Día Internacional de la Profesión Médica
Atención Primaria, la trinchera infinita
Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Profesión Médica, una fecha que desde el Consejo General de Médicos queremos aprovechar para lanzar un nuevo SOS, una vez más sobre la Atención Primaria, y la necesidad de actuar de manera urgente para salvarla de una longeva crisis que la pandemia ha llevado al extremo y que amenaza con romper el modelo y a sus profesionales.
Tras la enorme crisis sanitaria que hemos vivido, tanto administraciones como profesionales y ciudadanos, somos conscientes de la necesidad de reconstruir nuestro Sistema Nacional de Salud si queremos mantener vivo el modelo hasta ahora conocido. Es irrefutable que esta reconstrucción requiere de inversión, que no de gasto, y que entre sus pilares debe de estar el cuidado de los profesionales y el apoyo incondicional a la Atención Primaria, fundamentalmente en dos aspectos: organización y estructura.
Respecto a la estructura es necesario que las plantillas de Atención Primaria tengan contratos estables que garanticen no sólo la adecuada atención a los pacientes, sino también que promuevan las condiciones de salud óptimas de los trabajadores eliminado la precariedad, la incertidumbre, la ansiedad o el burn-out.
Así mismo, son precisos cambios en la organización, el incipiente uso de las nuevas o viejas tecnologías como consulta telefónica deben seguir teniendo su lugar en la consulta diaria. Es indudable que habrá cambios sustanciales en la forma de enfrentar la consulta diaria tras la pandemia y es muy posible que algunos de estos cambios permanezcan.
Por tanto, en este modelo que surja tras la ansiada reconstrucción – si la hubiere - se debe de contemplar la percepción de todo el SNS como una unidad, entendiendo la AP y Atención Hospitalaria como las dos partes del sistema que se necesitan y se protegen mutuamente. Todavía hay un largo camino que recorrer en la senda de la coordinación y del conocimiento mutuo de los dos niveles asistenciales, pero en esta pandemia se han dado pasos en este sentido que no deberían quedar en el olvido ni desaparecer.
En este sentido, una de las conclusiones más evidentes de esta pandemia a nivel sanitario es la importancia de invertir en Atención Primaria como la forma más eficiente de tener un SNS fuerte y capaz de hacer frente a una pandemia como esta y las que puedan venir en el futuro. Evidentemente hay que tener camas suficientes en los hospitales y en las UCIS, pero la base tiene que ser una Atención Primaria con plantilla suficiente, medios de protección adecuados y suficientes y acceso a pruebas diagnósticas.
La COVID 19 nos ha mostrado que no se puede construir un hospital en el fondo del precipicio para los que caen en lugar de construir una barandilla (Atención Primaria) para que caigan los menos posibles desde el precipicio al vacío. Por ello, es el momento de replantear el papel de la AP dentro del SNS y que se desarrolle plenamente el decálogo del Foro de AP para qué, por fin, este nivel asistencial tenga el papel central que le corresponde.
Los profesionales de Atención Primaria y quienes los representamos tenemos claro las líneas a seguir, los objetivos y las estrategias, pero de nuevo todo depende de la voluntad política para buscar un gran acuerdo que ponga en marcha de manera urgente, muy urgente, las conclusiones de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados, unas medidas que contaron con un enorme respaldo parlamentario y que estuvieron avaladas y elaboradas por corporaciones como la nuestra, la Organización Médica Colegial.
La Atención Primaria están exhausta tras años de ejercer ese papel de trinchera infinita que esta socavando la relación médico-paciente, que está “quemando” a sus principales activos y que, de no cambiar, corre el riesgo de romper el Sistema Nacional de Salud y por tanto el mayor de los ejes de la justicia social en nuestro país. ¿Actuamos?
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