¿De qué están hechas las chucherías?

La primera prueba documentada en relación a la aparición de las primeras chucherías se remonta a hace más de 5.000 años, cuando los egipcios usaban pequeños dulces en las ceremonias de adoración a los dioses. Aunque, según varias investigaciones, es posible que el hombre de las cavernas ya elaborara dulces con miel, que dejaba secar para formar deliciosos caramelos.

En España, se gastan anualmente alrededor de 600 millones de euros en chucherías, y todos, en algún momento de nuestra infancia, hemos sido adictos a alguna clase de “chuche”: fresas, huevos, sandías, plátanos, tiburones, nubes, corazones, moras, caramelos, chicles... Y aunque nos encantaban, lo cierto es que la mayoría hemos crecido con la idea de que son productos que debemos evitar. “Se te van a caer los dientes de comer tantas chucherías” o “si supieras de qué están hechas...”, son algunas de las frases que hemos escuchado en algún momento mientras disfrutábamos de ellas. Quizá por eso, al llegar a la madurez, estas golosinas dejan de ser parte de nuestra dieta, ya que tenemos el concepto de que no son buenas para nuestra salud. Aunque, curiosamente, la mayoría no saben de qué están hechas.

¿Cómo se elaboran?

Puede que la primera respuesta que nos venga a la mente haya sido “petróleo”, pero esto forma parte de una falsa creencia. Lo cierto es que su composición es básicamente azúcar, alrededor del 50%, además de otros ingredientes como puede ser el jarabe de glucosa, que se extraen de alimentos tradicionales y en teoría saludables, como la remolacha, el coco o la caña, pero que dejan de serlo durante el proceso. Las gominolas, por su parte, están relacionadas con la utilización de la gelatina, que se obtiene del colágeno animal. No obstante, en los últimos años, también se ha empleado la pectina, un gelificante que se consigue de las frutas, para su elaboración.

Su forma y brillo característicos se producen gracias a derivados animales, como pueden ser la grasa o la cera de abeja, mientras que, chucherías tan populares como las nubes tienen ese color por el uso de claras de huevo en su elaboración.

Para la realización de chucherías “pica pica”, los fabricantes suelen recurrir al ácido ascórbico y al ácido málico, a modo de potenciadores del sabor. Estas dos sustancias, aunque no son nocivas para el organismo, no aportan ninguna clase de nutrientes.

Por último, el responsable de esos llamativos colores es el colorante natural, alguno de los cuales se logra aprovechando árboles tropicales, como la bixina, que tiende a los naranjas.