Descubrimiento

Terapia con partículas diminutas para luchar contra la obesidad

Un estudio con nanomedicina llevado a cabo en ratones ha ofrecido resultados prometedores

La técnica podría aplicarse a enfermedades como la diabetes o el Alzheimer
La técnica podría aplicarse a enfermedades como la diabetes o el AlzheimerPaul Mac ManusUIC

Un grupo de investigación de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC) ha desarrollado un prometedor estudio que podría ayudar a reducir la obesidad, y que se basa en emplear nanopartículas capaces de albergar fármacos que inhiben una proteína (la CPT1A) parareducir la sensación de hambre y, por lo tanto, el sobrepeso. El estudio ha sido publicado por la revista científica «Biomaterials Science».

Los ensayos llevados a cabo con ratones han ofrecido resultados prometedores, según explicó la doctora Rosalía Rodríguez, que ha liderado la investigación. Rodríguez afirma que muchos fármacos desarrollados hasta el momento contra la obesidad no han funcionado porque provocan numerosos efectos secundarios de carácter grave, «debido a la dificultad para dirigir la terapia al tejido de interés y abordar los problemas de raíz». El siguiente paso del estudio consiste en testar las nanopartículas «en diferentes modelos de obesidad», indicó la doctora.

La importancia de este estudio reside, además, en que abre la puerta al empleo de la nanomedicina en pacientes con patologías «que impliquen una alteración del metabolismo de los lípidos en las neuronas del hipotálamo, como la diabetes tipo 2 e incluso el Alzheimer», señala Rodríguez. Esta técnica está permitiendo también grandes avances en el tratamiento de enfermedades como el cáncer, ya que posibilita liberar fármacos «de forma específica en una zona concreta del organismo, minimizando las reacciones adversas».

Este importante descubrimiento llega el día en que se celebra el Día Mundial de la Obesidad. Esta enfermedad se ha visto seriamente afectada por la pandemia, y muestra tendencias alarmantes en nuestro país. Según una encuesta de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), el 53,8% de los entrevistados padece exceso de peso, y la mayoría (un 73%) documentó haber engordado entre 1 y 3 kilogramos debido a la reclusión domiciliaria por la Covid-19.

«La implantación del teletrabajo, más horas sentados delante del ordenador y cerca de la cocina, el estrés, las limitaciones para acudir a los centros deportivos por las restricciones covid y el miedo a salir a la calle en las personas de mayor edad han contribuido a que en la actualidad más de la mitad de nuestra población deba preocuparse por las consecuencias negativas para su salud que ocasiona el exceso de peso», manifestó el doctor Albert Lecube, vicepresidente de SEEDO.

Más de 800 millones de personas padecen obesidad a nivel mundial, que provocará gastos médicos de más de un billón de dólares en 2025, y esta enfermedad podría aumentar hasta un 60% en niños en la próxima década, alcanzando los 230 millones de menores obesos en 2030. La SEEDO recuerda que las personas con sobrepeso tienen el doble de probabilidades de ser hospitalizadas por Covid-19.

El sedentarismo, un peligro

La causa fundamental de la obesidad es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas. Cuando ingerimos alimentos de alto valor calórico que son ricos en grasa y reducimos el ejercicio físico se produce un aumento de peso, aunque también pueden influir otros factores, como la predisposición genética, la toma de medicamentos o problemas endocrinos. La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) ofrece una serie de pautas para prevenir la obesidad, entre las que figuran la modificación de los hábitos alimentarios (planificar menús, beber agua de forma abundante o no saltarse comidas) e incorporar el ejercicio físico a nuestra rutina diaria.

En este sentido, la encuesta de la Sociedad Española de Obesidad pone de manifiesto que casi la mitad de las personas preguntadas (un 46,2%) reconoció no realizar ningún ejercicio físico o dedicarle menos de una hora a la semana (incluyendo todas las actividades, desde andar a paseo ligero, correr, montar en bicicleta o hacer gimnasia). Pero, además, el 47,2% reconoció pasar de una a cinco horas al día sentados, tumbados o inactivos, e incluso un 31% admitió llevar una actitud sedentaria entre 5 y 8 horas al día, y un 16% superar las ocho horas.

«El principal motivo que se argumenta es que no les gusta hacer ejercicio y, entre los más jóvenes, la principal razón es el alto precio de los centros deportivos», sostiene la doctora Sharona Azriel, secretaria de SEEDO y adjunta del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid.

La buena noticia es que a un 70,9% de los encuestados les gustaría estar más delgados. «Existe un claro interés por adelgazar, ya que un 80,6% de las personas con sobrepeso y un 91,4% de las personas con obesidad declaran haber intentado adelgazar alguna vez», confirma Azriel.