Sexta ola

Un mismo país y dos nocheviejas distintas

En las autonomías que restringieron el ocio nocturno la fiesta se trasladó a los domicilios y, en el peor de los casos, a botellones o fiestas ilegales

Mientras que Madrid celebró las tradicionales campanadas con un aforo de 7.000 personas, Cataluña vigiló para que se cumpliera el toque de queda y el resto de las restricciones impuestas
Mientras que Madrid celebró las tradicionales campanadas con un aforo de 7.000 personas, Cataluña vigiló para que se cumpliera el toque de queda y el resto de las restricciones impuestasAp y EFeLa Razón

Ante la falta de una política común que regulase las fiestas navideñas en un momento álgido de los contagios por coronavirus, España ha vuelto a vivir un año más la Nochevieja con distintas restricciones según cada comunidad autónoma, lo que ha provocado que la última noche del año se celebre de forma más o menos «normal» en regiones como Madrid, las dos Castillas y Extremadura, mientras que otras como Cataluña la han vivido con medidas más duras para enfrentarse al incremento de la transmisión.

Según la Federación Nacional de ocio y espectáculos España de Noche, cerca de un millón y medio de personas han pasado la Nochevieja en fiestas y locales de ocio en las ocho comunidades donde permanecieron abiertos. La organización, que ha calificado de «desastrosa» la festividad, ha indicado que se vieron imágenes de botellones «en prácticamente todas las ciudades» donde estaba cerrado el ocio nocturno y en los que «habrán participado entre dos y tres millones de jóvenes».

En Madrid, la celebración de las tradicionales campanadas en la Puerta del Sol se mantuvo, aunque con un aforo restringido de 7.000 personas. La plaza alcanzó la ocupación máxima permitida y quedó cerrada a las 23:15 horas. Tras las campanadas, la Policía Municipal la desalojó sobre la una de la madrugada. La capital de España no impuso límites de horarios ni de aforos, y pudieron verse colas a las puertas de pubs y discotecas para celebrar la despedida del año.

En el otro extremo se situó Cataluña, que mantuvo el toque de queda desde la 1:00 hasta las 06:00, el cierre del ocio nocturno y reuniones de un máximo de diez personas, después de que lo avalase el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad. Por este motivo, los catalanes se han decantado por dar la bienvenida a 2022 con fiestas en viviendas, o en menor medida en restaurantes (con aforo del 50 por ciento en interiores), pero también se disolvieron varias fiestas no autorizadas. En este sentido, los Mossos d’Esquadra detectaron en la noche del día 31 un total de 25 fiestas ilegales, que se disolvieron sin incidentes. Llamativo en tiempos de pandemia resulta el hecho de que la Policía Local de Lliçà d’Amunt (Barcelona) descubriera la celebración de una orgía en una casa, en la que participaron más de 70 personas, gracias a que dos personas que iban a participar en la fiesta se equivocaron de inmueble.

Con el cierre de establecimientos a la una de la madrugada por su elevada incidencia (de 3.810 casos por 100.000 habitantes, según el informe de Sanidad del pasado viernes) en Navarra los jóvenes trasladaron la fiesta a las calles y otros espacios al aire libre, aunque la policía municipal ha supervisado el cumplimiento de los horarios y la normativa. En Pamplona, las restricciones a la hostelería y al ocio nocturno han favorecido los botellones y la Policía Foral ha tenido que intervenir en algunos.

La Comunidad Valenciana, por su parte, exigía el pasaporte covid para entrar en locales de ocio y restauración. La Federación de Ocio, Turismo, Juego, Actividades Recreativas e Industrias Afines de la Comunidad Valenciana (FOTUR) explicó que la cancelación de muchas reservas y la poca afluencia, junto con las restricciones impuestas por la Covid-19, provocaron que ningún local pudiera llegar al aforo completo en Nochevieja, lo que supuso una pérdida de volumen de negocio del 50 %.

En la ciudad de Valencia la noche transcurrió con normalidad y lo único destacable fueron las «constantes inspecciones policiales en los locales de ocio», aunque ocho locales fueron denunciados al permitir el baile en sus establecimientos sin mascarilla.

Baleares es otra de las comunidades que solo exigía el pasaporte covid para el acceso a los establecimientos de restauración. En Palma de Mallorca, la Nochevieja transcurrió con normalidad y sin incidentes de importancia, según el Ayuntamiento balear.

Botellones

En La Rioja, las Asociaciones de Discotecas, Ocio Nocturno y Hostería ha criticado el «macrobotellón» del parque del Ebro en Logroño, que llegó a congregar a más de 3.000 personas, mientras los «cotillones se suspendieron» por las medidas restrictivas contra la Covid.

La Policía Nacional adscrita a la Junta de Andalucía impidió la celebración de un cotillón clandestino que iba a reunir a unas 500 personas en una finca de Sevilla de La Rinconada, a 20 kilómetros de la capital andaluza.

En Asturias se celebraron multitud de botellones; al más concurrido, en el Parque de Invierno de Oviedo, acudieron cerca de 1.000 personas. No obstante, según indican fuentes municipales, se trató de algo «controlado», por lo que no fue necesaria la intervención de los agentes.