El secretario general de la ONU, António Guterres, no pudo ser ayer más claro: «O paramos, o nos para». Su intervención en la cumbre del clima que se celebra en Glasgow hasta el próximo día 12 se convirtió en una dura reprimenda a los mandatarios a los que pidió que cesaran en sus promesas incumplidas porque hemos llegado ya un punto en el que fallar en la acción para frenar el cambio climático se convertirá en «una sentencia de muerte. Estamos cavando nuestra propia tumba. Basta de tratar a la Naturaleza como un váter. Basta de quemar, perforar y minar nuestro camino», matizó.

De hecho, lamentó que los recientes anuncios y compromisos podrían dar la impresión de que el mundo va en la buena dirección pero, a su juicio, esto es «solo una ilusión», porque la llamada «suma de contribuciones determinadas a nivel nacional», es decir, los planes de cada país para reducir emisiones, situarán el incremento global, en el mejor de los escenarios en 2,7ºC. «Incluso si los compromisos son serios, hay dudas de que se puedan evitar las peores catástrofes», recalcó.

La cumbre del clima de Naciones Unidas, CO26, tiene como principal objetivo mantener vivo el compromiso que se realizó hace seis años con el histórico Acuerdo de Paríspara limitar el calentamiento global a 1,5 grados para 2100. Pero de las palabras se tiene que pasar ahora a los hechos. Y, aunque quedan dos largas semanas de intensas negociaciones a nivel técnico, los augurios no son demasiado optimistas. Sobre todo después de que en la cumbre del G20 celebrada el pasado fin de semana en Roma, tan solo 12 de 20 países más ricos del mundo —que en total representan el 80% de las emisiones a nivel global— se hayan comprometido a ser neutrales en emisiones carbono para 2050, esto significa que solo podrían emitir los gases que puedan ser capturados por la naturaleza o por tecnologías que hoy son experimentales.

Conseguir que los mandatarios se comprometan a esta misión o al menos fijen una fecha supone uno de los grandes retos del COP26. En este sentido, fue relevante el anuncio de India –el tercer país más contaminante por detrás de China y los Estados Unidos– de llegar a emisiones cero en 2070, fecha concreta al fin y al cabo, pero veinte años por detrás de lo marcado por Estados Unidos, Reino Unido o la UE. El primer ministro Narenda Modi era uno de los mandatarios de los países más contaminantes que faltaba aún por actualizar su hoja de ruta. Y al anunciar sus planes también se comprometió que en 2030 aumentará hasta el 50% –frente al 40% al que se había comprometido en el pasado– su capacidad de generar electricidad con energías limpias y reducir para 2030 un 45% su intensidad de carbono (frente a la anterior meta del 35%).

Por su parte, el presidente Pedro Sánchez anunció el compromiso de España de aumentar un 50% su aportación al Fondo Verde del Clima hasta llegar a los 1.350 millones de euros anuales a partir de 2025. Este fondo se nutre de aportaciones a los países en desarrollo por parte de los más industrializados para ayudarles a adoptar medidas que favorezcan la lucha contra el cambio climático. En 2009, los países ricos se comprometieron a recaudar 100.000 millones de dólares al año para ayudar a las naciones más pobres de cara a 2020, pero este objetivo aún no se ha cumplido y podría aplazarse hasta 2023.

En cualquier caso, la tónica general de las intervenciones de gran parte de los 120 mandatarios presentes –el resto continuará este martes– fue más bien retórica sin anuncios específicos. El «Bla, bla, bla» que denunciaba la activista Greta Thunberga las puertas del centro de convenciones de Glasgow, blindado entre altas medidas de seguridad. «El verdadero liderazgo está aquí en la calle, no allí dentro», señaló.

El presidente chino Xi Jinping, líder del país más contaminante del mundo, finalmente no compareció de manera virtual como estaba previsto. Solo emitió un comunicado escrito donde básicamente se limitó a repetir su compromiso de conseguir neutralidad emisiones para 2060 al igual que el ruso Putin, otro de los grandes ausentes en la cumbre.

En su papel de anfitrión, el premier Boris Johnson pidió a las partes «creatividad, imaginación y voluntad» para cambiar «irrefutablemente» el rumbo del planeta porque la realidad actual «no es una película». «Estamos aproximadamente en la misma posición que James Bond hoy, mis compañeros líderes mundiales, excepto que la tragedia de hoy no es una película y el dispositivo del fin del mundo es real», advirtió.

Por su parte Joe Biden apremió a actuar esta misma década con ambición, de forma que todavía se puedan mitigar los efectos fatales del calentamiento global.

El presidente de China, Xi Jinping, intervendrá en la cumbre de líderes de la COP26 a través de una declaración por escrito, según la información difundida este lunes por los organizadores. Se esperaba que el mandatario chino, que no ha salido de su país desde el estallido de la pandemia de coronavirus, interviniese a través de un vídeo. Pero finalmente, según el programa oficial difundido por la organización de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Xi enviará una declaración por escrito.

China, que desde 2006 es el país del mundo que más emisiones de CO2 genera, ha elevado sus objetivos desde el Acuerdo de París de 2015 y espera alcanzar la neutralidad de carbono en 2060, pese a que cuenta con marcar su pico de emisiones antes de 2030.

Otro mandatario que no acudirá es el presidente ruso, Vladimir Putin. Esta mañana el Kremlin ha confirmado que no participará en la conferencia y tampoco lo hará por videoconferencia. “El presidente, lamentablemente, no intervendrá (en la conferencia) porque en Glasgow no hay posibilidad de participar mediante videoconferencia”, ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, según ha informado la agencia rusa de noticias Sputnik.

Peskov ha señalado sin embargo que el mandatario ha preparado un mensaje en vídeo para los participantes de la conferencia sobre silvicultura y uso de la tierra, al tiempo que ha recordado que Putin ya expuso la postura de Moscú sobre el clima en la reciente cumbre del G20.