Dos meses de fin de la erupción

412 afectados por el volcán viven aún en un hotel al demorarse las ayudas

Apenas unos pocos vecinos disponen ya de una de las 81 nuevas viviendas tras perder las suyas bajo la lava

El presidente de la asociación social Volcán Cumbre Vieja, Juan Vicente Rodríguez Leal, ofrece declaraciones a los medios en una marcha el pasado viernes para reivindicar ''los derechos de las personas afectadas'' por la erupción volcánica de Cumbre Vieja en Los Llanos de Aridane, La Palma, Canarias (España).
El presidente de la asociación social Volcán Cumbre Vieja, Juan Vicente Rodríguez Leal, ofrece declaraciones a los medios en una marcha el pasado viernes para reivindicar ''los derechos de las personas afectadas'' por la erupción volcánica de Cumbre Vieja en Los Llanos de Aridane, La Palma, Canarias (España)."Jesús Hellín "Europa Press

Han pasado dos meses desde que el 25 de diciembre de 2021 se les diera a los palmeros y palmeras el mejor regalo de Navidad: el volcán apagado. Sin embargo, más de 60 días después, centenares de damnificados cuya vivienda fue devorada por el volcán o inhabilitada continúan hospedándose en los hoteles de la isla, esperando una ayuda económica o una vivienda digna que parecen no llegar nunca.

Aún son 412 las personas que permanecen alojadas en hoteles. Concretamente, 289 personas en el Hotel de Fuencaliente y 123 en el Hotel de Breña Baja, aunque hay alrededor de 2.000 que también fueron evacuadas y residen en segundas viviendas, en casas de alquiler o de familiares o amigos.

Por el momento, las promesas de la adquisición de viviendas rápidas para los damnificados por el volcán parece que solo les ha llegado a unos pocos afortunados, quienes pueden «disfrutar» ya de una de las 81 viviendas que han sido entregadas a familias que perdieron sus hogares bajo la lava. El objetivo, según informan las administraciones, es llegar a las 104 en próximas semanas, aparte de las 80 modulares que el Gobierno de Canarias prevé instalar de aquí al segundo semestre de este año.

Los damnificados comprenden la complejidad de la reconstrucción, pero piden más agilidad en el reparto de las ayudas y un mayor grado de participación en el proceso de definición del futuro de la Isla, y por eso han dado a conocer sus reivindicaciones aprovechando que el foco de toda la institución pública local, regional y nacional estaría en La Palma durante el jueves y el viernes.

Sin embargo, tras la cancelación de los eventos programados para estos días, los afectados por la erupción no dudaron en continuar con el plan establecido y congregarse el jueves, en las puertas del Cabildo de La Palma y el viernes en el municipio de Los Llanos de Aridane solicitando una mayor agilidad en las ayudas económicas, así como en la construcción o nuevas medidas para las viviendas.

El Ayuntamiento de El Paso, el único municipio que ya ha repartido todo el dinero de las donaciones recibidas, parece que continúa desmarcándose del resto de las administraciones locales y aprueba una nueva normativa urbanística para construir viviendas afectadas por el volcán. Estos nuevos parámetros se aplicarán a la construcción y reconstrucción de las viviendas habituales, legales o en situación asimilada, destruidas por las coladas del volcán y a la rehabilitación de inmuebles afectados por dichas coladas para ser destinados a vivienda, con o sin modificación del uso actual.

Como condición general se establece un porcentaje máximo de ocupación de la parcela del 30%, donde se incluyen las dependencias propias de vivienda y otras complementarias, con usos de garaje, almacén, trastero o pequeña bodega, piscina o baños ecológicos, dispuestos en la propia envolvente, o aislados. En las edificaciones en suelo rústico común, suelo rústico de protección agraria o suelo rústico de protección paisajística la reconstrucción se realizará en la zona menos fértil de la misma, y se establece el fondo máximo edificable en 50 metros desde el frente de la parcela.

Por otro lado, le sigue el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, que confirma que «se permitirá la reconstrucción de las viviendas habituales que hayan sido destruidas por la erupción volcánica a partir de marzo». Manuel Perera, concejal de Urbanismo de este Ayuntamiento, aseveró que con la aprobación de estos parámetros en el pleno quedarán definidas las condiciones para la reconstrucción de las viviendas, y explica que serán de aplicación para todo el suelo rústico del municipio, suelo rústico común, y que definen, entre otras cosas, la superficie mínima por parcela, la altura máxima, así como las distancias a linderos y vía pública.

En cuanto al suelo urbano del municipio, declaró el concejal, la parcela mínima y el resto de parámetros seguirán siendo los que establece el Plan General de Ordenación. De esta forma, «se habilitará una gran superficie de suelo que permitirá así a los afectados del volcán construir sus nuevas casas en Los Llanos de Aridane», según afirmó Perera.

El problema habitacional en La Palma parece ser una de las causas más preocupantes más allá de la construcción de carreteras y recuperación del terreno perdido. La Isla contempla un gran vacío en cuanto a soluciones de vivienda desde hace muchos años que, tras el volcán, se ha visto incrementada y solapada por las necesidades urgentes. Ahora, tras el estallido del conflicto entre Ucrania y Rusia, los palmeros y las palmeras están seguros que si ya las ayudas contaban con un retraso considerable, “ahora se retrasarán más”, sobre todo aquellas provenientes de Europa. Los damnificados por el volcán empiezan a no estar seguros de vislumbrar una luz clara al final del túnel, eclipsada por un nuevo conflicto que deja al panorama palmero en un segundo plano tanto en agilidad de ayudas como en la responsabilidad social e institucional. La cancelación de los actos institucionales previstos para este fin de semana ya ha dejado cabizbajo a más de uno porque contaban “con tener buen turismo” durante dos días, prorrogable a cuatro, en la Isla. Una situación que habría provocado movimiento entre la hostelería y el hospedaje palmero, así como una oportunidad de oro para pedir ayuda de forma directa a los representantes institucionales.