"Villa de Pitanxo"
Diez muertos y 11 desaparecidos al hundirse un pesquero gallego en Terranova
El «Villa de Pitanxo», con 24 tripulantes, se hundió a 250 millas de Terranova en medio de un temporal. Sólo tres sobreviven a las aguas gélidas tras el naufragio del pesquero
Una terrible tragedia marítima ha vuelto a golpear Galicia. Tres supervivientes, diez fallecidos y 11 personas desaparecidas es, hasta ahora, el balance del naufragio de un pesquero pontevedrés que llevaba un mes faenando en aguas de Terranova (Canadá) y que en mitad de la madrugada comenzó a pedir ayuda, según informó Salvamento Marítimo español la noche de este martes.
El JRCC Halifax @hfxjrcc ha confirmado la recuperación de 3 fallecidos más. Dos han sido localizados por el buque canadiense Nexus, movilizado por el JRRC, y el otro por el pesquero portugués Franca Morte. Hasta el momento han sido rescatados 3 supervivientes y 10 fallecidos pic.twitter.com/FbEERZBvTs
— SALVAMENTO MARÍTIMO (@salvamentogob) February 15, 2022
Se trata del pesquero«Villa de Pitanxo», de la armadora Pesquería Nores Marín S.L., con 24 tripulantes a bordo que se encontraban pescando fletán. 16 de ellos son españoles, cinco peruanos y tres ghaneses, aunque algunos llevaban muchos años viviendo en Galicia. Casi todos eran de la comarca de O Morrazo, concretamente de Marín, sede de la empresa, o de Bueu. Entre los supervivientes del naufragio está el patrón del barco, Juan Costa Padín y su sobrino, Eduardo Rial Padín, según adelantó «El Faro de Vigo».
A las 5:45 de la madrugada, hora española, se recibieron dos alertas en el Centro de Coordinación de Madrid y en Halifax (Canadá). Se había perdido contacto con la caja azul del barco y a las seis de la mañana saltó la radiobaliza, indicando que se había hundido el barco en aguas de Terranova. Enseguida enviaron pesqueros cercanos para proceder al rescate cuanto antes pero cuando llegaron a la zona solo permanecían a flote los botes salvavidas.
De los cuatro que tenía el barco, encontraron en uno de ellos a tres marineros con vida. Son, en principio, los únicos supervivientes de la tragedia. Otro bote lo encontraron vacío y Salvamento Marítimo de Canadá esperaba a que amaneciera para poder buscar mejor al tercer y cuarto bote que faltaban con el resto de la tripulación posiblemente fallecidos. Todos eran curtidos marineros, acostumbrados a estar más de dos y tres meses en alta mar.
En las labores de rescate están participando varios pesqueros que faenaban por la zona, con los que sí se pudo establecer contacto, el Novo Virxe da Barca, de bandera portuguesa, y el Playa de Menduíña 2, también de origen gallego, como la embarcación hundida. Fue este último el que halló, poco después de las diez y media de la mañana, la balsa con los tres supervivientes y los cuatro cadáveres, además de objetos procedentes del naufragio.
Gélidas temperaturas
Se encontraban a unas 250 millas (450 kilómetros) de la costa de Terranova, una zona muy hostil, con muy mala mar, donde hay mucho hielo y la temperatura del agua está entre 2 y 4 grados, lo que complica mucho la supervivencia de cualquier tripulación, por experimentada que sea, en caso de naufragio. El shock hipotérmico sería, a priori, la causa de la muerte de los siete marineros hallados sin vida.
Por ahora se desconocen los motivos que han podido provocar el hundimiento si bien ha trascendido que, aunque Terranova suele contar con mucha inestabilidad atmosférica (las borrascas que afectan a Galicia y que vienen del Este suelen venir, precisamente, de esta zona), había estos días un temporal más intenso de lo normal en esta zona, según «La Voz de Galicia».
50 metros de eslora
El pesquero, de 50 metros de eslora, era de 2004. Era uno de los más nuevos de la compañía propiedad del armador Manuel Nores, que hoy apenas atendían las llamadas, consternados por lo sucedido. De hecho, emitieron un comunicado en el que aclararon que «se desconocen las causas» que pudieron provocar el hundimiento y que los esfuerzos están centrados en el rescate.
También informaron de que se está rastreando la zona con varios buques y un helicóptero de Salvamento Marítimo canadiense en busca del resto de la dotación. «Queremos aprovechar esta oportunidad para darle las más expresivas gracias, en nombre de la empresa armadora y en el del colectivo del sector representado por esta cooperativa de armadores, por la atención y preocupación mostrada ante tan triste suceso», afirma el portavoz, Edelmiro Ulloa Alonso.
Un pueblo en vilo
Por su parte, el presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Javier Touzá», dijo que se trataba de uno de los días más tristes de la pesca gallega. Pero no solo de la pesca, toda la comarca de O Morrazo estaba ayer muy afectada y los pueblos de Marín y Bueu en particular. De allí era la mayor parte de la tripulación y sus familiares, presos de la incertidumbre, se fueron acercando al puerto de Marín, donde está la sede de la empresa, para conocer de primera mano las noticias sobre el naufragio.
No eran alentadoras ya que solo tres personas habían logrado sobrevivir. Muchos familiares no podían contener las lágrimas y se quejaban de no tener ninguna noticia pero lo cierto es que la mayor parte de la tripulación aun no había sido ni rescatada, por lo que oficialmente no se podía comunicar el fallecimiento, si bien todos daban por hecho el peor de los desenlaces. Muchos, incluso, saben que en caso de caídas al agua puede resultar imposible llegar a encontrar los cuerpos si bien parece que, a priori, no sería el caso del pesquero pontevedrés.
“Estoy bien, no os preocupéis”
Y es que la comunidad gallega conoce bien los peligros del mar y, aunque sabe que esto a veces ocurre por las duras condiciones de los mares a donde se desplazan durante meses, nunca se está preparado para recibir una noticia así. Muchos eran padres de niños pequeños y el único que pudo ponerse en contacto con su familia fue el patrón del pesquero, que logró llamar a su mujer. «No os preocupéis. Eduardo y yo estamos bien», llegó a decir Juan Padín, según «La Voz de Galicia». La alcaldesa de Cangas, Victoria Portas, habló con la familia de Padín y le explicaron cómo el superviviente les llamó y, aunque solamente hubo tiempo para una frase, confirmó lo más importante: que estaba vivo, al igual que su sobrino Eduardo, de 42 años, que también estaba a bordo. «Yo, mal que pese, estoy feliz pero el susto que pasamos no nos lo quitan ni se lo deseo a nadie porque es muy doloroso», manifestó Sara, la novia de Eduardo, al diario gallego.
Pronto, las condolencias comenzaron a llegar desde todos los estamentos políticos. El presidente gallego dijo en un tuit que «seguimos consternados por las terribles noticias que nos llegan desde Canadá» y se puso a disposición del Gobierno y de la armadora.
La alcaldesa de Marín, María Ramallo, señaló, por su parte, que para su localidad es «un día muy difícil» por «una tragedia que no recordamos con esa magnitud». «Ha sido un accidente que afecta a toda la comarca del Morrazo», lamentó. Y es que el «Villa de Pitanxo», es solo el último pesquero naufragado.
Ahora, lo complicado para estas familias de Pontevedra será esperar a la repatriación de los fallecidos y la confirmación de que algunos nunca volverán.
¿Qué es un shock hipotérmico?
La hipotermia se produce cuando el cuerpo pierde más calor del que produce y la temperatura del organismo (que en estado normal se sitúa en los 37ºC) se desploma por debajo de los 35ºC. Cuando el ser humano se expone al frío intenso comienza un proceso que, de no revertirse, provoca el fallo funcional de los órganos. En el caso de los marineros del «Villa de Pintanxo», estuvieron expuestos al agua del Atlántico Norte que oscila entre los dos y cuatro grados. Los síntomas incipientes de la hipotermia son temblores que derivan en deterioro de la consciencia, pérdida de coordinación motora, dificultad para hablar y confusión. Los expertos apuntan a que, cuando la temperatura corporal baja de los 30 grados, el corazón es vulnerable a las arritmias, que son las que finalmente provocan la muerte. El consumo de oxígeno disminuye un 6% por la pérdida de cada grado, informa A. Nieto.
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