Comida
Invento salvavidas, ¿por qué se pone una pieza de plástico en medio de la pizza?
La comida a domicilio es cada vez más popular y utiliza artilugios para conseguir que esta llegue en perfecto estado
Llegar cansado a casa y encontrarse la despensa vacía es una de las peores sensaciones a las que debemos enfrentarnos en la vida. Además, existe la posibilidad que ese día sea festivo, tarde o simplemente seamos perezosos y no queremos bajar a comprar algo que preparar.
Cuando ocurre una situación así solemos recurrir a la comida a domicilio. La pandemia, además, ha incrementado el consumo de este tipo de negocio cuando durante gran parte de las restricciones no se podía salir a comer fuera.
La pizza es posiblemente la comida estrella de la comida a domicilio. Fue de los primeros alimentos que empezaron a enviarse a las casas cocinados para consumir desde la década de los 80.
Su facilidad de elaboración la convierten en un producto que tarda poco tiempo en ser preparado y estar listo para enviar. Así, aparecieron muchas cadenas de establecimientos que empezaron a vender este producto y enviarlo a los hogares prácticamente sin demora.
Desde el inicio de los envíos hay una pieza que acompaña el producto y que cuenta con una historia de lo más curiosa. Este pequeño elemento de plástico se coloca en el centro de la pizza y cumple una función crucial para que el producto llegue en perfectas condiciones a casa.
Guardapizzas
Este pequeño invento que todos hemos podido ver el las pizzas a domicilio fue inventado en los años 80 y todavía hoy en día sigue siendo parte fundamental. Este artilugio surgió en la ciudad de Nueva York cuando este producto se popularizó y causó una gran conmoción mediática.
Este crea una barrera entre la pizza y la caja donde se envía para evitar que tanto el producto como sus ingredientes toquen el envoltorio. Así, se consigue mantener el alimento en perfectas condiciones y a la vez evitar que la caja quede mojada y pueda romperse.
El Guardapizzas ha sido parte fundamental del desarrollo del negocio. Sin él las cadenas no podrían garantizar la calidad y estado de los productos que envían a los hogares. Su simpleza le otorga un aura aun más especial debido a que se parece a una pequeña mesilla de noche de plástico que consigue que podamos comer en nuestros hogares.
Además, según algunos portales especializados, cada año se venden más de 5.000 millones de pizzas y que 1.000 de estos pequeños inventos solamente cuestan unos 8 dólares.
Con un pequeño coste pero gran beneficio, el guardapizzas se ha convertido en un salvavidas de la comida a domicilio. Sin él, quien sabe como podría haber evolucionado uno de los negocios más famosos en todo el mundo.
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