Pandemia

La letalidad cae en picado desde la llegada de Ómicron

La cifra de infectados que fallecen baja del 1,7% al 1,4% en un mes. España registra menos de 2.000 muertes tras contagiarse 1,2 millones de personas desde noviembre

La sexta ola de la pandemia de Covid-19 en España, que se inició hace ahora aproximadamente dos meses, muestra dos características que la diferencian de forma notable de las cinco anteriores embestidas del virus. La primera es la explosión de los contagios. Si en 20 meses se habían diagnosticado 5,01 millones de infecciones, en apenas 60 días nuestro país contabiliza 1,277 millones más, hasta alcanzar la cifra global de 6,29 millones de positivos desde que en marzo de 2020 el patógeno se desplegara de forma masiva por el interior de nuestras fronteras.

En este estallido de casos ha tenido que ver la llegada de la variante Ómicron, mucho más transmisible que su antecesora, la variante Delta. Al igual que ha ocurrido en el resto de los países europeos, el desembarco de esta cepa en España procedente de Suráfrica ha multiplicado los positivos por Covid-19. Un dato certifica esta demoledora expansión. En apenas 15 días, desde el 15 de diciembre hasta el pasado día 30, España contabilizó casi un millón de contagios –901.477, para ser exactos–. De acuerdo con los datos que recopila el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, un 2,69% de los 47,3 millones de habitantes que hay en España se han contagiado en esta sexta ola. En toda la pandemia, han contraído la enfermedad el 13,3%.

La segunda gran característica de esta ola marcada por la variante Ómicron es la caída en picado que está experimentando la letalidad de la Covid-19. En concreto, dicho parámetro mide el porcentaje de personas que fallecen tras contagiarse del virus. Hasta el pasado 2 de noviembre, la tasa de letalidad por covid en España era del 1,7%, lo que equivale a decir que ese era hasta la mencionada fecha el número de personas que morían de media tras infectarse. La tasa permaneció constante un mes más, hasta el 2 de diciembre, pero a partir de ahí se ha ido reduciendo hasta situarse en un 1,6% el 15 de diciembre y en un 1,4% a finales del año que acaba de concluir. Esta reducción se ha hecho más acusada a medida que mayor era la expansión de Ómicron, lo que apuntalaría la teoría que exponen algunos científicos de que la nueva variante es mucho más contagiosa pero menos peligrosa que su antecesora, Delta.

También ha podido influir en este descenso de mortalidad el aumento de la vacunación con las terceras dosis en los colectivos de más edad y, por tanto, los más vulnerables ante los daños del virus causante de la Covid-19. Esta combinación de menor peligrosidad y mayor protección explicaría el descenso de la letalidad, aunque faltan aún muchas investigaciones que avalen ambas circunstancias. Los datos del CCAES arrojan también otro punto llamativo sobre la letalidad global de la Covid durante toda la pandemia hasta el pasado 30 de diciembre: la amplia diferencia según el territorio.

Por ejemplo, Castilla-La Mancha es, con gran diferencia, la comunidad con mayor número de muertes entre las personas que se infectan. Si la media de todo el país es del 1,4%, en dicha región alcanza el 2,3%. También es muy elevada la letalidad en Aragón y en Castilla y León. En ambas autonomías se sitúa en el 1,9%. En La Rioja, por su parte, alcanza un 1,6%.

Impacto sexta ola
Impacto sexta olaTania Nieto

Los datos acumulados desmienten las acusaciones que formuló contra Madrid en la primera ola el diputado socialista Rafael Simancas, ya que esta región no era entonces ni es ahora es la peor, y está igualada con Extremadura en un 1,5% pese a la elevada movilidad que registra y ser puerta de entrada de miles de personas procedentes del resto del país y del extranjero a través del aeropuerto. Las regiones con menor tasa de letalidad, en las antípodas de Castilla-La Mancha, son Baleares y Canarias, con un 0,8% ambas, seguidas de Murcia, Navarra y Cantabria, las tres con un 1%.

Este descenso de la letalidad tiene una lógica traslación en la cifra de fallecidos. En la quinta ola, que duró aproximadamente tres meses –del 21 de junio a 21 de septiembre, coincidiendo con el verano– España contabilizó más de 5.000 muertes por Covid-19. En los dos meses que han transcurrido desde el inicio de la sexta ola, la cifra de fallecidos es de 1.982.

En total, nuestro país acumula 89.405 fallecimientos por covid desde el estallido de la pandemia, en marzo de 2020, aunque la cifra real podría superar los 100.000, según los datos sobre exceso de mortalidad que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE). El menor crecimiento de la cifra de fallecidos se está produciendo a pesar de multiplicarse los ingresos en camas de agudos y en las camas de críticos de los centros hospitalarios. En lo que va de sexta ola el número de hospitalizados se ha multiplicado por 6,18, al pasar de los 1.740 contabilizados el 2 de noviembre a los 10.768 del 30 de diciembre. En cuanto a los pacientes en estado muy grave ingresados en las unidades de cuidados intensivos (UCIS), la cifra se ha multiplicado por 4,45, al pasar de 405 en el conjunto del país hasta los 1.803 de finales de diciembre. El porcentaje de ocupación, del 13,42%, está aún lejos de las cotas alcanzadas en la primera ola, cuando numerosas unidades de este tipo se quedaron sin camas en el conjunto del país.