, buscar momentos de intimidad. No obstante, el tradicional binomio noche y apetito sexual podría ser un obstáculo en una vida íntima plena, afirman.
“Cada persona tiene un ritmo sexual propio y oscilante basado en la secreción de hormonas, una auténtica montaña rusa biológica guiadas por factores exógenos como la estación y cantidad de luz, o endógenos tales como la secreción de hormonas sexuales como andrógenos y estrógenos”, desvela Anel Martínez, coach sexual de MYHIXEL, startup española destinada a mejorar el bienestar íntimo masculino.
La simbología de una montaña rusa en términos sexuales atiende a la variabilidad de fases que el sistema celular humano experimenta en un día. Este razonamiento se enmarca en la popularizada teoría de los ciclos circadianos, por la que sus autores obtuvieron en 2017 el Premio Nobel de Medicina. Así, cada persona posee un reloj celular que influye en los ciclos de descanso, el apetito, la temperatura corporal, la presión sanguínea y la secreción de hormonas.
Pese al consenso social sobre cuáles son las horas en las que se almuerza, se trabaja o se duerme, es complejo acordar horarios en lo que respecta a la apetencia sexual. “El deseo de masturbarse o mantener relaciones se expresa en breves picos temporales influidos por el descanso, la edad o incluso la cantidad de luz en el ambiente”, afirma Andrés Suro, psicólogo especialista en sexología masculina de MYHIXEL.
Así, cada persona experimenta zonas de ascenso, descenso y estancamiento en términos de producción de libido que, si bien en solitario nos suponen un obstáculo, sí pueden serlo en pareja. Lo importante, asegura Suro, es comprender que el deseo sexual es uno de los fenómenos más esporádicos e inconstantes en nuestro organismo.
A primera hora de la mañana y de la tarde, el momento perfecto
Los estudios en la materia vierten diversos apuntes al respecto. Una investigación del British Medical Journal determina que es a las 5:48 horas de la madrugada cuando los niveles de hormonas sexuales alcanzan sus picos más altos. Durante la noche, expone el trabajo, los hombres aumentan entre un 25 y 50% sus niveles de testosterona y las mujeres incrementan sus niveles de melatonina, la hormona del descanso.
Es precisamente esta hormona producida naturalmente durante la noche la que sirve a la autora de bestsellers Alisa Vitti para justificar que el deseo sexual está íntimamente relacionado con calidad del descanso. Esta gurú de la sexualidad femenina es defensora de que el sexo después de la 3 de la tarde es buena opción pues el descenso de testosterona matinal de hombres coincide con los picos en los niveles de cortisol de las mujeres a mediodía, lo que ayuda a aumentar la energía y el estado de alerta.
Investigaciones recientes del Boston Medical Group respaldan que en la montaña rusa del deseo sexual, la luz solar es un gran aliado para ambos sexos, dado sus beneficios activando la producción de testosterona por estimulación del hipotálamo o los niveles de vitamina D.
A cada edad, una “hora bruja”
Los expertos en neurociencia coinciden en que las subidas y bajadas o picos y llanuras en términos de deseo sexual divergen a medida que se cumplen años. Con 20 años, la secreción de hormonas sexuales es desmesurada y alcanza su culmen a mediodía por la cantidad de luz recibida, apunta Paul Kelley, profesor de la Universidad de Oxford especializado en la neurociencia del sueño. Según Kelley, en la transición de la veintena a la treintena, los atisbos de envejecimiento circular conducen a que el reloj biológico arranque más temprano. Los hombres se levantan con una estimulación mayor a la de sus años previos y, por ello, el sexo o masturbación matutina es buena opción.
A los 40, los ritmos de trabajo y conciliación con vida personal suelen conducir a una reducción de prácticas sexuales propiciada, en muchos casos, por una disminución simultánea de horas de sueño. Según un estudio de la Universidad de Oxford que la hora ideal en estos caso es a las 22:00 horas, dados los beneficios contra el insomnio. Es en el orgasmo o clímax cuando se libera oxitocina, afirma Martínez y, por ello, hasta los 50 años es altamente recomendable asociar placer y noche como método regulador del sueño.A partir de los 60, la libido disminuye y las rutinas laborales dan paso a una mayor disponibilidad horaria para descansar. Por ello, dicen los expertos, aprovechar las tardes puede dinamizar las jornadas de los más mayores.
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