Avance médico

Primer trasplante del corazón de un cerdo a un ser humano

El órgano recibió 10 alteraciones genéticas para que no hubiera problemas de rechazo del paciente

David Bennett recibió este corazón de cerdo gracias al trabajo del equipo del doctor Bartley Griffith
David Bennett recibió este corazón de cerdo gracias al trabajo del equipo del doctor Bartley GriffithDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Cuando el corazón humano falla, el de un cerdo genéticamente alterado puede funcionar. Así lo demuestra el caso de un paciente de 57 años que padecía una enfermedad cardíaca potencialmente mortal y que se ha convertido en el primer caso de trasplante de órganos con éxito de un corazón de cerdo a un ser humano.

Era cuestión de vida o muerte. El tratamiento experimental al que se sometió el paciente fue su única esperanza de salvación al haber agotado todas las opciones con un corazón tan enfermo que ya no calificaba para recibir el de un donante humano, según sus médicos y familiares. «Quiero vivir. Sé que es un tiro en la oscuridad, pero es mi última opción», dijo el paciente antes de someterse a la operación.

El innovador procedimiento, liderado por el equipo médico del doctor Bartley Griffith, director del programa de trasplante cardíaco del Centro Médico de la Universidad de Maryland, en Baltimore, abre las puertas ahora a la esperanza de miles de pacientes con patologías crónicas y órganos vitales defectuosos.

El corazón del cerdo, genéricamente alertado con 10 modificaciones, «crea el pulso, crea la presión» del paciente, señaló el doctor Griffith después de una pionera operación de ocho horas, llevada a cabo el viernes anterior, que culminó con éxito. «Es su corazón. Está funcionando y parece normal», anunció el cirujano desde Baltimore. «Estamos emocionados, pero no sabemos qué nos deparará mañana. Esto no se ha hecho antes», añadió.

Más de la mitad de las 41.354 personas trasplantadas el año pasado, sólo en Estados Unidos, recibieron riñones, según la información facilitada por la organización sin ánimo de lucro que coordina los esfuerzos de obtención de órganos del país, Red Unida para el Intercambio de Órganos (United Network for Organ Sharing). De esa cifra del total de estadounidenses que recibieron un trasplante en 2021, cerca de 4.000 pudieron tener acceso a un corazón humano. Pero la demanda es aún mayor que la oferta, y cientos de personas fallecen cada año a la espera de poder reemplazar sus órganos enfermos por otro sano que les salve la vida.

Científicos de todo el mundo han trabajado contrarreloj durante la última década para desarrollar órganos de animales, como cerdos, que sean compatibles por el cuerpo humano y no generen rechazo. Las nuevas tecnologías de clonación y edición genética han facilitado los avances de la investigación médica.

De hecho, hace apenas unos meses, un grupo de cirujanos de Nueva York trasplantó con éxito el riñón, también de un cerdo modificado genéricamente, a una persona con muerte cerebral.

«Se están comenzando a abrir puertas que conducirán a cambios importantes en la forma en la que tratamos la insuficiencia orgánica», declaró el doctor David Klassen, especialista en trasplantes y director médico de United Network for Organ Sharing. Aunque adelantó que todavía es pronto y quedan muchos obstáculos por superar antes de confirmar la compatibilidad de órganos de animales a personas, cuando el rechazo se da frecuentemente incluso con donantes humanos compatibles.

Pero, sin duda, estos suministros de órganos animales para trasplantes en pacientes humanos marcan un punto de inflexión en la medicina, que mira con esperanza al futuro y aumenta las posibilidades del más de medio millón de personas que esperan en Estados Unidos riñones y otros órganos vitales en estos momentos.

Aún así, no ha sido un camino fácil. El xenotrasplante, es decir, el proceso de injertar o trasplantar órganos o tejidos de animales a humanos, no es algo reciente. Aunque sí es la primera vez que se realiza exitosamente. Antes se probó con chimpancés, pero los cerdos ofrecen mayores ventajas porque son más fáciles de criar.