Covid-19
Adiós a la cuarentena para los no vacunados
La Comisión de Salud Pública acaba con los aislamientos en este grupo a partir del 5 de marzo, dentro de la nueva estrategia frente a la pandemia
La Comisión de Salud Pública, de la que forman parte representantes del Ministerio de Sanidad y de las comunidades autónomas, ha acordado eliminar la recomendación de guardar cuarentena a toda la población que tenga un contacto estrecho con un positivo de Covid-19, una medida que se mantenía hasta ahora en no vacunados. Del mismo modo, se recomendarán medidas preventivas que sirvan para proteger a la población más vulnerable frente a posibles contagios.
Según anunció el Ministerio de Sanidad al finalizar la reunión, el fin de los aislamientos entre personas no vacunadas entrará en vigor a partir del próximo 5 de marzo, es decir, desde este mismo sábado.
La nueva disposición favorecerá a las 3.750.684 personas mayores de 12 años que aún no han recibido la pauta completa de vacunación (el 9%), bien por no haberla iniciado o por tener una sola dosis. También afectará a los menores de 12 años que aún no han sido inmunizados, y que suman 2.682.288. Recordemos que en este grupo el proceso de vacunación va especialmente lento, ya que el 57,4% de los menores ha recibido un suero, y solo el 18,4% está ya plenamente inmunizado, según los datos de Sanidad.
El acuerdo alcanzado no afectará a los aislamientos, es decir, al periodo en el que una persona infectada debe permanecer incomunicada, que desde el pasado 29 de diciembre estáfijado en 7 días en caso de ser asintomático o desarrollar un cuadro leve de la enfermedad.
La Comisión de Salud Pública determinó también que en los 10 días posteriores a la última exposición con una persona afectada de Covid-19, los contactos estrechos tendrán que extremar las precauciones y reducir al máximo las interacciones sociales, llevando la mascarilla de manera constante y siguiendo una adecuada higiene de manos. Los responsables de Sanidad indican que es especialmente importante evitar el contacto con las personas vulnerables.
De este modo, el único reducto en el que se efectuará la identificación de los contactos estrechos será en el ámbito de las personas vulnerables, con el fin de evitar los contagios en ese ámbito. A los contactos estrechos de las personas vulnerables se les indicará que se realicen una Prueba Diagnóstica de Infección Activa (PDIA) a los 3 a 5 días del seguimiento.
El cambio en la situación epidemiológica de la pandemia ha llevado al Ministerio de Sanidad y a las autonomías a tomar esta decisión sobre las cuarentenas. La bajada de la incidencia y la tendencia descendente de la sexta ola, además de las altas coberturas de vacunación, están haciendo que las instituciones sanitarias se planteen un cambio en la estrategia de vigilancia y control, que la ministra Darias podría llevar al Consejo Interterritorial de la próxima semana, según han indicado a LA RAZÓN fuentes no oficiales del Ministerio. El objetivo ahora sería relajar las medidas, y ya no sería primordial el control de los contagios.
Nuestro país da así un paso más en esa nueva estrategia de seguimiento y control de la pandemia, y tras la eliminación del certificado covid como instrumento para frenar la transmisión ya solo queda otro peldaño en busca de la vuelta a la antigua «normalidad»: el fin de las mascarillas en interiores.
Nuevo objetivo: las mascarillas
En una entrevista a TVE el pasado lunes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, adelantó que el cubrebocas dejará de ser obligatorio en espacios cerrados «muy pronto» gracias a la mejora de la situación epidemiológica de España en las últimas semanas. Aunque no quiso concretar una fecha, señaló que esa decisión se tomará próximamente, y que será algo consensuado entre los expertos y las comunidades autónomas. «No quiero aventurarme porque son ellos (los científicos) los que van a proponer el momento» manifestó. No obstante, Sánchez quiso recordar que, pese a que se observa una «superación» progresiva de la pandemia, los datos de contagios siguen siendo «altos».
La comunidad pionera en demandar medidas en este sentido ha sido Cataluña, que considera que «el primer lugar donde se deberían quitar» las mascarillas en interiores «es en las aulas», comenzando por los alumnos de menor edad para ir subiendo paulatinamente hacia los más mayores, para más tarde eliminar la obligación de su uso entre la población adulta. Así lo ha indicado la portavoz del Govern, Patricia Plaja, quien destacó que la Generalitat ve «con buenos ojos cualquier paso adelante» para aliviar las restricciones de la pandemia.
Andalucía también es partidaria de comenzar la retirada paulatina de la mascarilla en los centros escolares, como propuso hace unos días la Asociación Española de Pediatría, y llevará esta propuesta a la reunión del Consejo Interterritorial de Salud de hoy. Así lo aseguró el consejero de Salud y Familias de la Junta, Jesús Aguirre. La idea es que los cubrebocas se vayan eliminando por tramos de edad para que después de Semana Santa hayan desaparecido de las aulas de los colegios.
En una entrevista a Canal Sur Radio, Aguirre recordó los informes de los pediatras, que hablan de problemas en el aprendizaje en los niños más pequeños porque no pueden ver los labios de sus profesores debido a la mascarilla. A nivel general, considera que en la fiestas de Pascua se deberá usar en situaciones «de bulla», pero «poquita cosa más».
Sin embargo, hay comunidades que consideran que es pronto para eliminar su uso en interiores, e incluso lo consideran «arriesgado». Es el caso de Galicia, según lo manifestó ayer el consejero de Sanidad, Jesús García Comesaña. «Los datos siguen bajando» y disminuyen los hospitalizados y los casos activos, pero en el último día se contabilizaron «1.200 nuevos positivos» en la región, lo que indica que «la pandemia todavía está aquí», por lo que ha hecho un llamamiento a la prudencia.
La Comunidad de Madrid es otra de las que prefiere esperar para quitar la mascarilla de los interiores, porque según aseguró hace unos días Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad de la región, «todavía hay transmisión comunitaria y hay sociedades científicas que dudan de la posibilidad de levantar la restricción».
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